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Robert Prevost fue elegido nuevo papa. Se llamará León XIV



Finalmente la fumata blanca se hizo presente este jueves en la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina en el Vaticano. Esta era la señal que los 133 cardenales encerrados en su interior habían logrado escoger al sucesor del papa Francisco en el segundo día del cónclave.


Y el elegido fue el cardenal Robert Francis Prevost y se llamará León XIV quien sucederá al último Pontífice, Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, quien a su vez lo nombró cardenal el 30 de septiembre de 2023.


Prevost era el prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina desde enero de 2023.



¿Quién es el nuevo Papa?


Robert Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, hijo de madre de ascendencia española, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981. Tiene 69 años y es el primer Papa estadounidense.


Cuenta con una amplia formación académica que incluye una licenciatura en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Su tesis doctoral versó sobre El papel del prior local de la Orden de San Agustín.


En 1987 fue elegido director de vocaciones y director de las misiones de la provincia agustiniana de ‘Mother of Good Counsel’ de Illinois y en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación conjunta de aspirantes agustinos en los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí sirvió como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la archidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998), y profesor de derecho canónico en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”.


En octubre de 2013 regresó a su provincia (Chicago) para ejercer de nuevo como maestro de los profesos y vicario provincial, funciones que desarrolló hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, elevándolo a la dignidad de obispo y asignándole la diócesis titular de Sufar. Fue ordenado obispo el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de su diócesis. Y, en marzo de 2018 fue nombrado segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.


En 2019, el papa Francisco lo designó miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y de la Congregación para los Obispos en 2020, además de administrador apostólico de la diócesis del Callao. Fue en 2023 cuando fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.


Es miembro de siete dicasterios del Vaticano, así como de la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que ha sido interpretado como un indicio de la confianza del Papa Francisco en el purpurado.



Con Jorge Bergoglio, al que conoció en Buenos Aires, compartía su visión sobre los pobres y los migrantes. Era “un hombre que quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia”, ha subrayado el cardenal agustino de Francisco, y entre sus enseñanzas más preciadas ha destacado su deseo de “una Iglesia pobre, que camina con los pobres, que sirve a los pobres”.


En una entrevista a Vatican News, Prevost rememoraba el primer viaje apostólico del Pontífice fallecido, a Lampedusa, por su “cercanía a los migrantes” y la carta escrita a los obispos de Estados Unidos el pasado mes de febrero “sobre la importancia de estar cerca de los que sufren y de tener el corazón de Jesucristo”, cuando se puso en marcha el programa de deportación masiva de inmigrantes ilegales y refugiados.


Prevost también se ha pronunciado sobre la necesidad de actuar urgentemente contra el cambio climático, otra de las preocupaciones de Francisco y es defensor de la iglesia sinodal. Respecto a la posibilidad de ordenar a las mujeres, el purpurado se ha mostrado contrario y en una entrevista ha asegurado que “clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar uno nuevo”.

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