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Las "pirañas", la banda de motorizados que aterroriza a Barranquilla

Por: Jaime Vélez Guerrero


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En Barranquilla se ha consolidado una modalidad de hurto conocida como “pirañas”, caracterizada por la actuación de grupos conformados por aproximadamente cinco motocicletas, cada una con dos ocupantes. La mayoría de sus integrantes son jóvenes vinculados al mototaxismo informal y presentan antecedentes o anotaciones policiales que evidencian su reincidencia en actividades delictivas.


Si bien su accionar se centra en delitos contra el patrimonio económico, no dudan en causar lesiones graves e incluso cometer homicidios con el fin de asegurar la ejecución del ilícito o facilitar su huida.



En relación con este acto delictivo, las redes sociales dejan en claro el rol que asume el cabecilla al dirigir las operaciones ilegales e imponer su criterio al resto de los miembros. Su liderazgo convierte decisiones personales en mandatos colectivos, lo que explica la cohesión, eficacia y peligrosidad de la organización. En la actualidad, los denominados “pirañas” motorizados se expanden por toda la ciudad, sin que hasta el momento se haya logrado la captura de algunos de sus participantes.


Si estas bandas no son controladas de manera eficaz, Barranquilla podría enfrentar durante esta temporada navideña de 2025 un fuerte aumento de la criminalidad. Esta situación no solo ocasionaría pérdidas materiales, sino también afectaciones psicológicas en las víctimas, con riesgo de desarrollar cuadros de estrés postraumático, manifestados en miedo intenso, hipervigilancia, ansiedad persistente y alteraciones funcionales de larga duración.


Los “pirañas” demuestran una excesiva confianza al ejecutar sus hechos ilícitos, lo que los hace vulnerables a ser neutralizados por la acción de las autoridades o por la reacción inmediata de la ciudadanía. Asimismo, cuando algunos de sus miembros son aprehendidos, los demás tienden a ser rápidamente identificados y capturados, dado el alto grado de reconocimiento y vinculación existente entre ellos.


Un factor que agrava la comisión de estos delitos es el consumo de sustancias psicoactivas, teniendo en cuenta que un alto porcentaje de los individuos presenta condición de drogodependencia, lo que incrementa su peligrosidad y disminuye su capacidad de discernimiento. En ese escenario, es común que reincidan en conductas tipificadas en el Código Penal, entre ellas: hurto calificado y agravado, concierto para delinquir, porte o tráfico de armas de fuego y sus componentes, así como la fabricación, porte o distribución de estupefacientes.


En consecuencia, es fundamental que las autoridades competentes adopten medidas de prevención, control y judicialización, con el fin de garantizar la seguridad ciudadana y restablecer el orden público frente a este patrón delictivo que atenta contra la tranquilidad colectiva.



Desde un análisis criminológico, puede afirmarse que la estructura ilícita con modus operandi “piraña” se originó a partir de las caravanas de motocicletas que recorren la ciudad bajo una apariencia de legalidad, mientras que en la práctica ejecutan hurtos violentos en todo su recorrido, aprovechando la permisividad derivada de la insuficiente respuesta institucional.


Otra circunstancia que merece atención es la participación, aunque minoritaria, de mujeres dentro de estas organizaciones criminales. Si bien su intervención no es predominante, se ha observado que algunas son instrumentalizadas para funciones específicas, como la custodia de los objetos sustraídos y el ocultamiento de armas de fuego y estupefacientes.

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