El evento mediante el cual se conformaba el comité técnico de los Juegos Panamericanos del 2027, cuya sede por aclamación es Barranquilla, resultó finalmente un acto político partidista.
En efecto, hace unos días la ministra del Deporte, ganadora de la primera medalla de oro para Colombia en unos juegos olímpicos y en un campeonato mundial de halterofilia y exrepresentante a la cámara María Isabel Urrutia, presidió aquí lo que sería el inicio formal de la organización del trabajo hacia los panamericanos con la designación de los miembros de su comité ejecutivo.
Sin embargo, hubo varias sorpresas. La primera de ellas fue que no se convocó al Comité Olímpico Colombiano, a pesar de que los juegos forman parte del ciclo olímpico y la entrega de la sede que hace la organización deportiva panamericana (Panam Sports u Odepa) es justamente a este organismo que, a su vez, forma parte de ella.
Inexplicablemente, tampoco asistieron Jaime Pumarejo, el alcalde de Barranquilla, sede principal del evento, ni la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, aunque enviaron sus delegados. Pero, en cambio, concurrieron en persona los alcaldes de los municipios de Malambo, Rumenigge Monsalve, y de Puerto Colombia, Wilman Vargas. Al final a sus respectivos municipios se les declaró subsedes de los Juegos. Otro hecho sorpresivo durante el evento fue la designación a dedo del gerente de las justas: un cartagenero con algo de experiencia en el tema, cuyo principal mérito es haber estado durante el empalme del actual gobierno.
Curiosamente, la hermana del burgomaestre de Malambo, Ana Rogelia Monsalve, es actualmente Representante la Cámara en nombre de la circunscripción electoral de las comunidades Afro, Raizales y Palenqueras, de la cual forma parte su amiga la ministra, quien ya confirmó la construcción en Malambo de la Villa Panamericana para los juegos. Por su parte, el mandatario porteño es de la misma filiación política del médico Dolcey Torres, Representante la Cámara por el partido liberal y muy afecto al gobierno de Gustavo Petro. De hecho, la ministra prometió un nuevo complejo deportivo para el municipio por el orden de los $16.000 millones para las justas. En contraste, es sabido que los mandatarios de Barranquilla y del Atlántico militan y fueron elegidos por Cambio Radical, partido declarado en oposición al actual gobierno
Nos parece excelente que se integren a este importante evento no solo Malambo y Puerto Colombia sino también Soledad y Galapa para potenciar al Área Metropolitana y, sobre todo, para los deportes acuáticos habría muy buenos escenarios en Juan De Acosta, Tubará y Luruaco. Éstos, sumados a los 13 escenarios deportivos que se construyeron aquí con motivo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2018, asegurarían la realización deportiva de las justas, que tienen una gran jerarquía pues son los segundos en importancia después de los Juegos Olímpicos y aglutinan a los atletas de todo el continente americano.
Esta vez el gobierno, a través del ministerio del deporte, ha decidido tomar las riendas del evento. La última palabra la tiene Panam Sports. Recordemos que para los juegos del 2018 en Barranquilla la mayor parte del dinero para los escenarios, la villa olímpica y la organización le tocó ponerla al distrito ante el incumplimiento del gobierno nacional.
Sobre el primer evento formal de convocatoria de los Panamericanos en Barranquilla mucha gente se pregunta: ¿sí fue una imprudencia o una torpeza de la ministra o quizás una equivocación involuntaria, dada su falta de experiencia administrativa o, por el contrario, un deliberado acto de declaración de guerra política con miras a las próximas elecciones regionales, que serán en un año?
@vherreram