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El miedo como instrumento del poder

Por: German Peña Cordoba



Ya casi no ronda el fantasma por aquí, se ha desaparecido un poco; aún asi, se siente que actúa en la sombra. Es una mano invisible, un intangible que se percibe y huele añejo. El Fantasma venia mal, decaído, triste y moribundo, pero sirvio por muchos años como instrumento util para manipular, ganar y ganar, se acostumbró a ganar sin casi ser cuestionado. ¡Es el Fantasma del miedo!. Hay que reconocer que fue la fuente de grandes y dudosos resultados electorales, autor de la cooptación y establecimiento de un poder omnímodo, hegemónico e insuperable, que parecia anclado en el poder de manera sempiterna.


El fantasmagórico ambiente que se presentaba, es como los medicos: también se mueren. Las nuevas circustancias que hoy son gestoras del cambio le dijeron al Fantasma: "de malas" mijito, las cosas cambiaron. El Fantasma del miedo rondó por muchos años y como arma política electoral fue eficaz, surtió efecto y por decadas mantuvo intimidado y crispado a un electorado, que por fin y después de permanecer largo tiempo anestesiado, una fuerza inesperada, lo sacó de la inercia en que se mantenia aletargado: era la desidia, la dosis diaria de alienamiento la causante. "Hay que sacarlos a votar enverracados", dijeron después del curso inductivo y les dio resultado: con las diseñadas trampitas, se le dijo absurdamente no a la Paz. Es el miedo diario expulsado desde "La Caja de los Idiotas", a lo que quizás le llegó el final.



La caja perdió lo más preciado: la credibilidad. Casi nadie les cree, pero insisten en que les crean: cínicamente se ofrecenn como la futura solución de lo que ellos mismos crearon. ¡¡Mamola!!. Algún asesor publicitario, de esos que todo lo ven y que van siempre adelante, les debería recomendar, una prolongada pausa y un sincero acto de contrición, que incluya callarse por un buen tiempo, si quieren que al menos cicatrice a medias, la profunda herida que dejaron abierta y que sigue en carne viva.


Un pueblo ensimismado, que por fin despertó del inducido adormecimiento hoy actúa sin miedo y perderlo es declararse libre. Mi abuela Petrona Oliveros de Peña nos decia: "no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista". Parece un lugar comun y una manida paremia, pero con mucha pena con la memoria de Misia Petrona, en este curioso caso, no opero la filosofía popular de sus certeros adagios, porque el mal llevaba 203 años y permanecía incólume, estacionado en su parasitaria zona de confort, disfrutando de los ríos de leche y miel; viviendo sabroso, pero la sabrosura solo para una minoría privilegiada, que desconoce indolente, las realidades sociales de una población mayoritariamente inerme. Ellos, viviendo en una urna de cristal y en paralelo negando olímpicamente las causas objetivas del descontento. ¡Severos sinvergüenzas!.


Claramente se ve, que desde el masivo escenario de las redes sociales donde democráticamente todos opinan para bien o para mal, la táctica intimidatoria ya no resulta. Los tradicionales heraldos del establecimiento plutocratico son rápidamente neutralizados y confrontados por centenares de opiniones alternativas, que cada día ganan más fuerza y captan más audiencia. Hoy rapidamente queda en evidencia la mentira y sale a flote lo que se pretende sinuosamente ocultar. Cosas como el fantasma del "Castrochavismo" que incluso se llego a internacionalizar y hasta Donald Trump le echó mano en su campaña proselitista, el cuento de "entregarle el país a las FARC", el cuento del "Neocomunismo" ya no cuaja, nadie cree, quedó evidenciada la tramoya. Todo lo anterior fue concebido, como instrumento para afianzar el odio y, una forma de avalar y establecer el autoritarismo como sistema. Todo ese andamiaje, hoy naufraga ante las nuevas realidades que los desnuda.


El miedo como un instrumento de poder y chantaje, prefabrica enemigos y otros fantasmas como la estructuración de creencias tenebrosas y milagreras en favor de las elites que no creen sino en la rentabilidad de sus negocios; la creación de la moral del " vivaracho", el avispado y el oportunista, es de su caletre. "Dio papaya" es el decir más común o " aprovechar el cuarto de hora", que se interpreta como propugnar por un enrriquecimiento rápido, fomentar creencias y temas disolventes que me reservo para no herir susceptibilidades y que solo sirven para desenfocar la lucha por la libertad del nuevo proletariado tecnológico.


Nada es improvisado, todo es calculado por el fantasma que se pasea. Preocupados porque la Vice usa el helicóptero, para su seguridad cuando todos en su momento lo han ocupado y para ellos por su color de piel no puede hacerlo. ¿Que quieren, que la Vice presidenta con las ganas que le tienen, circule en Moto Raton? Ella gustosa lo haría. Preocupados, porque dijo en lenguaje vernáculo "de malas" cuando debió decir "de buenas". ¿Que quieren que la Vice presidenta no sea auténtica y reniegue de sus origenes?. No va ser así.



Que hacer con los marginados tecnológicos? Que hacer con los ancianos que estorban, que no producen, no consumen y son un problema declarado para la economia, que hacer con la salud, la educación , el empleo de una masa poblacional insostenible, cuando escasean las oportunidades.


Eso son los temas, que se ocultaban, pero que hoy si encuentran eco en la órbita del actual gobierno, que ha demostrado claramente, su genuina preocupación por disminuir la inequidad y la desigualdad en Colombia, donde otrora reinaba la tirania; donde solo se buscaba el interés individual y el de sus adláteres en menoscabo del interés colectivo. Así como en su momento se dijo la memorable frase: "la culebra sigue viva", parafraseando digo: el fantasma se sigue paseando, dando coletazos en sus estertores, para luego desaparecer para siempre. Hay que tener especial cuidado con el tiro disparado por el moribundo: lo puede pegar en el oído.

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