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Ciberacoso: qué es, impacto y cómo detenerlo


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El ciberacoso, o ciberbullying, es una preocupante realidad en el mundo digital contemporáneo que puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente preocupante en el caso de los adolescentes, dada su vulnerabilidad y falta de información.


Esta forma de acoso y hostigamiento, facilitada por el uso de tecnologías digitales y redes sociales, puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental, emocional y física de quienes lo sufren.


UNICEF, en colaboración con expertos internacionales y empresas de tecnología, ha trabajado arduamente para abordar este problema y proporcionar herramientas y recursos para prevenirlo y enfrentarlo.



¿Qué es el ciberacoso o ciberbullying?


El ciberacoso es una forma de acoso o intimidación que se lleva a cabo a través de las tecnologías digitales. Ocurre en plataformas como redes sociales, plataformas de mensajería, juegos en línea y smartphones. Se caracteriza por un comportamiento (que suele ser repetitivo) con la intención de atemorizar, enojar o humillar a otras personas. Por ejemplo:


  • Difundir mentiras.

  • Publicar fotos o videos vergonzosos.

  • O amenazar con publicarlas.

  • Enviar mensajes abusivos.

  • Hacerse pasar por otra persona para provocar y enemistarlos.


¿Qué impacto tiene el ciberacoso en la sociedad?


En primer lugar, los efectos psicológicos y emocionales en las víctimas de ciberacoso pueden ser profundos y perdurar en el tiempo, generando ansiedad, depresión, y en casos extremos, pensamientos suicidas. Esta forma de violencia en línea, si no se toman medidas preventivas y de educación en valores de los adolescentes, puede socavar la autoestima y el bienestar emocional de las personas afectadas.


Además, las consecuencias a largo plazo para tanto agresores como víctimas son preocupantes. Los agresores se enfrentan a repercusiones legales y sociales, por lo que es importante educar a los más jóvenes sobre el correcto uso de la tecnología para prevenir. Por otro lado, las víctimas pueden experimentar traumas duraderos que afectan su calidad de vida y relaciones interpersonales.


Más de un tercio de los jóvenes de 30 países sostiene que ha sido víctima de acoso en la red, y 1 de cada 5 ha faltado a la escuela debido a situaciones de ciberacoso y violencia. Las redes sociales más usadas —como Instagram, TikTok, Twitter o Facebook— son un lugar común para el ciberacoso para 7 de cada 10 jóvenes.


Estos preocupantes datos provienen de una encuesta anónima realizada en la herramienta de participación infantil U-Report, en colaboración con el Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas sobre Violencia contra los Niños. En él queda claro que es muy evidente que no debemos permanecer ajenos a la magnitud del problema y que debemos seguir desarrollando estrategias efectivas para prevenirlo y abordarlo de manera proactiva.


Causas del ciberbullying y principales factores de riesgo


El ciberacoso tiene diversas causas, como la búsqueda de reconocimiento y aceptación, la falta de empatía y la baja tolerancia a la frustración por parte de los agresores. Los factores de riesgo incluyen el anonimato en línea, la facilidad para difundir contenido y la falta de supervisión por parte de los adultos. La tecnología y las redes sociales también juegan un papel importante al proporcionar plataformas para llevar a cabo el acoso a través de un supuesto anonimato.



Las principales causas de ciberacoso y factores de riesgo son:


  • Anonimato en línea: la (falsa) sensación de anonimato que brindan las plataformas digitales puede fomentar comportamientos agresivos y desinhibidos, ya que los perpetradores creen sentirse protegidos por el velo del anonimato.

  • Facilidad de difusión: los smartphones y ordenadores permiten que el contenido se propague rápidamente y alcance a una amplia audiencia en cuestión de segundos, lo que facilita la propagación del ciberacoso y dificulta su control.

  • Falta de supervisión: por parte de adultos, ya sea en el hogar o en la escuela, permite a los jóvenes que se cometan delitos de ciberbullying sin consecuencias.

  • Conflictos interpersonales: ya sean en el ámbito escolar o en el entorno social, pueden desencadenar episodios de ciberacoso a medida que las personas buscan desquitarse o tomar represalias.

  • Presión de grupo: puede influir en el comportamiento de los jóvenes que se conectan a internet, llevándolos a participar en actividades de ciberacoso para encajar o impresionar a sus iguales.

  • Desigualdad de poder: los abusones buscan dominar, controlar o intimidar a aquellos que perciben como más débiles o vulnerables. En este caso, a través de la violencia digital.

  • Desensibilización a la violencia: la exposición constante a contenido violento o agresivo en los medios de comunicación y online puede desensibilizar a los jóvenes sobre la gravedad del ciberbullying, normalizando este tipo de comportamientos.


Identificar estas causas y factores de riesgo es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención e intervención contra el ciberacoso.

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