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El poder del dinero vs el poder del conocimiento



No puedo precisar si fue Carlos Marx el que dijo: “Quien tiene el poder político tiene el poder económico”. En todo caso, creo que se desprende de su obra cumbre: El Capital.

El poder económico prima sobre el político. Creo en términos generales que el poder económico se toma el poder político para administrarlo desde el Estado.


El poder económico se expresa en muchos ámbitos de la sociedad y en la familia. En la familia se ha dicho que el que lleva el dinero a la casa (el hombre) pone condiciones en la mesa y en la cama. El poder económico se impone para elegir al presidente de una junta directiva de un consorcio o empresa privada. El poder del dinero se impone en la conformación de empresas electorales.



Sin embargo, además de los poderes económico y político, existen el poder del conocimiento y el poder de una estructura síquica de carácter ético-moral (Teoría crítica de Max Horkheimer).


El doctor Gustavo Petro no hace parte del poder económico, pero obtuvo una fracción del poder político. ¿Cómo lo hizo? Nunca se escuchó decir ni en los corrillos que Petro comprara votos. Los cargo públicos de elección popular a los que accedió, incluyendo el último, la Presidencia de la República, fueron logrados básicamente con votos de opinión. Entonces, no fue producto de una empres electoral, engranada y aceitada con la consecuente compra de votos en dinero o votos “amarrados” a cambio de otras especies.


¿Cómo lo hizo? Sumó los poderes del conocimiento y el poder ético-moral. Digo sumar para mayor comprensión del ejemplo. Lo correcto es decir que ambos poderes estaban sumados en él.


Dirán los detractores que el doctor Petro tuvo que aliarse con miembros de la derecha (algunos liberales y conservadores) y otros tantos más que convergieron en el Frente Amplio, para ganar la presidencia. No obstante soy de los que creen que el doctor Petro ganó con su Colombia Humana en 2018, sin pacto y sin frente. Sin maquinarias, sin compra-venta de votos. Solo a punta de votos de opinión porque era su costumbre y así acostumbró a sus seguidores.


El poder del dinero sin poder del conocimiento y sin el poder de los valores éticos y morales, nos trajo este pantano. Estas tierras movedizas de las que tardaremos en salir. El poder del dinero entronizó las empresas electorales y puso en el poder político a unos clanes familiares mafiosos y a una “dirigencia” mediocre, por bruta, enquistada en las instituciones del Estado.


El poder del conocimiento parece resucitar en medio de la crisis global del neoliberalismo y del calentamiento global con su consecuente cambio climático. La ciencia es la única que nos puede salvar parece haber dicho el doctor Petro a los periodistas durante la entrega de los Premios Simón Bolívar.


El poder del conocimiento con los Ilustrados a la cabeza, en Francia, desembocó en la Revolución Francesa de 1789. Bolívar forjó la independencia de 5 naciones por haber bebido en la fuente del poder del conocimiento de los Ilustrados franceses.


El poder del conocimiento como “patrimonio” intelectual de las élites de clase media (leer Dialéctica de la democracia de Antonio García) fue la fuente del poder del liberalismo y el conservatismo desde la fundación de la República hasta el Frente Nacional, aunque haya sido utilizado perversamente éste poder del conocimiento.

No siempre se impone el poder político auspiciado por el poder económico. El estallido social de mediados del 2021 es una rebelión contra esos poderes. Más del 50% del pueblo colombiano al no encontrar soluciones a la satisfacción de necesidades negadas o aplazadas por dos centurias por ese poder económico-político, eligió al doctor Petro como representante del poder del conocimiento sumado al poder ético-moral. No han podido derrotar al doctor Petro porque no se ha doblegado al poder del dinero.



Tamaño asunto complejo y delicado para el futuro de Colombia es la disyuntiva: o mafias del poder económico odiantes del poder del conocimiento y del poder ético-moral y por tanto oscurantistas, o el poder del conocimiento, de la ciencia, de la ilustración, de las luces. Este último poder, por lo significativo del cambio social por la vida no puede estar representado (vocerías y auto postulantes a cargos de elección popular) , por obvias razones por quienes no tienen ni poder de conocimiento ni poder ético-moral. Quien quiera ser representante de esos poderes sin tener ni la materia gris ni el espíritu de la honestidad es un impostor. No puede abrogárselo cualquiera por el solo hecho de tener una mejor posición económica que otros o por tener más dinero. Ese tipo de poderes no se transmite por “compadrismos” ni “amiguismos” ni nepotismo. En general ese poder no se ejerce o hereda por la vía del clientelismo.


Ojalá una asamblea refrende los nombres de los mejores sin manipulaciones.


Intentar doblegar a otros con el poder del dinero siempre serán una ventaja para el dueño del dinero. Doblegarse al poder del dinero es una tentación irresistible para quienes no tienen ni poder de conocimiento ni poder ético-moral y un riesgo mortal para cualquier proyecto de vida que se proponga ser duradero.

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