Al menos 17 ex miembros del ejército de Colombia se encuentran entre los sospechosos del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise perpetrado por lo que las autoridades haitianas dijeron que era un grupo de mercenarios extranjeros.
El asesinato ha hundido a Haití más profundamente en la confusión política en medio de la violencia generalizada de las pandillas. Se desconoce el motivo del asesinato y sus autores intelectuales.
Pero para aquellos que quieran contratar mercenarios, Colombia es una opción popular. Los casi 60 años de conflicto interno del país sudamericano han proporcionado un campo de entrenamiento prolífico para los soldados.
Para aquellos entrenados como parte de unidades de élite contra el terrorismo, la jubilación puede llegar tan pronto como a los 40, dejando a muchos con solo pensiones modestas y poca idea de qué hacer a continuación.
"El reclutamiento de militares colombianos para ir a otras partes del mundo como mercenarios es un tema que existe desde hace mucho tiempo, porque no hay ninguna ley que lo prohíba", dijo a los periodistas el comandante de las Fuerzas Armadas, general Luis Fernando Navarro.
"Hay un número significativo de soldados colombianos en Dubai, por ejemplo".
Los Emiratos Árabes Unidos han sido un cliente importante de los ex soldados colombianos, enviándolos a luchar contra los hutíes respaldados por Irán en Yemen, junto con combatientes de Panamá, El Salvador y Chile, según Sean McFate, miembro principal del grupo de expertos del Atlantic Council y profesor en Georgetown y la Universidad de Defensa Nacional.
Los latinoamericanos cobran una fracción de lo que hacen los ex soldados estadounidenses o británicos, incluso cuando ganan hasta cuatro veces sus antiguos salarios militares, escribió McFate en un informe de 2019.
Navarro dijo que a los soldados retirados se les dio la oportunidad de tomar clases con el sistema de colegios técnicos de Colombia, pero el ejército no vigila a los jubilados.
Los colombianos a menudo son reclutados como mercenarios "debido a toda su experiencia", dijo a Reuters el jefe del ejército, general Eduardo Zapateiro.
"Es una pena porque los entrenamos para otras cosas", dijo.
Los soldados colombianos con experiencia en contrainsurgencia y antiterrorismo urbano o que han recibido entrenamiento en países como Estados Unidos e Israel son generalmente los objetivos de reclutamiento, dijo una fuente militar.
Todos los jóvenes colombianos deben pasar al menos un año haciendo el servicio nacional militar o policial, aunque los que asisten a la universidad y pueden pagar una tarifa están exentos.
Permanecer para convertirse en soldados a tiempo completo puede ser uno de los pocos trabajos formales disponibles para quienes provienen de entornos pobres, especialmente en las áreas rurales más afectadas por el conflicto.
El trabajo paga poco, es peligroso e implica estar alejado de los seres queridos, así como enfrentar la desconfianza hacia las fuerzas armadas en lugares donde los soldados han sido acusados y en ocasiones condenados por violaciones de derechos humanos.
McFate dijo que, si bien empresas estadounidenses como Blackwater siguen siendo los contratistas militares privados más conocidos, decenas de excombatientes de otros países ahora imitan a los proveedores estadounidenses.
"Todos los días surgen nuevos grupos militares privados de países como Rusia, Uganda, Irak, Afganistán y Colombia. Sus servicios son más sólidos que los de Blackwater, ofrecen mayor poder de combate y la voluntad de trabajar para el mejor postor con escasa consideración por los derechos humanos". McFate escribió en el informe.
"Son mercenarios en todos los sentidos de la palabra". REUTERS