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El FMI proyecta que la economía colombiana decrecerá en 2023



El FMI actualizó su previsión del Producto Interno Bruto (PIB) coombiano para 2022 de 6,3% a 7,6%, lo cual lo convertiría en el país de mayor crecimiento en Latinoamérica


Por poner solo algunos casos, el país que más se acerca a esta dinámica es Venezuela, con un crecimiento de 6%, aunque hay que tener en cuenta que allí la comparación se está haciendo con períodos económicos bastante negativos y de ahí el dato relativamente alto.



Haciendo la comparación con economías que han conservado su normalidad, otras proyecciones interesantes son las de Uruguay, 5,3%; Puerto Rico, 4,8%; Argentina, 4%; y Bolivia, 3,8%, pero claramente todas muestran un comportamiento menor al colombiano.


Ahí sale la otra cara de la moneda: en el 2023 el territorio nacional sería el séptimo en la tabla de crecimiento con un 2,2%, dato menor al promedio mundial. Los líderes en este lado del planeta serían Venezuela, Paraguay, Uruguay y Bolivia (ver Infografía).


Se confirma, entonces, que el país tendrá una importante desaceleración en línea con los cálculos del Banco de la República, ente que incluso es más moderado y divisa un 0,7% el otro año.


“Yo tengo una visión un poco más optimista por varios factores que creo que van a tener un impacto positivo sobre la economía. El primero son las relaciones con Venezuela, hay un gran optimismo de exportaciones allí que tendrán un impacto positivo sobre la producción nacional (...) pero también las exportaciones no tradicionales tienen un incentivo enorme: la tasa de cambio”, analizó José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda.


Más allá del PIB, en las previsiones del FMI también está la inflación, el dolor de cabeza que aqueja a buena parte de los países. Para Colombia el costo de vida se elevaría 9,7% este año para luego retroceder a 7,1% en 2023. De todos modos los precios seguirán altos en toda Latinoamérica y el Caribe, en el promedio regional los datos en cuestión serían de 14,1% y 11,4%.


A cuidar el bolsillo


Lo más importante de todo este panorama es cómo afectará a los colombianos. En ese sentido es vital planear desde ya cómo cuidar las finanzas, que no pasa necesariamente por guardar la plata bajo el colchón y esperar a que las cosas mejoren.


Jackeline Piraján, economista Scotiabank Colpatria, explica que de cara al colombiano de a pie las proyecciones del FMI significan que tanto a nivel global y eventualmente en el país la situación económica se percibirá más difícil que lo que es hoy.


Así, agrega, en esta coyuntura los hogares se pueden preparar desde ahora afianzando hábitos financieros tales como: tener un presupuesto de los gastos relevantes para su hogar, monitorear qué tanto han cambiado los precios de su canasta básica e ir ajustando su presupuesto para seguir priorizando su consumo, incluso si eso significa sacrificar el gasto en cosas no esenciales.



De igual modo, considera que monitorear la carga financiera del hogar es importante, revisando cuánto se está pagando en cuotas de créditos y a cuánto equivale respecto al total de ingresos del hogar “y en ese sentido dimensionar que, si esa carga es alta, es momento de concentrarse en el pago de las deudas existentes antes de tomar nuevos créditos”.


Por su parte, desde la fintech Ualá se exaltó la importancia de buscar opciones de bajo costo para operaciones transaccionales y “entender muy bien los productos financieros, el sistema financiero y el manejo de las finanzas personales”.


En resumidas cuentas, dice Juan Camilo Vargas, gerente nacional Banca Personas y Pyme del Banco Caja Social, se espera que las personas empiecen a adquirir prácticas de ahorro, debido a que este es un hábito de bienestar financiero que permite prepararse ante los imprevistos que podría generarse a futuro, por ejemplo, una eventual recesión.


“Por ello en este tipo de escenarios, es recomendable que las familias constituyan un ‘fondo de emergencias’, en el cual se disponga de los recursos suficientes para cubrir los gastos básicos mensuales de mínimo tres meses mientras se resuelven imprevistos como una situación de desempleo o la necesidad de buscar ingresos alternativos”, añade el experto del Banco Caja Social.


Y complementa que en estos escenarios se le sugiere a las familias ser más conscientes sobre su capacidad económica y no destinar sus recursos en bienes que no sean esenciales para el hogar.


A nivel país


Las recomendaciones no solo aplican para los hogares, por ejemplo el FMI dio lineamientos a los países para cuando el “coco” de la desaceleración toque sus puertas y se empiecen a ver fragilidades financieras.


Asegura que en ese instante algunos sectores comenzarán a presionar para que las políticas fuertes como subidas en tasas de interés se flexibilicen, pero allí es donde los bancos centrales y los países deben demostrar carácter.



También sugiere acceder a instrumentos precautorios para reforzar las reservas de liquidez. No menos importante es el llamado que hace para no perder de vista el cambio climático, pues las crisis energética y alimentaria, sumada a las altas temperaturas en verano, son un recordatorio de otro problema que no puede olvidar el planeta.


Así, se viene un 2023 retador en el que habrá que abrocharse el cinturón aún más. Estará por verse si, como varios analistas piensan, esta coyuntura será una piedra en el camino para luego retornar a lo que consideran son niveles de crecimiento más “saludables” para Colombia y el mundo. COLPRENSA / ACTA DIURNA

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