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Historia de la prensa en Barranquilla



En el artículo ´La prensa en Barranquilla a mediados del siglo XIX´, publicado en1.996 en la segunda edición de la revista Historia Caribe y escrito por Cesar Mendoza Ramos, profesor de la Universidad del Atlántico y Martha Bohórquez Eusse, profesora de la Universidad del Magdalena, los catedráticos expresan en un segmento: “La prensa tanto local como regional, reseñaba y describía las mutaciones del imaginario y las formas de sociabilidad surgidas del proceso de reformas del medio siglo XIX, caracterizado por la existencia de una prensa marcadamente política, proclive a las pasiones partidistas del periodo. Ella se constituyó en el soporte de un modelo de organización estatal que fraccionaba artificialmente al país. En el Caribe colombiano ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Martha fueron los centros de una vigorosa prensa regional y local, con obvias diferencias.



Mientras en 1950 Cartagena y Santa Martha contaban con imprentas para la edición de su prensa, Barranquilla carecía de ellas. Según Aureliano Gómez Buendía hasta 1853 ‘era menester ir a Cartagena y Santa Martha para realizar las impresiones de las escasas publicaciones existentes en la villa’.


Tres periódicos de la época: El Picol, los primeros números de la Regeneración de sabanilla y El Progresista, primeros periódicos de la ciudad fueron impresos fuera de Barranquilla. En la imprenta de Antonio Locarno, de Santa Martha se editaron los dos últimos y en la imprenta La Democracia de Federico Núñez en Cartagena, se editó el Progresista. Para esta fuente la primera imprenta que existió en Barranquilla fue La Imprenta de Barranquilla, propiedad del señor G. Fuentes que inició trabajos de impresión de la pequeña población de entonces en 1853.


Trece años después, Domingo González Rubio hizo venir un equipo tipográfico completo organizando la Imprenta de los Andes. En 1869, Elías Pellet funda la Imprenta Americana donde editó primero El Precio Corriente, hoja comercial, y The Shipping List, periódico en inglés cuya fortaleza informativa era la actividad económica de la ciudad, en especial, todo lo relativo a su comercio de exportación e importación.


A mediados del siglo XIX la mutación de las ideas y de los imaginarios de la élite Barranquillera fueron lentos. Al tradicionalismo del universo mental de la inmensa mayoría de los habitantes de la ciudad, en los años de las grandes reformas, contribuyó el bajo índice de alfabetización en la ciudad.


La mutación, aunque lenta, que experimentó el imaginario de la élite local, se benefició con el surgimiento de impresos, en especial, de la prensa. Por ley del 7 de octubre de 1857, Barranquilla al igual que Corozal, fue elevada a la categoría de ciudad; abandonaba así su condición de villa y la dirección del estado de Bolívar hacía reconocimientos del progreso de una localidad que se insinuaba bastión del radicalismo en ciernes.


Los avances de la villa se insinuaban con la aparición, como anotamos, de su primer periódico: El Progresista. Este comenzó a circular desde el 15 de mayo de 1850; su redactor, Joaquín María Palacio, fue administrador de las aduanas de Cartagena, Santa Martha y Sabanilla. En ese año Barranquilla contaba con 5.851 habitantes. Al igual que los periódicos de su época, se caracterizó por ser marcadamente político.


El 1 de marzo de 1852 salió El Picol, cuyo editor, Luís Picalúa, se preocupó por promover la sátira política y social en la ciudad. Se imprimía en Santa Martha en la imprenta de Antonio Locardo, y circuló hasta 1853.



El 25 de noviembre de 1852, apareció La Regeneración de Sabanilla, como órgano oficial del gobierno de la Provincia de Sabanilla, el cual circulaba semanalmente y cuyo objetivo era difundir en todas las clases del pueblo el reconocimiento de sus derechos y la brillante luz de la civilización.


Otros periódicos que circularon entre 1850 y 1860, fueron: La Verdad Desnuda (1854), La Fama e Iris de Sabanilla (1855), El Progreso (1857).


El 17 de febrero de 1928 sale el primer número del famoso diario La Prensa de Barranquilla, el más importante en la primera mitad del siglo XX. En 1950 circula el primer número de la revista Crónica.


El Heraldo surgió el 28 de octubre de 1933 como una empresa modesta, dispuesta a servir pertinazmente a Barranquilla, al Partido Liberal y al país, labor que encontró en la opinión pública su principal soporte, gracias a su línea de conducta clara y recta y a sus campañas, en las cuales el interés de la comunidad ha estado siempre por encima de los intereses particulares, por respetables que estos sean.


Entusiastas caballeros liberales concibieron este diario con el fin de darle un órgano de expresión a su partido, apoyar la candidatura presidencial del doctor Alfonso López Pumarejo y defender los intereses de esta región, en donde solo se escuchaban por ese entonces las voces periodísticas conservadoras de los periódicos La Prensa y La Nación.


De acuerdo con el relato del periodista Juan Goenaga, en el Club Barranquilla se reunían con frecuencia Julio Montes, alcalde de Barranquilla; Ramón Santo Domingo, Enrique A. De la Rosa, Luis Eduardo Manotas, en representación de Alberto Pumarejo, quien se encontraba en Bogotá, como Ministro de Correos y Telégrafos en el gabinete del Presidente Enrique Olaya Herrera, Carlos Manuel Pereira, en representación de Juan B. Fernández Ortega, quien había sido nombrado por el Presidente Enrique Olaya Herrera miembro de la Legación Diplomática de Colombia en Panamá, y Antonio Luis Carbonell Baena, propietario del Diario del Comercio.


Así surgió el diario en su primera sede en una casona de la entonces Calle Ancha, hoy Paseo Bolívar. Lo primero que hicieron sus fundadores fue comprar la vieja máquina del Diario del Comercio, para la edición del nuevo diario el cual se llamó El Heraldo, a raíz de un concurso popular que ganó la joven barranquillera Alicia Pacheco Hoyos.


El Diario del Caribe fue fundado el 11 de septiembre de 1956 por Luis Pacini Santodomingo, quien procedió a constituir la sociedad editora correspondiente. Desde un comienzo, el periódico fijó su orientación general, definiéndose como un órgano cuya misión sería la de informar irrestrictamente y sin ambages a la comunidad, sin detenerse ante el encumbramiento de la clase dirigente y política para proceder a denunciar sus desaciertos o malos manejos. Al cambiar de propietarios, el 16 de octubre do 1961, tomó partido político y se declaró un periódico liberal, pero “liberal a secas”, esto es sin compromiso con grupo alguno.


Bajo la dirección de Francisco Posada De la Peña (desde el 10 de febrero de 1972 hasta el 11 de septiembre de 1982), se mostró ampliamente abierto a las distintas tendencias ideológicas (Martínez Ávila). La primera sede que tuvo Diario del Caribe estaba ubicada en la carrera 45 con calle 50; de allí se trasladó a la calle 44 con carrera45; luego, a la calle 34 con carreras 35 y 36, y, finalmente, hasta su desaparición, en la calle 42 con carrera 50B.


EL Diario La Libertad nació el 7 de abril de 1979, fundado y dirigido por Roberto Esper Rebaje. Este proyecto familiar comenzó con la idea de ser una escuela práctica para todos los que quisieran ser periodistas, pero no pudieran financiarse la carrera. Rápidamente se convirtió en una alternativa para la comunidad, pues, siguiendo el ejemplo de algunos tabloides internacionales, mezclaba información rigurosa en tono cercano al ciudadano común, con notas sensacionalistas.


Actualmente, la página de Internet del diario, sui generis en Colombia, es una reproducción interactiva del diseño del periódico impreso. La Libertad cuenta, además, con una cadena radial.


La Libertad, ubicado actualmente en la carrera 53 con calle 55, cuenta con su propia revista llamada La Libertad Deportiva, con un enfoque exclusivo y dirigido al campo deportivo y una sección especial denominada Crónica Judicial, un informe que describe los sucesos más importantes en materia judicial a nivel local y nacional.



El primero de marzo de 1945 circula por primera vez el periódico vespertino El Nacional dirigido por Julián Davis Echandía, fue el único periódico vespertino que tuvo la ciudad por mucho tiempo. Uno de sus principales jefes de redacción fue Orlando Vargas Palmera, quien posteriormente sería editor general en 1970.


Por el Nacional desfilaron figuras importantes como Gabriel García Márquez “Gabo“, Álvaro Cepeda Samudio, José Víctor De Castro C., más conocido como Chelo De Castro, Josefina Llanos, Pedro Lara Castiblanco, Rodolfo Rodríguez Calderón, Hernando “El bigote” Rangel, Wilber Fábregas Molina, Norberto Tejeda, Estewill Quesada, Mariano Orozco, José Manuel “El Indio “Iguarán, Guillermo Martínez Navarro y Luis Emilio Valderrama Castro, Jorge Visbal Hamburger, Luis Emilio Valderrama, Johnny Rodríguez (fotógrafo) y Rafael Arrieta (fotógrafo).

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