Por: Amylkar Acosta M.

Se está configurando una especie de tormenta perfecta que acecha al Sistema eléctrico, que podría llevar a un racionamiento de energía entre enero y marzo de 2025, el cual podría anticiparse como lo ha reiterado el Contralor en un reciente pronunciamiento suyo.
En días pasados reiteró que “si el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Minas y Energia, así como las demás entidades competentes como la Superintendencia de Servicios Públicos , no toman las medidas y decisiones pertinentes, la situación financiera de los prestadores puede generar una inminente cesación en la prestación del servicio de energía, perjudicándose los usuarios”.
Por su parte la firma XM, responsable de la operación del Sistema interconectado nacional (SIN), en una alerta temprana, con base en una modelación realizada para el verano 2025 - 2026, la demanda proyectada por la UPME (junio/2024) la demanda de energía será superior a la oferta de energía firme (OEF) del cargo por confiabilidad, que apenas alcanzará los 85.803 GWH/año. De tal suerte que de presentarse un Niño, el que está a la vuelta de la esquina, “habría desembalsamientos hasta el 47%, valor superior al presentado en los últimos fenómenos de El Niño. Con ello, tendríamos valores mínimos de embalse al final de la estación de verano, cercanos al 25.3%, nivel nunca antes visto en la operación durante los últimos 30 años”.
Por ello, recomienda XM que desde ya se debe ser prudentes por parte de los operadores de las centrales hidroeléctricas a la hora de utilizar los embalses que le sirven a las mismas, en previsión de la baja de los aportes hídricos, que pueden llegar a poner en riesgo la generación. Ello obligará a una mayor participación en la generación para atender la demanda del parque térmico de generación.
Por ello preocupa aún más que, según lo ha anunciado el Presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB) Juan Ricardo Ortega pronto pasaremos de la escasez del gas natural que demandan las térmicas a un déficit de suministro para el mes de diciembre, anticipándose a la previsión de NATURGAS, que lo proyectaba para el 2025.
De hecho ya hay motivos de preocupación, habida cuenta que los aportes hídricos para el mes de septiembre se sitúan un 36% por debajo de la media histórica y el nivel agregado de los embalses (54.52%) es inferior en un 24% del promedio histórico. Ello, debido a que, contra todos los pronósticos, la Niña que se anunció desde junio, además de débil, no se ha consolidado y este fenómeno está entrando en una fase de peligrosa neutralidad.
Preocupa sobremanera el contraste entre la proactividad de los ministerios de Ambiente y Vivienda, así como el Alcalde de Bogotá Carlos Fernando Galán, preocupados por el bajo nivel de los embalses que sirven a los acueductos, disponiendo medidas de ahorro y uso racional del agua por parte de los usuarios, con la pasividad del Ministerio de Minas con respecto a lo que se viene registrando con relación a los embalses que le sirven a las hidroeléctricas, especialmente el de El Peñol, que sirve a la hidroeléctrica de Guatapé, el único con capacidad de regulación superior a un año (los demás apenas superan los 4 meses), que ha alcanzado un nivel crítico, de sólo 45.48%!
Se impone la necesidad de reactivar cuanto antes la Comisión Asesora de Coordinación y Seguimiento a la situación energética del país (CACSSE) con el fin de tomar determinaciones tendientes a conjurar esta posible y probable contingencia.
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