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El país en llamas, la población desprotegida y sin rastro del Estado

Por: Manuel Estevez



Ateniéndonos a lo declarado por Otoniel él se entregó voluntariamente, ya sea por la presión de las tropas o porque le pareció que ya era el momento de arreglar cuentas con la ley.


Al entregarse, él sabía que terminaría extraditado y muy seguramente ya habría arreglos iniciales con la justicia de los Estados Unidos de manera confidencial, como pasa con los grandes perseguidos como Alex Saab y todo lo que se ha sabido.



Otoniel en su rostro nunca dibujó nada diferente a una tranquilidad extrema acompañada de una socarrona sonrisa. Todo esto nos da para asegurar que él sabía como era la cosa; Por lo tanto, sus ejércitos en el monte también.


Pero qué ocurre: Toda la opinión quería saber de su boca declaraciones donde contar y cantara de su vida de más de treinta años delincuenciales y cómo conformó tan poderoso Ejército, que se denomina de varios nombres según la región a saber: Urabeños, Clan Úsuga, Clan del Golfo, Águilas Negras o Autodefensas Gaitanistas de Colombia.


Entonces ante la JEP comenzó a prender el ventilador, como se dice hoy, no es menos importante que esas audiencias con este tribunal sufrieron todos los tropiezos habidos y por haber pues la JEP exigía total privacidad para esas audiencias y la policía nunca lo permitió como si no quisiera que así fuera.


Luego de superado ese incidente Otoniel dio nombres de personas y Entidades del orden público y privado, civiles y militares muchas que de suyo causaron estupor y otras de las que ya se sabía. No aporto muchas pruebas eso es lo que se sabe hasta ahora.


Pero quedaban los familiares de las víctimas principalmente que querían saber de cómo se les haría justicia con sus familiares asesinados y todos sin excepción salidos de corrientes de la izquierda. Para ello se interpuso una tutela y la Corte Suprema dio un compás de espera para la extradición mientras esto se resolvía.



Saltaron inmediatamente las voces de los implicados con las acusaciones, aduciendo una posible fuga y recordando la obligación con Estados Unidos por lo del tráfico de más de noventa toneladas de droga mucha de ella para ese país.


Este Gobierno que todo lo ha manejado mal en un despliegue de suficiencia y escandalosa propaganda decidió, la extradición exprés y en menos de cuarenta y ocho horas en acuerdo con la Corte Constitucional (una de las que persigue a Uribe, según dicen) revocar lo decretado por la Suprema y en un despliegue desmedido lo paseó por la calle 26 y con un trato humillante revelar cada detalle del magno evento, tanto en la entrega como en su llegada a USA dejando acá a las familias de las víctimas desconcertadas y con un mal sabor a gasolina en sus bocas.


Entonces como resultado de este pantallero evento las fuerzas de Otoniel agrupadas en UGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) decidieron mostrarse con la fuerza militar que tienen y contrario a lo que sostiene el ministro Molano no son un reducto, son un grupo que hoy tienen paralizados en unos casos y con mucho temor en otros a más de ocho departamentos de Colombia.


Y la sensación de desprotección que la ciudadanía siente es total y se preguntan ¿cómo han sido tan eficientes en las protestas callejeras disparando a diestra y siniestra contra esos vándalos de la Primera Línea, pero tan pasivos ahora?



Ad portas de unas elecciones donde la izquierda tiene posibilidades de colocar un Presidente se pudiera pensar que el Gobierno quiere enredar y hasta aplazar las elecciones por los gravísimos problemas de orden público y que mejor justificación ante la Comunidad Internacional para ello.


Como conclusión vemos a un Gobierno de extrema derecha enfrentado con una organización criminal armada de ultraderecha y medio país encerrado y atemorizado pendientes de los hechos que se presenten y a la buena de Dios.

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