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La fatal simplificación de la política

Por: Luis F. Franco Y.



Si algo nos enseñó la pasada elección, es que los mensajes de odio y la división del votante son las principales herramientas de los populistas. Lamentablemente, Colombia lleva muchos años sin élites, sin una élite estudiada que intervenga como lo hacía antes, con discursos grandilocuentes y llenos de datos acertados para un análisis profundo de las problemáticas del país.


Esta élite, a menudo proveniente de la capital y tanto antioqueña como rola, ha sido reemplazada por influencers que, mediante videos de 30 segundos, pueden desprestigiar la reputación de cualquier político o persona con intereses en el ámbito público. Son ellos quienes ejercen influencia en el voto de la población sin educación formal.



¿Qué nos queda? Nos queda el entender ese juego, somos jóvenes que participan en política y nosotros más que nadie debemos leer esas estrategias y saber cómo contrarrestarlas.


A doña Magnolia, la que vende empanadas en el parque de Envigado, le importa muy poco si a Colombia le bajan la calificación del riesgo, y seamos sinceros, ¿cuántos entendemos bien lo que significa eso? Pocos, yo me excluyo del grupo que lo entiende, por ejemplo.


Pero esa es la magia del político, líderes como Jorge Eliécer Gaitán podían entender un tema técnico y traducirlo a palabras que la gente entendiera y con un solo discurso era capaz de hacer entender a todo el mundo lo importante o dramático que era algún tema en específico.


Al engaño, a la mentira, a la falsedad debemos responder con hechos y datos sin hacer que la respuesta sea algo técnico y ladrilludo.


Los invito a formar parte de esa nueva élite de jóvenes pensantes que deben transformar la política.



Por último quiero confesarles algo que me inquieta mucho, desde el plebiscito tenemos grandes niveles de violencia verbal y hasta física en los entornos políticos, los que hemos leído historia vemos que antes de una catástrofe siempre se ve este mismo ambiente enrarecido y violento. ¿Estaremos ad portas de una tragedia? ¿Cuántos muertos más deberemos enterrar? Bajémosle dos tonos y como dice café águila roja tomémonos un tinto y seamos amigos.

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