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Elecciones regionales, ¿Otra oportunidad perdida?



El próximo 29 de octubre se realizarán las elecciones regionales y locales en Colombia, en el marco del primer gobierno de izquierda en más de 100 años de gobiernos de las élites. ¿La pregunta es si la gente votará por candidatos diferentes ó seguirá votando por los mismos de siempre?


Comienzo analizando cómo es la democracia en Colombia. De acuerdo con los estándares internacionales en el año 2021, nuestro país ocupó el puesto 59 en el mundo con una calificación de 6,48 sobre 10, que se cataloga como democracia deficiente. Veamos cuáles pueden ser lo factores para esta mala calificación.



Ignorancia (falta de conocimientos), pobreza y atraso.


Debido a que hay una gran mayoría de personas que viven en la pobreza en Colombia, es muy difícil recibir una buena educación e instrucción, así que su nivel de conocimientos es muy precario. Sus conocimientos solo llegan a lo que escuchan en la radio y principalmente lo que ven en la televisión, algunos lo que leen en los periódicos y por supuesto las redes sociales, que pasan muchas falsas noticias y desinforman. No conocen la verdadera historia, no saben por qué Colombia marcha tan mal y por qué ellos se encuentran en esa situación. Luchan por sobrevivir y no tienen la posibilidad de seleccionar de una manera correcta los candidatos a estas corporaciones. Votan la mayoría de las veces basados en los eslogans de los candidatos, diseñados para atraer incautos, pero por supuesto, al igual que las promesas, nunca van a cumplir. Terminan eligiendo a los mismos de siempre, que solo se interesan por proteger sus intereses y no de cambiar las cosas en beneficio de la mayoría. Esta situación no se presenta en países de gran desarrollo social, donde las personas reciben una buena y verdadera educación e instrucción, como es el caso de Noruega, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca, que ocupan los seis primeros lugares en el mundo con una calificación de democracia plena.


Corrupción.


Es el cáncer de Colombia y América Latina. Según Transparencia Internacional, en el año 2022, Colombia ocupó el puesto 91 entre 180 países, con una calificación de 39. Una calificación por debajo de 50, indica alto índice de corrupción. Los corruptos toman la política como un negocio. Invierten dinero en las elecciones, para luego obtener grandes ganancias. El resultado es hospitales en quiebra, obras de infraestructura mal hechas ó ni siquiera iniciadas. Muchos municipios sin agua potable, se roban hasta el presupuesto de la alimentación para los niños (PAE). Esta situación contribuye grandemente a agravar la situación de desigualdad, atraso y pobreza en Colombia. Otra forma de corrupción es la compra del voto. Las personas en su ignorancia y necesidad, viendo que nada cambia con las elecciones, optan por vender su voto ya sea por dinero, almuerzos, becas u otras cosas. Inclusive suceden cosas insólitas, como el caso de un político de Córdoba, que después de ser condenado por corrupción por los sobornos de la multinacional Odebrecht, fue recibido como un héroe en su pueblo natal. Además de lo anterior, el voto en las ciudades, aunque hay votación independiente es también manipulado especialmente en los barrios pobres y que no decir de las regiones, pueblos y áreas rurales, donde también el voto es manipulado y comprado (corrupción electoral) por los clanes políticos y familiares (Recomiendo leer el libro “La costa nostra”, de la periodista Laura Ardila Arrieta, que describe con detalle lo que ha ocurrido y ocurre en la Costa Atlántica, pero que perfectamente ha pasado y está pasando en otras regiones del país y que ayuda a ver con claridad, cómo se maneja la política a nivel regional y se entiende mejor, algunas de las causas de la pobreza y el atraso de nuestro país, especialmente en las regiones). Estos personajes hacen algunas cosas por el pueblo, pero más con las personas de su círculo, que les han ayudado a ser elegidos y además siempre buscando el beneficio de sus propios intereses y de su clan ó grupo cercano.


Violencia.


La violencia en algunas regiones de Colombia también contribuye a que las elecciones no sean limpias y verdaderamente democráticas. Los grupos violentos de algún origen político, pero que con el tiempo, ya no tienen verdaderos objetivos políticos y los grupos puramente criminales, ejercen presión sobre los votantes, para que elijan a sus candidatos, que más tarde los van a favorecer de una manera económica ó política, perjudicando los intereses de las comunidades que los eligieron. Los grupos violentos, que son identificados como de izquierda, son en realidad un desprestigio para la izquierda, pues desde hace décadas su accionar violento, perjudica a la población civil y agudiza aún más la desigualdad, la pobreza y el atraso. Esta actitud conlleva al rechazo de la población, tanto es así, que en las últimas elecciones para el congreso, las antiguas FARC tan solo obtuvieron 50.000 votos. Cómo se explica que estos grupos a pesar de haber en Colombia un gobierno de izquierda con Petro y su pacto histórico y que es atacado y obstaculizado por las élites, continúen con sus mismas acciones violentas, afectando al pueblo, en vez de apoyar decididamente los procesos de paz que les plantea el gobierno.


Costo de las campañas.


El costo en general de las campañas es muy elevado, así que los candidatos deben utilizar muchos medios para obtener los fondos necesarios para poder realizar sus campañas. Acá es donde se presenta el peligro de corrupción, pues los candidatos pueden recibir fondos ilegales, quedando comprometidos con los corruptos, los criminales ó los violentos. Incluso en campañas financiadas con fondos legales, éstas como son tan costosas, la posibilidad de candidatos que verdaderamente provengan de las clases populares y vayan a defender sus intereses, son casi nulas y también los candidatos así elegidos, quedan comprometidos con intereses particulares, no con el beneficio de la mayoría. Esta es una de las razones para que en Colombia siempre hayan dominado las castas y los caciques regionales, que han sacado buen provecho de estos cargos para beneficio propio y de sus aliados y no de la mayoría de la población.


Lo anterior es lo que explica en resumen que en Colombia no haya una verdadera democracia y que a nivel mundial esté catalogada como una democracia deficiente.


Claro, como decía Churchill “La democracia es el peor sistema de gobierno a excepción de todos los demás que se han inventado”. La democracia en nuestro país solo se mejorará en la medida que mejoren las condiciones sociales, económicas y políticas, mientras tanto seguirá siendo una democracia deficiente.



Por otra parte, hay que tener en cuenta un factor que incide en la elección de los votantes y son los medios de comunicación, sean escritos, de TV, radiales ó ahora digitales. Veamos quiénes son los dueños de los principales medios de comunicación en Colombia.


Caracol TV, su dueño es Valorem, un grupo empresarial cuyo principal miembro es el grupo Santodomingo, propietario también del diario El Espectador, Blu Radio y la revista Cromos.


RCN TV y cadena radial, la FM y el diario La República, su dueño es la organización Ardilla Lulle.


Cadena radial Caracol y W radio, el dueño es el grupo Prisa de España, cuyo dueño es un poderoso empresario Francés.


Diario El Tiempo, el dueño es el grupo empresarial (grupo Aval) de Luis Carlos Sarmiento Angulo.


Revista semana y los diarios El País de Cali y el Heraldo de Barranquilla, el dueño es el grupo Gilinski.


Red + Noticias, el dueño es América Móvil de México, cuyo propietario es el multimillonario Carlos Slim.


Los periódicos regionales más importantes, pertenecen a familias poderosamente económicas.


No se trata de atacar a los grupos empresariales, ni la libertad de prensa, pues estos grupos son importantes para el desarrollo económico (capitalismo) de un país. En Colombia el capitalismo es subdesarrollado, endeble, raquítico, debería haber muchas más empresas que proporcionen empleos de calidad. Un caso muy interesante es el de la China. Este país hasta unas décadas era un país pobre y atrasado. En los años 80, Deng Xiaoping, el líder del partido comunista, impulsó unas reformas económicas e introdujo el sistema capitalista en la China con gran éxito, tanto que han logrado que unos ¡¡800 millones de Chinos salgan de la pobreza¡¡ y que ahora la China sea la segunda potencia económica y militar del mundo. Claro en lo político nada ha cambiado y China sigue teniendo una dictadura de partido, con pocas libertades y un sistema policiaco. Un buen ejemplo de países que tienen un gran desarrollo económico y social, pero también político, son los países Nórdicos, Suiza, Australia, Nueva Zelanda. Mientras no se desarrolle el capitalismo, los partidos, candidatos y líderes políticos, de cualquier ideología, pueden proponer lo que quieran para solucionar los graves problemas de Colombia y en general de América Latina y no va a pasar nada, todo seguirá igual ó peor, como hasta el momento.


Estos medios cumplen una buena labor denunciando la corrupción, los malos manejos administrativos, la violencia, el narcotráfico y otros males, el problema es que sus dueños tienen una ideología muy diferente a la ideología de izquierda del gobierno de Petro y esto hace que no sean del todo objetivos e imparciales; por esta razón vemos que maximizan los escándalos de la familia y funcionarios de Petro, haciendo un gran despliegue periodístico y minimizan los escándalos de las élites ó los propios, como también se ha visto en el caso del vínculo del caso de corrupción de Odebretch con el grupo Aval, propietario del periódico El Tiempo, los dineros de Odebrecht con la campaña de Oscar I. Zuluaga y la posible compra de votos de un familiar del clan Char, por poner algunos ejemplos. Dan la noticia, pero no hacen un gran despliegue, como con los escándalos de Petro y su entorno.


En las elecciones estos medios pueden y tienen poder para orientar a los votantes hacia los candidatos que más les convengan a sus intereses. En conclusión, debe respetarse la libertad de prensa, pero este matrimonio de grandes empresas y medios de comunicación, no es compatible con un periodismo objetivo, imparcial y transparente, siempre existe el riesgo de conflicto de intereses.


Veamos ahora cómo está el panorama para las próximas elecciones. Los cargos a elegir son: gobernadores, asambleas departamentales, alcaldías, concejo y juntas administradoras locales. Los candidatos pertenecen a: coaliciones, grupos significativos de ciudadanos, movimientos sociales y a partidos ó movimientos políticos, son miles de candidatos. Los partidos ó movimientos políticos y las coaliciones son mayoritarias.


Bueno, en este marco de una democracia deficiente que tenemos, con problemas de ignorancia y pobreza, corrupción, violencia y costo elevado de las campañas, las personas del común, que son la mayoría ¿por quién pueden votar? En estas elecciones regionales y locales, a diferencia de las elecciones para presidencia y congreso, las ideologías de derecha, izquierda ó centro, no son tan determinantes, lo más importante para considerar en el momento de votar, es la honestidad y transparencia de los candidatos y partidos, una hoja de vida limpia, en lo posible experiencia en el manejo de lo público, que no tengan nada que ver con clanes políticos ó familiares, que han detentado el gobierno regional por décadas, sin que la comunidad se beneficie de esto.



Es muy importante tener en cuenta que los cambios y mejoras de los malos indicadores sociales y económicos de Colombia, depende también del desempeño de los gobiernos regionales (gobernadores y diputados) y locales (alcaldes y concejales), inclusive de las juntas administradoras locales (ediles).


Si las personas, sea por ignorancia o atraso o cualquier otra causa, siguen votando por malos candidatos ó vendiendo su voto ¿cómo pueden posteriormente quejarse de que las cosas siguen igual ó van de mal en peor? Ó puede ser como lo dice el filósofo y profesor universitario Panameño Abdiel Rodríguez Reyes, en su artículo “El social- conformismo: La plataforma para mantener las desigualdades: “…si hay una población social-conformista, no verá las desigualdades como problema y podrá vivir con ellas, porque no tendrá la capacidad de revertir esta realidad que afecta a millones de personas en el continente más desigual del planeta”, Latinoamérica.

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