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¡Señor Presidente, Explíquenos!



Ya hemos dicho que el hoy Presidente de la República, Gustavo Petro, es lo que llaman un “Animal Político”: Conoce perfectamente lo que es el “stablishment”; ha sido uno de sus principales actores, por lo menos en los últimos 30 años; sabe cómo es el manejo de los diferentes grupos políticos, de acuerdo a sus pretensiones burocráticas (¿mermelada?), ha ejercido el poder ejecutivo y mucho más el legislativo y conoce muy bien las cifras y rubros del Presupuesto General de la Nación.


Muy atrás quedó el sueño, a sus 18 años, de “tomar el poder por las armas” desde la guerrilla del M-19. Ahora es un curtido político que sabe aprovechar las ventajas de nuestra débil y deficiente democracia.



Es más, se vale de ese establecimiento y de esa defectuosa democracia para poder llegar a su aspiración ultima: Cambiar el modelo económico que genera desigualdad, hambre, pobreza, miseria, corrupción, enriquecimiento desmedido y carencia de oportunidades para la mayoría, entre otros


Claro, las intenciones son buenas: Desarrollar la producción nacional de bienes (principalmente alimentos, confecciones, etc.) y servicios, para que no solo suplan los que hoy se importan, sino que eventualmente podamos ser exportadores; Acabar con la inseguridad de todo tipo al llegar a un acuerdo con la guerrilla y los grupos criminales; Terminar con la producción de sustancias ilícitas sustituyendo cultivos; Entrar en la era de las energías limpias para luchar contra el cambio climático, proteger al planeta y abaratar los costos de los servicios públicos; Acabar con la entrega de nuestros recursos naturales en condiciones leoninas a poderosas empresas extranjeras y aprovecharlos para el bienestar económico de los colombianos; Implementar un servicio de salud que llegue de manera oportuna, eficiente y eficaz a cada uno de los ciudadanos en cualquier lugar donde se encuentre; Suministrar una pensión a muchos de aquellos vulnerables que no tienen esa posibilidad; Entregar la construcción de las vías terciarias y hasta secundarias a las comunidades arrancándolas de las mafias de contratistas que como parásitos de la corrupción pelechan del Estado.


Todo ello suena Bonito. El tema no es el Qué, sino realmente el Cómo.


Pues, si bien es cierto que Colombia es un país que ha sido dominado por una elite de poderosos con verdaderos privilegios – que ahora defienden con gran ahínco – también lo es que: “De buenas intenciones está pavimentado el camino hacia el infierno”.


El gran peligro es que estemos en presencia del más auténtico populismo con el anuncio de medidas simplemente para ganar la simpatía de la población. Y como advierte Moisés Naín: “…El populismo hay que entenderlo sobre todo como una estrategia para obtener y ejercer el poder. Su atractivo es la versatilidad: el populismo como estrategia puede ser útil en una gran variedad de contextos y ser compatible con casi cualquier ideología de gobierno o con ninguna…” (La Revancha de los Poderosos – 2022)



Por eso, y para despejar todas las dudas, el gobierno debe explicar en detalle a los colombianos como serán los procesos que se propone adelantar para: Hacer la transición a las energías limpias remplazando los recursos que hoy provienen de las fósiles; Reformar la salud, suprimiendo o cambiando el modelo de las EPS; Adquirir y entregar las tierras productivas a los campesinos; Reasignar los dineros del ahorro pensional de los trabajadores; Reemplazar la importación de productos por otros cultivados o elaborados aquí; Legalizar las drogas; Celebrar acuerdos con los grupos subversivos y con las grandes bandas delincuenciales; Sustituir los cultivos de Coca; Impulsar el turismo; Entregar la construcción de carreteras a comunidades locales; En fin..


@vherreram

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