Por: Darío Alfaro T.
La reforma del sistema de salud que propone el gobierno nacional, para que sea eficaz en lograr su objetivo, cual es el de garantizar a todas las personas el oportuno acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud, debe disponer de recursos físicos, humanos, tecnológicos y financieros, adecuados y suficientes, al igual que de una eficiente estructura organizacional que minimice el costo por paciente y afiance su funcionamiento y sostenibilidad. Esta evaluación es el ejercicio obligado a realizar al estructurar el proyecto de reforma a la salud para determinar su viabilidad económica, sin la cual, cualquier proyecto a implementar tendría una vida efímera.
El Proyecto, como lo plantea la Ministra, es integral; no es un simple proyecto para poner a funcionar unos hospitales o unos laboratorios clínicos; es un proyecto que se propone brindar eficientes servicios de salud a toda la población residente en el territorio nacional y, tal como está concebido, requiere para ponerlo en marcha no menos de tres años, siempre y cuando se disponga de todos los recursos que demanda su funcionamiento, dentro de los cuales hay dos que son esenciales: la oferta de médicos especialistas clínicos, cuyo déficit es muy notorio y, el más importante, el financiero, que por desconocerse los costos del proyecto, es impredecible su sostenibilidad.
La implementación de la reforma presentada por el gobierno, implica prácticamente la estatización de los servicios de salud, con la consecuente contaminación de corruptela del más grande botín burocrático estatal. Da la impresión que quienes defienden airadamente tal estatización, sufrieran de amnesia parcial, al desconocer el nivel de corrupción que afecta los presupuestos de hospitales y centros asistenciales del sector oficial. Esto es posible y conveniente, sólo, cuando hayamos logrado independizar la justicia y los órganos de control de los poderes ejecutivo y legislativo y garantizar así, una imparcial y rigurosa vigilancia en el manejo de los dineros del Estado .El interrogante es… porqué tanto silencio sobre esto? .( En la próxima entrega presentaré una propuesta sobre este tema.)
Sinceramente, el galimatías de la Reforma a la Salud solo lo puede interpretar, en su verdadero propósito, su autora la Ministra de salud, por lo que es mejor dejar esto a un lado y tomar una orientación más práctica, racional y esperanzadora para el pueblo colombiano.
La crítica situación que padece el sistema de salud colombiano no ha merecido una investigación a profundidad, que se oriente a buscar la solución por el camino correcto y, solo escuchamos la inconformidad de los pacientes por los deficientes servicios que reciben y, los reclamos de las I.P.S. para que las E.P.S. les cancelen el valor de los servicios que han prestado; pero éstas últimas responden, declarándose en quiebra y tampoco se investiga la causa de esta insolvencia. El sistema, penetrado totalmente por las irregularidades, es un monstruo succionador de dinero y así no puede seguir funcionando; pero lo correcto no es verlo morir sin intentar erradicar la causa de su predecible defunción, como lo plantea el gobierno con una ligera e incierta interpretación de la realidad.
Antes de tomar cualquier decisión, hay que buscar las raíces del mal que aqueja al sistema de salud y corregirlo con una rigurosa supervisión; solo así, podremos saber si el sistema es viable o no.
Complementario a lo existente en el sistema actual, propongo algo que considero útil y práctico, por cuanto le da eficacia al sistema en su funcionamiento y control, generando recursos para fortalecer su sostenibilidad, consiste en:
a. Adopción de una tarjeta sanitaria virtual, para todos los pacientes, desde el momento en que se registre su nacimiento. Esta tarjeta sería una especie de hoja clínica, pues registraría todos los procesos y servicios a los cuales es sometido el usuario en cualquier centro de atención, indicando el costo de cada uno, para así, en cualquier momento de duda, poder confrontar lo facturado en la tarjeta con lo del centro asistencial. La tarjeta sería universal, para poderle brindar atención al paciente en cualquier centro hospitalario dentro del territorio nacional.
b. Creación y puesta en funcionamiento del Banco de la Seguridad Social, el cual recepcionaría los aportes de los usuarios a la seguridad social. Su dirección y manejo estaría bajo la responsabilidad de representantes del Gobierno, de los cotizantes, de las facultades de Medicina acreditadas y de los centros hospitalarios. Las utilidades generadas por esta institución se destinarían a financiar los servicios de salud y a otorgar créditos blandos a los mejores egresados de los programas de Medicina, para cursar estudios en especialidades clínicas, con el fin de reducir el déficit de profesionales en estas áreas.
Es hora de pensar y concertar una reforma a la salud cuyo objetivo sea mejorar los servicios a toda la población, mediante una propuesta ponderada; resultado de una evaluación sensata de lo existente y una proyección que demuestre la eficacia y sostenibilidad de la misma, donde no se hable de líneas rojas sino de disposición para llegar a acuerdos que van a beneficiar a todo el pueblo colombiano.
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