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Espejito, espejito, ¿cuál es la ciudad más bonita?



El principal atractivo turístico de Barranquilla debería ser las playas del Mar Caribe que bordean por el Norte al departamento del Atlántico, sin embargo con unas playas públicas abandonadas (porque las otras son semiprivadas), y con las aguas contaminadas por basura, ha bajado desproporcionadamente la afluencia de viajeros que antes veían estas playas como destino turístico.


A los residentes en Quilla también les da pena ir a darse un chapuzón en estas playas públicas, otrora atractivas. ¡No joda!, en aquellos tiempos el transporte era relativamente apropiado para la época y ya nos habíamos adelantado al sistema integrado de transporte público con el famoso “metrobus” al que bautizaron acertadamente con el nombre: "No joda", porque era más largo que un año sin carne para el consumo y tenía más puestos que un burócrata. ¡No joda!, y como el pasaje era barato...¡entren que caben 100!



Pero, ¡Abracadabra patica de cabra!, ¡zas, con la varita mágica llegó la solución! A unos magos de la empresa privada se les ocurrió construir un monumento mamelludo. La "Ventana al mundo", para atraer a los turistas con espejitos de colores y no vieran el mar y sus playas sucias. La intensión es que ellos, los pocos que llegan, observen anonadados la imponente “ventana” que se eleva 47 metros, construida con más de 2.000 metros cuadrados de cristal laminado, de colores amarillo, azul y rojo, sobre una estructura de 130 toneladas de acero y 25 de aluminio. Ya es normal que en Quilla, el acero, el hierro, el aluminio y el concreto gocen de mejor vida que la mayoría de ciudadanos.


“Ventana” que supuestamente representa la “apertura de la región y sus cambios”. Se gastaron 6.000 millones de pesos, unos 1,8 millones de euros. La donación hubiera servido perfectamente para limpiar, al menos, las deterioradas playas de Puerto Colombia y Salgar.


Pero faltaba otro "atractivo" turístico, otra ventana. Claro que sí. Casa que se respete tiene, mínimo dos ventanas. Y, ¡Abracadabra patica de cabra!, ¡zas, con la varita mágica llegó la solución!, los magos recurrieron nuevamente a los espejitos de colores: la "Ventana de campeones" o "Aleta de tiburón", "icono" que representa a la empresa privada de fútbol llamada Junior de Barranquilla. Un monumento de 30 metros de altura.


A quienes dicen con razón que "el barro está duro" para referirse a la mala situación económica por la que atraviesan ellos y sus familias les tengo la solución: no miren tanto hacia el barro, miren más hacia el cielo. Miren estos dos monumentos de espejitos de colores que miden 47 y 30 metros de altura, respectivamente, para que se vayan acostumbrando a lo etéreo. Sin embargo, les recomiendo que, aunque las ayunas son obligadas, coman alguito si no desean marearse de tanto dirigir, absortos, la mirada hacia arriba.


Generalmente, la puerta es para entrar o salir. Entran o salen las personas, entran o salen bienes muebles. Y la ventana se usa para que los dueños de la casa vean desde adentro el paisaje urbano o rural, las calles, el parque, etc., o sencillamente para chismosear, a no ser que la puerta se atranque y se vean obligados a salir u entrar por la ventana mientras reparan la puerta. Puede ocurrir con frecuencia que los ladrones se asomen por la ventana ajena para observar si la casa está sola y, así, poder robar tranquilamente.


Pensar que por una ventana van a entrar o salir un montón de aparatos sofisticados, maquinaria pesada, bienes muebles de gran proporción, la ciencia y la tecnología, la cultura, etc., es decir, el desarrollo económico, es bastante difícil por no decir imposible.


¿Una ventana al mundo? Para ponerle una ventana al mundo, por acá por esta esquina "empañotada" del mini mundo, habría primero que hacer una casa mamelluda mil veces más grande que el mega tanque de 7 de Abril, pero, después, ¿quién nos va a ver? o ¿qué vamos a ver? ¿Desde esa ventana se podría ver al mundo? O ¿el mundo vendría a vernos por esa ventana? ¿Y para qué necesitamos una ventana sino hay casa? Este asunto de tener una ventana sin casa, es parecido a aquel que se quejaba porque tenía un televisor pero no tenía reproductor de DVD, entonces vendió el receptor de Tv para comprar un DVD, con la diferencia que con el dinero por la venta de la ventana no alcanza para comprar casa.


En 1921, el Presidente de Colombia, Marco Fidel Suarez, al inaugurar el edificio de la Plaza de la Aduana calificó a Barranquilla como: "Pórtico Dorado de la República de Colombia”. Posteriormente, en 1946, a raíz de la inauguración de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe, El Presidente Mariano Ospina Pérez en el discurso inaugural evaluó el aporte de la ciudad al desarrollo nacional y espontáneamente lanzó la frase que nos identifica mundialmente: Barranquilla, ‘La Puerta de Oro de Colombia’. Eran tiempos de auge económico y esplendor cultural. Y el pórtico o la puerta fueron utilizadas por ambos presidentes para referirse a la entrada del desarrollo, principalmente, por Barranquilla.


¿Una "Aleta" de tiburón? ¿En honor al Junior?, pero si ese equipo es una sardina en competencias internacionales. ¡Ay hombe!, pero si hasta los tiburones se han ido buscando otro destino y ya no se les ve ni por Bocas de Ceniza. Al irse los peces chicos y también los tiburones del agua contaminada por basuras, quedaron los tiburones de tierra. Esos no buscan por la orilla ni muerden por las orillas. ¡Huy que miedo! esos comen más que un sabañón, tragan más que una draga china. La “Aleta de tiburón”, es una insignia. Representa el poder de los tiburones de tierra, así como la katana y la nijaken son símbolo del mercenario ninja, la sica o daga, representa al sicario originario de Judea, o los marines USA, insignia del ejercito más invasor del mundo.



¡No joda!, no es mejor darle aletas de tiburón a la gente pobre que está "mamando" "filo". ¡Que harten full sancocho! Dicen que tiene muchos nutrientes y cura varias enfermedades, desde la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, el reumatismo, la artritis y, hasta el asma.


¡No joda!, yo no creo que con espejitos de colores atraigan turistas, ni siquiera a los más ricos de un resguardo indígena. ¿Espejitos a cambio de oro? Yo creo, que ese montón de espejitos es para los barranquilleros pendejos que se arrodillan ante los dos monumentos y preguntan: ¿espejitos, espejitos, y ahora, cuál es la ciudad más bonita?...¡No joda!, tan viejos y todavía creyendo en cuentos de Blanca Nieves.

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