"Que un hijo le dice al papá: ¿padre, si los buenos matan a los malos, nos queda el mundo para nosotros, los buenos?; -el padre- ¡NO hijo!, queda el mundo para los asesinos”. Anónimo.
Y a propósito de muertes, dice el diario El Espectador: "Hablan epidemiólogos, a razón de que Colombia registrará y superará las 100 mil muertes por coronavirus: ¿Cómo entender este punto de la pandemia?"
Pero al leer los diferentes puntos de vista, no encuentro un antídoto eficaz de los especialistas nacionales; porque la fortaleza del virus, pese a la disciplina del cuidado, no sólo ha infectado la salud física de los colombianos, sino que ha atado y reprimido aún más el lánguido desarrollo económico del país.
Y nos dice el discípulo, Marcos en: 3:27; que nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa.
Pues bien, así viene actuando esta mortuoria pandemia mundial, atando a fuertes y a débiles; y si ha sido 'saqueado" el desarrollo económico de los países más fuertes, y también ha vulnerado la fortaleza de su universal e integral sistema de salud pública.
Luego, se hace más notorio y evidente, a la vista de todo el mundo, de cómo está la Colombia rural, la social marginada, e incluso, la Colombia del más “fuerte”.
Y los primeros, los débiles, siguen atados en el pantano de la miseria económica, por ende, son los más vulnerables a la muerte; y los segundos, los fuertes, viven con un estrés capitalista, temiendo perder, primeramente, su caudalosa fortuna económica.
Mientras tanto que la covid-19, contra ataca, matando cada día a mas colombianos, los extremos políticos, siguen encarnizados en una guerra fría del agravio en sí mismos, queriendo mostrarse, cual de ellos es más fuerte, electoralmente.
Cuán equivocados están quienes vienen manifestando que la vida social, después de esta pandemia, no será la misma. Que habrá que reinventarse para poder avanzar en la recuperación del masivo empleo perdido.
¿Y hay reinvención inteligente en los debates electorales? ¿Acaso sobreabundan propuestas unificadas para garantizar seguridad en el país, y atraer la manoseada inversión extranjera, y crear más puestos de trabajos masivos con justos salarios?
¿Han mermado los insultos de un bando contra el otro, como si NO hubiese otra manera estratégica para ganar más simpatizantes en su carrera electoral, y así ser elegidos por voto popular por mérito propio?
¿Y posteriormente en las urnas, el ciudadano antes "inoculado" de tanto engaño electoral, ya en su conciencia, y por carencia propia de la crítica situación social, elegirá a los candidatos más idóneos al cargo que aspiran? ¡NO! Es una quimera ilusión.
Porque dicen que cuando un político pide disculpas en público, NO se empequeñece, sino todo lo contrario, se engrandece; entonces en la política colombiana, “nada tienen que disculparse”, por eso, nadie se engrandece.
Prueba de ello, en un reciente debate político; la moderadora y actriz, Margarita Rosa, les pidió a los participantes hacerse una autocrítica; y Petro, dijo estar arrepentido por haber votado a favor del exprocurador, Ordóñez. Y Roy Barreras, arrepentido por haber creído en la seguridad democrática, del expresidente, Uribe.
Y si, Margarita, decidiera en ecuanimidad democrática, invitando a otro debate, a los señalados, Ordóñez y a Uribe, y ellos, también sectarios previsibles, igual, responderían con descalificaciones personalizadas, a manera de desquite. ¿Y eso los engrandece?
¿Acaso eso es reinvención política electoral post-pandemia? ¡NO! Es el legendario virus mortuorio de la rencilla por el poder, que condenan a toda una sociedad. Proverbios 19:20 Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días.
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