La lucha contra el narcotráfico fue una de las principales banderas del presidente Iván Duque durante su gobierno. Como candidato, Duque aseguró que combatiría a los grupos ilegales que se dedicaban a ese fin y, al mismo tiempo, se enfocaría en disminuir la cantidad de hectáreas de cultivos de hoja de coca y de otras drogas.
De hecho, el Jefe de Estado calificó como uno de sus mayores logros la captura y extradición del máximo jefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, quien era considerado como uno de los mayores narcotraficantes del país y comparado con el criminal Pablo Escobar.
Dentro de esa lista, el Jefe de Estado también logró otras extradiciones importantes como la de la hermana de Otoniel, Niny Johana Úsuga, y la de otro cabecilla del Clan del Golfo conocido como alias Falcón (Juan José Valencia). Pero, ¿cómo le fue disminuyendo la disponibilidad de cocaína?
El más reciente informe de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP) de Estados Unidos –publicado el pasado 14 de julio– dejó con una calificación aceptable al Gobierno Duque respecto al 2021, pues concluyó que se había reducido el 4,7% de las hectáreas de coca sembradas, lo que se traduce en que se pasó de 245.000 hectáreas en 2020 a 234.000 en 2021.
Pese a eso, la ONDCP dijo que “las cifras de cultivo de coca y producción de cocaína disminuyeron, pero se mantuvieron altas en 234.000 hectáreas y 972 toneladas métricas, respectivamente”.
Todo esto obedece en buena medida a dos cosas: las labores del sector defensa, que lograron erradicar más de 300.000 hectáreas de cultivos ilícitos y destruir más de 20.000 laboratorios, y a la disminución en los cultivos debido a nuevos métodos de producción que hacen más eficientes las plantaciones.
Según un informe de la Policía Antinarcóticos, los cultivadores de hoja de coca habían encontrado fórmulas para alterar la mata de cocaína y lograr más producto con menos área sembrada. En esa ocasión, los expertos describieron haber encontrado plantas que miden más de 6 metros de altura, con hojas de hasta 12 centímetros de longitud que lograban adaptarse a diferentes climas con mayor facilidad que la mayoría de plantaciones.
Pero la conclusión de que los cultivos de coca disminuyeron durante el gobierno Duque no es una afirmación en la que coincidan todos los organismos internacionales. Se espera que el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc, rajará al país en su política de drogas y advertirá el aumento de un 7% de cultivos ilícitos en todo el país. Esto último, sin embargo, aún no ha sido confirmado de manera oficial por la Oficina.
De hecho, el Informe Mundial sobre Drogas de 2022 de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd), señaló que Colombia sigue siendo el país del mundo con más cultivos de coca: seis de cada diez hectáreas cultivadas en todo el planeta se encuentran en territorio nacional.
El balance
Para darse una idea de cómo manejó la erradicación de cultivos el Jefe de Estado es clave remitirse a cómo recibió el país. La información oficial de la ONDCP de la Casa Blanca, sugiere que Duque recibió el país en 2018 con 208.000 héctareas de coca sembradas y lo entrega este 2022 con 234.000, lo que significa un aumento del 11,11%.
Aunque ese aumento venía en crecimiento constante desde el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. Para 2011, Santos entró a la presidencia con 83.000 héctareas y se marchó en 2017 con 209.000.
En todo caso, es importante resaltar que a Duque se le hizo imposible continuar con la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato, pues un fallo de la Corte Constitucional ordenó frenar ese método por petición de comunidades afectadas. Esto último, por su puesto, impidió que las Fuerzas Públicas avanzaran a mayor velocidad. COLPRENSA
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