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¿Puede el dólar perder su corona?



El pasado 13 de abril, el presidente de Brasil, Lula da Silva, pidió a los países que conforman el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), encontrar una moneda diferente al dólar estadounidense para su comercio exterior, sumándose al trabajo que ha desarrollado China en los últimos años para restar parte del dominio que ha tenido Estados Unidos en este campo.


“¿Por qué una institución como el banco de los BRICS no puede tener una moneda para financiar las relaciones comerciales entre Brasil y China, entre Brasil y todos los demás países BRICS?”, dijo el presidente Da Silva en una visita al Nuevo Banco de Desarrollo, con sede en Shanghái.



Las declaraciones, que volvieron a tener una alto alcance, no son novedosas. El siglo pasado, el expresidente francés Charles de Gaulle, criticó la manera en que Estados Unidos había posicionado al dólar como una moneda internacional y su ministro de finanzas, Valéry Giscard d’Estaing, calificó este mismo fenómeno como un “privilegio exorbitante”.


Incluso, a inicios de abril, Peter C. Earle, escribió para el American Institute for Economic Research (AIER), que aunque el dólar “probablemente estará presente por mucho tiempo, quizá muy largo”, el destino de la moneda como “lengua franca del comercio mundial a largo plazo ya puede estar sellado”.


¿Cuáles han sido las monedas de reserva global en los últimos siglos?


La historia podría remontarse incluso a Atenas (antes de Cristo) y a Roma, con una dominancia hasta el siglo IV (después de Cristo). Pero en cuanto a las monedas de comercio mundial, los cambios comenzaron a marcarse desde el siglo 13. Esta es la distribución:


  • El fiorino (Florencia): del siglo trece hasta el siglo 15.

  • Real Portugués (Portugal): 1450 a 1530.

  • Real español o ‘real de a ocho’ (España): 1530 a 1641, aunque algunas publicaciones hablan de una dominancia de 300 años conforme se dio su transformación.

  • Florín holandés (Holanda): 1642 a 1720.

  • Libra francesa (Francia): 1720 a 1815.

  • Libra esterlina (Reino Unido): 1815 a 1920.

  • Dólar (Estados Unidos): el posicionamiento de esta moneda comenzó en 1920, pero su consolidación como moneda de reserva global se dio en 1970.


“Una moneda de reserva es una moneda ampliamente utilizada por bancos centrales para invertir las reservas internacionales. Las monedas de reserva se caracterizan por su facilidad para negociarse y son frecuentemente utilizadas en el comercio internacional y en las operaciones financieras internacionales”, define el Banco de la República de Colombia en su página web.



El dominio del dólar como moneda de reserva global


Hasta el cierre de 2021, el 58,8% de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo estaban compuestas por el dólar estadounidense. Esto, pese a que la aparición del euro en 1999 y la fortaleza obtenida por otras divisas, le recortaron al dólar un 12,2% en su imperio de moneda de reserva global (entre 1999 y 2021), de acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).


La Segunda Guerra Mundial fue la que marcó el antes y el después para esta moneda, desde los Acuerdos de Bretton Woods. Una vez terminó este conflicto bélico, las reservas de divisas internacionales, los contratos de materias primas y gran parte de las transacciones internacionales comenzaron a hacerse en dólares, principalmente porque Estados Unidos se encargó de proveer armamento y recursos a diferentes países y comenzó de una manera más marcada la deuda externa o internacional, acentuándose en la década del 70, según archivos del FMI.


A mediados de 2022, en medio de la fortaleza del dólar en la economía global, la Reserva Federal (FED) publicó un estudio en el que remarcó que el dólar sigue siendo la principal moneda del mundo y no tiene aún quién le compita, aún con los desafíos geopolíticos actuales y las tecnologías que crecen alrededor de las monedas digitales.


Los autores Linda Goldberg, Robert Lerman, y Dan Reichgott dijeron que “ninguna moneda reproduce las características del dólar estadounidense como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio (...) Además, los activos estadounidenses se consideran seguros y líquidos y han resistido los efectos de las crisis mundiales”.


Pese a estas características, los autores también citaron algunas circunstancias que pueden afectar el uso del dólar a nivel internacional en el tiempo: las sanciones a rusia, que pueden causar desdolarización de otras naciones que quieran evitar sanciones similares; y el uso de las monedas digitales y criptomonedas, que llegarían en algún momento a reemplazar el papel del dólar en los pagos y las inversiones.


¿Se puede reemplazar al dólar?


Aunque es parte del objetivo de los BRICS, que demandan un sistema de divisas más estable y diversificado, los pasos a efectuar pueden tardar años en implementarse y que más países en el mundo se sumen a esta posible transición.


“El proceso es demasiado largo, impreciso y viene acompañado de grandes choques globales (al dólar lo posicionaron dos guerras mundiales y el acuerdo arabe de vender petroleo en dolares). Todo este proceso tomó 50 años”, escribió Felipe Campos, economista internacionalista y gerente de inversión y estrategia de Alianza Valores, a través de su cuenta de Twitter.



Una moneda de los BRICS, por ejemplo, debería formarse por una canasta compuesta entre el rand sudafricano, la rupia de India, el real brasilero, el rublo ruso y el yuan chino.


Justamente, Peter C. Earle, en su artículo para el American Institute for Economic Research (AIER), “reemplazar la moneda fiduciaria de la economía más grande del mundo con la(s) moneda(s) fiduciaria(s) de (una) economía(s) más pequeña(s) no es una estrategia de reemplazo viable. Alejarse del dólar trae barreras sustanciales para salir, así como efectos de red para superar, debido a obstáculos históricos, tecnológicos, financieros y habituales”.

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