Por: Dany Oviedo Marino.
En Barranquilla ha surgido una iniciativa que no solo tiene el potencial de transformar vidas, sino también de redefinir el concepto de justicia y rehabilitación en Colombia. El programa “Restaurando Corazones” es mucho más que una simple propuesta; es un compromiso con la dignidad humana y el futuro de las mujeres privadas de la libertad que, tras cometer errores, buscan una segunda oportunidad para reintegrarse a la sociedad con propósito y esperanza.
En esencia, “Restaurando Corazones” está diseñado para ofrecer a las mujeres privadas de libertad una verdadera oportunidad de rehabilitación y resocialización integral. El programa se fundamenta en un enfoque innovador que se centra en cuatro ejes clave: educación, trabajo, arte y deporte. Esta estrategia multidimensional se adapta al perfil ocupacional y nivel educativo de las internas, respetando y promoviendo su contexto sociocultural mientras se empoderan como protagonistas de sus vidas.
La iniciativa, coordinada por la Juez Sexta de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, Carmen Terán Suárez, y un equipo de destacadas psicólogas, incluyendo a Soraya Escobar, Liliana Pautt y Ligia Porto, se apoya en la colaboración del Consejo Superior de la Judicatura, del Dr. Carlos Guzmán, director seccional de la Rama Judicial y la Dra. Ofelia Díaz, directora del centro de rehabilitación femenino El Buen Pastor. Juntos, están construyendo un camino de esperanza que va más allá de la simple aplicación de penas, hacia un proceso profundo de reeducación y reconstrucción personal.
El programa se basa en la idea de que la verdadera justicia no se limita al castigo, sino que se extiende a la rehabilitación efectiva de las personas. Para ello, se implementan talleres semanales y sesiones de psicoterapia, complementados con actividades artísticas y deportivas. Este enfoque no solo fortalece el bienestar psicoemocional de las beneficiarias, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades sociales y ocupacionales. Además, establece un puente crucial entre las internas, sus familias y la sociedad en general, facilitando una transición más suave y productiva hacia una nueva vida.
Sin embargo, para que esta iniciativa alcance su máximo potencial, se necesita el apoyo robusto y continuo de diversos sectores. La adecuación de espacios físicos para talleres, la dotación de materiales y equipos como computadores, material didáctico y papelería, y la incorporación de personal voluntario son esenciales para garantizar el éxito del programa. Aquí es donde la colaboración del sector público y privado se vuelve fundamental.
Por ello, hacemos un llamado a la Alcaldía de Barranquilla, la Gobernación del Atlántico, a los gremios económicos y al empresariado local para que se sumen a este esfuerzo transformador. Su participación no solo contribuirá a mejorar las condiciones de vida de estas mujeres, sino que también fortalecerá el tejido social de nuestra comunidad. Invertir en “Restaurando Corazones” es invertir en un futuro donde la justicia es sinónimo de humanidad, empatía y segunda oportunidad.
El impacto de este programa puede ser paradigmático. Al apoyar “Restaurando Corazones”, no solo se contribuye a la rehabilitación de mujeres que buscan redimir sus vidas, sino que también se fomenta un modelo de justicia restaurativa que puede ser replicado en otras regiones del país. La colaboración de todos los sectores es vital para lograr una Barranquilla más inclusiva, equitativa y justa.
Invitamos a todos a unirse a esta causa noble y urgente. Porque cuando restauramos corazones, no solo estamos transformando vidas individuales, sino que estamos construyendo una sociedad más fuerte y compasiva para todos.
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