León XIV, el Papa gringo que se hizo pastor en Perú
- Acta Diurna
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Por: Carlos Eduardo Lagos Campos

El 8 de mayo de 2025, el mundo católico celebró la elección de Robert Francis Prevost, un cardenal de raíces estadounidenses y peruanas, como el nuevo papa, bajo el nombre de León XIV. Su ascenso al papado marca un momento significativo: es el segundo pontífice con una conexión profunda con América Latina, siguiendo los pasos del Papa Francisco, de origen argentino. Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost, de la Orden de San Agustín, ha tejido una vida entre dos mundos, con una trayectoria que lo llevó de las calles de Perú a los pasillos del Vaticano. Su elección, vista como una sorpresa por su perfil de outsider, refleja la influencia de Francisco y despierta esperanzas de continuidad en una Iglesia más inclusiva, sinodal y cercana a los pobres.
Raíces en Perú y Chicago: Un Puente entre Mundos
Prevost, hijo de una familia estadounidense, encontró su vocación en la Orden de San Agustín, siendo ordenado sacerdote en 1982. Sin embargo, fue en Perú, donde llegó en 1985, donde forjó su identidad como pastor y líder. Durante casi tres décadas, sirvió como párroco, formador de seminaristas, vicario judicial y administrador diocesano, dejando una huella imborrable en comunidades locales. Como obispo de Chiclayo (2015-2023) y administrador apostólico de Callao (2020-2021), demostró un enfoque pastoral que priorizaba la escucha y el acompañamiento, especialmente hacia los marginados.
Su experiencia en Perú, combinada con su formación en Chicago y un doctorado en derecho canónico en Roma, lo convirtió en un líder con una visión global pero arraigada en la realidad latinoamericana. Su ciudadanía dual, estadounidense y peruana, simboliza un puente entre el Norte y el Sur, mitigando preocupaciones sobre la elección de un papa de una superpotencia como Estados Unidos. Para muchos, Prevost representa una universalidad que trasciende fronteras, en la línea del Papa Francisco, quien lo nombró cardenal en 2023 y lo elevó a cardenal-obispo en 2025.
Un nombramiento sorpresivo: el outsider de Francisco
La elección de Prevost en el cónclave de 2025 sorprendió a muchos, ya que no figuraba entre los favoritos tradicionales. Sin embargo, su nombramiento como prefecto del Dicasterio para los Obispos en 2023 y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina lo posicionó como un líder influyente en el Vaticano. Estos roles, confiados por Francisco, destacaron su capacidad administrativa y su alineación con la visión de una Iglesia sinodal, que fomenta la participación de todos los fieles.
Prevost, descrito como un “centro digno” por sus seguidores, combina pragmatismo y sensibilidad pastoral. Su apoyo a reformas como la inclusión de mujeres en procesos de selección de obispos y su respaldo a iniciativas como Fiducia Supplicans —que permite bendiciones a parejas del mismo sexo o en segundas uniones— lo sitúan en la línea más progresista de Francisco. Sin embargo, su estilo evita el dogmatismo, enfocándose en el diálogo y la cercanía con las comunidades.
Esperanzas para el mundo y América Latina
El papado de León XIV llega en un momento de desafíos globales: polarización, desigualdad y crisis climática. Su experiencia en América Latina, una región marcada por la pobreza, pero rica en fe, lo prepara para abordar estas cuestiones con una perspectiva fresca. Se espera que continúe el énfasis de Francisco en la justicia social, la defensa de los migrantes y la lucha contra la exclusión. En América Latina, su elección es vista como una reafirmación de la vitalidad de la Iglesia en la región, que ya dio al Papa Francisco y ahora a un papa con raíces peruanas.
Para el mundo, León XIV podría consolidar la sinodalidad, promoviendo una Iglesia que escucha a sus fieles y se adapta a los tiempos sin perder su esencia. Su enfoque moderado, combinado con su experiencia internacional como prior general de los agustinos (2001-2013), lo posiciona como un líder capaz de unir a una Iglesia diversa. En un contexto de tensiones entre conservadores y progresistas, su capacidad de escucha será clave para mantener la unidad.
Desafíos por Delante
A pesar de su sólida trayectoria, León XIV enfrenta retos. Su edad, 69 años, podría generar debate entre quienes prefieren un papa de transición más anciano. Además, su nacionalidad estadounidense, aunque matizada por su ciudadanía peruana, podría ser un punto de fricción en un mundo donde el poder geopolítico de Estados Unidos genera recelos.
El nuevo papa también deberá navegar un mundo, en cambio, manteniendo la relevancia de la Iglesia en sociedades cada vez más secularizadas. Su capacidad para comunicar la fe en un lenguaje accesible y su compromiso con los pobres serán fundamentales para inspirar a las nuevas generaciones.
Un Papa para el Futuro
La elección de Robert Francis Prevost como León XIV es un testimonio de la universalidad de la Iglesia y de la influencia duradera del Papa Francisco. Con raíces en Perú y Chicago, León XIV encarna la diversidad de un mundo globalizado y la esperanza de una Iglesia que debe caminar con los más necesitados. Su pontificado, que comienza bajo el signo de la sorpresa y la humildad, promete ser un capítulo de apertura, diálogo y renovación para los católicos de América Latina y más allá.
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