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La tensa situación que se vive en la frontera a causa de las disidencias



La situación en la frontera con Venezuela, en relación a las disidencias de las Farc, cada día se hace más tensa. Al no existir una unidad de mando entre los Grupos Armados Organizados Residuales (GAO-r), se están presentando confrontaciones de todos los niveles, que están dejando el territorio como una “tierra de nadie”, en donde la violencia es el pan de cada día.


La muerte de ‘Jesús Santrich’, que se conoció esta semana, es solo el más reciente de una serie de hechos de violencia que han protagonizado estos grupos al margen de la ley. Para entender el complejo escenario, es necesario iniciar por decir que, en el Catatumbo y Arauca, en este momento hay 17 grupos ilegales, en los que se encuentran peligrosas estructuras como Los Rastrojos, el Clan del Golfo y, por supuesto, los grupos residuales de las Farc.



Hablando concretamente de los grupos guerrilleros, según contaron expertos a este medio, actualmente se están manejando tres grandes estructuras disidentes, que tienen presencia tanto en Colombia, como en Venezuela y guerras por el poder del territorio que están dejando una ola de violencia, que parece cada día coger más fuerza.


Uno de los grupos disidentes, es el liderado por Miguel Botache Santillana, alias ‘Gentil Duarte’, y Néstor Gregorio Vera Fernández, alias ‘Iván Mordisco’. Esta fracción, se apartó del proceso de paz y es una organización que, según expertos, cuenta con aproximadamente 2000 hombres.


La estructura tiene presencia en los departamentos de Meta, Guaviare, Caquetá, Putumayo, Nariño, Cauca y cuenta también con el mando de importantes guerrilleros como, Géner García, alias ‘Jhon 40’, además ‘Giovanny Chuspas’, ‘Julián Chollo’ y ‘Euclides Mora’, que son hombres históricos dentro de las FARC.


Su principal fuente de mantenimiento es el narcotráfico, tienen su casa de operaciones en los Llanos Orientales y ahora su segundo bloque se encuentra recostado sobre el Pacífico colombiano, allí agrupan ocho estructuras en el denominado Comando Coordinador de Occidente.


Además, han comenzado una estrategia de despliegue sobre la frontera entre Colombia y Venezuela y en total tienen 16 frentes.


Otro grupo es el conocido como los ‘rearmados’, autodenominados como ‘La Segunda Marquetalia’ quienes se acogieron al proceso de paz, pero luego lo abandonaron. Son liderados por Luciano Marín, alias ‘Iván Márquez”, por Henry Castellanos Garzón, alias ‘Romaña’, Hernán Darío Velásquez, alias el ‘Paisa’, y por ‘Jesús Santrich’ quien fue dado de baja esta semana.



Este es el grupo más conocido y renombrado entre las disidencias, pues se encuentran los altos mandos guerrilleros, con perfiles militares que superan los 20 años de criminalidad.


No obstante, según explicó un ex guerrillero, que operaba en el Tolima, “este es un grupo muy pequeño, que hace presencia en Venezuela y desde allá ha tratado de reorganizar los antiguos frentes de las Farc desmovilizados. Sin embargo, yo diría que en este momento solo tiene unos 500 hombres en todo el país... Ahora bien, ellos tienen todo el apoyo del gobierno de Maduro, lo que hace que posean una influencia muy fuerte en ciudades, en últimas, son los que vienen provocando los desórdenes y desmanes en muchas partes del país en Colombia”, dijo el ex guerrillero.


El resto son conocidos como “Las disidencias dispersas”, según explicó a COLPRENSA Ariel Fernando Ávila, politólogo y periodista colombiano, actualmente subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación. “Las disidencias dispersas son los diferentes hombres que se apartaron del proceso y se organizaron para delinquir. Su foco principal no es otra cosa que el narcotráfico, son delincuentes armados”, aseguró Ávila.


Entre estos disidentes resalta Jorge Eliécer Jiménez Martínez, alias ‘Arturo o Jerónimo’. Tienen presencia en Arauca e injerencia en Casanare.


Estos disidentes son los que han tenido enfrentamientos con la fuerza Bolivariana Venezolana, porque esa tropa ha atacado a los guerrilleros del frente 10 de las FARC. Están ubicados en el estado de Apure, en Venezuela, donde les es sencilla la movilidad y desplazamiento, realizando todo tipo de actividades ilícitas.


Todos estos grupos ilegales tienen guerras entre ellos, pero la que más resalta es entre la disidencia de ‘Gentil Duarte’ y ‘La Nueva Marquetalia’, quienes tienen cazada una guerra por el territorio colombiano y venezolano y se enfrentan constantemente en la frontera.



Todo lo anterior, sumado a que ‘Gentil Duarte’ le declaró la guerra a la Fuerzas Armada Nacional Bolivariana (FANB), resulta siendo una mezcla explosiva que está estallando de a pocos, con diferentes combates y muertes desde ambos bandos.


En marzo de este año, por ejemplo, las fuerzas venezolanas destruyeron seis campamentos e incautaron armamento, municiones, explosivos, vehículos y drogas tras enfrentamientos con grupos irregulares armados colombianos en el sector La Coromoto, parroquia Rafael Urdaneta del municipio José Antonio Páez, estado Apure.


Sobre el panorama actual, Nestor Rosania, analista, investigador y corresponsal de conflictos armados, Director del Instituto de Estudios en Seguridad y Paz, explicó que la problemática en la frontera es compleja, ya que hay muchos actores operando de manera ilegal.


“Hay tres grandes problemáticas en la frontera, la primera, es sin duda que ese territorio es olvidado por el Estado, eso no es nuevo, nunca ha existido una presencia estatal ahí importante. La segunda, es que se pelean todos los frentes de economía ilegal, ahí no es solo narcotráfico, sino que hay guerras por combustible, por tráfico de minería ilegal que no incluye solo oro, sino también coltán, contrabando y los migrantes ilegales. Ahí hay cinco grandes negocios, entonces es una pelea muy compleja. Se pelean corredores de movilidad y el territorio”, dijo el analista.


Por su parte, el analista Ariel Ávila, en relación a la situación de la frontera, dijo a COLPRENSA que la muerte de Santrich no supone ningún efecto en el horizonte actual y que la corrupción tanto en Colombia, como en Venezuela, intensifica la problemática.


“La muerte de Santrich, si se comprueba, no va tener ningún efecto en el terreno en materia de seguridad, ni para bien ni para mal, es decir, ni la va a mejorar, ni la va a empeorar. Generalmente, cuando cae un mando en una organización criminal, los mandos medios comienzan a disputarse, pero en este caso no es así porque ellos tienen otros mandos... Puede ser que haya algunos casos de sicariato y que la gente de la ‘Segunda Marquetalia’, busque vengarse o al responsable de la muerte de Santrich, pero más allá de eso no pasará nada... El problema es que esa zona de frontera es ‘tierra de nadie’, allá todo el mundo pelea con todo el mundo y los niveles de corrupción son altísimos de lado y lado”, dijo el analista.



Para contrarrestar esta situación, conocimos que, por parte de la Policía, se crearon unas operaciones especiales que denominadas como: Agamenon, Atlas, Atalanta, Esparta y Aquiles. Estas operaciones tienen los componentes de inteligencia, policía judicial y personal de operaciones especiales con el fin de atacar estas estructuras desde todos los puntos, en especial en el tema de extinción de dominio.


Así mismo, el Ejército de Colombia, con sus Fuerzas especiales, están tras la pista de los guerrilleros, estableciendo candados para dar con la captura de los delincuentes. COLPRENSA

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