Hoy ‘bautizan’ al segundo crucero que navegará el río Magdalena

Continúan las buenas noticias para el turismo bolivarense. Hoy, con el río Magdalena como telón de fondo y el legado colonial de Mompox desplegado en cada rincón, nuestro departamento escribe un nuevo capítulo en su ruta hacia el turismo internacional. El gobernador Yamil Arana Padauí presidirá la ceremonia de bautizo del segundo crucero que recorrerá las aguas del gran río de los colombianos y con ello se consolida la apuesta estratégica del departamento por reactivar la navegación fluvial y posicionarse como un destino turístico de talla mundial.

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La llegada de esta nueva embarcación, cuyo nombre es AmaMelodía, se suma al hito alcanzado en abril pasado con el debut del AmaMagdalena, el primer crucero fluvial de lujo que marcó el regreso de los grandes viajes al corazón del país. La gobernación ha resaltado que, lo que en su momento fue una promesa cumplida, hoy se fortalece como una ruta de desarrollo con resultados concretos: los itinerarios del AmaMagdalena están completamente vendidos por los próximos dos años, lo que evidencia el impacto positivo y el interés creciente del turismo internacional por esta experiencia única en Sudamérica.

“El éxito del AmaMagdalena fue solo el comienzo. Hoy Mompox y el río Magdalena vuelven a ser protagonistas de una historia de desarrollo y progreso. Este segundo crucero ratifica que Bolívar se está convirtiendo en un imán para el turismo internacional”, afirmó el gobernador Arana, en la antesala del evento.

Una apuesta integral por el desarrollo regional

El bautizo de la embarcación no es solo un acto simbólico. Es la materialización de un plan de gobierno que ha hecho del turismo uno de sus ejes transformadores. En palabras del mandatario, el turismo fluvial representa una oportunidad integral para reactivar economías locales, preservar el patrimonio y abrirle las puertas de Bolívar al mundo.

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La estrategia ha empezado a rendir frutos visibles. Municipios como Santa Cruz de Mompox, Magangué, Calamar, Palenque, incluidos en las rutas del Magdalena, han registrado un aumento sostenido en el flujo de visitantes, con impactos directos en el comercio, la gastronomía, los servicios turísticos y el empleo. Cada crucero que ancla en estos territorios reactiva el alma productiva del Caribe fluvial.

Pero también hay una dimensión cultural y emocional: volver al río es volver a las raíces. El Magdalena no solo transporta turistas, sino también memoria, tradición y orgullo por un patrimonio que había estado dormido por décadas COLPRENSA