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Un tiro en el pie

Por: Germán Peña C.



Pegarse un tiro en el pie es autoinfringirse daño. Literalmente es lisiarse así mismo, autoagredirse y quizás, dejando secuelas de por vida. Por lo general, el que se pega el tiro no muere, pero, puede quedar limitado, renco y con dificultades en su movilidad. El hecho afecta poder moverse con agilidad y es posible nunca más recuperarse. La lectura apropiada de esta expresión metafórica es perjudicarse con sus propias acciones, que una vez realizadas, se devuelven como un bumerán.


Se dice, pegarse un tiro en el pie cuando una estrategia bien estructurada, rigurosamente estudiada, con certeros diagnósticos que la guían y la soportan, termina tristemente, con un resultado adverso a lo inicialmente concebido. Con ello, se logra el efecto contrario. La decisión, puede ser bien intencionada pero, finalmente termina devolviéndose en contra de quien lidera la iniciativa


Pegarse un tiro en un pie, se escucha cuando una persona se equivoca o cae en el error garrafal. ¡El craso error!



Un caso representativo, es el Congreso de la Republica de Colombia. Cuando el actual Congreso decide optar por el anti-reformismo, es decir, negar todo lo que se le propone, siendo que lo propuesto busca redimir ancestrales desigualdades sociales, cuando el Congreso, decide sepultar cualquier expresión de cambio y justicia social, ahí se configura claramente el ¡pegarse un tiro en un pie!.


Es obvio el mensaje enviado por el anti-reformismo cuando expresa lo innecesario de cambiar, el mensaje sugiere que todo siga igual y que nada cambie, pues todo funciona a las mil maravillas. Así las cosas, lo anterior significa, que ganar las elecciones presidenciales del año 2022, con un claro mandato por el cambio, no significo nada y lo ideal sería no mover un dedo de la mano. ¡Mamola!


Pegarse un tiro en un pie es, hundir la reforma a la salud sin ningún debate, hundir la reforma pensional y en la misma ruta hundir la reforma laboral. Esto es lo que podría pensarse desde una óptica realista y racional de la política Colombiana.


Muchos de los congresistas difícilmente piensan y ante la ausencia de contexto histórico, unos son guiados por emociones infantiles vengativas, inoculadas por sus superiores jerárquicos, otros son conducidos, por los compromisos adquiridos con los financiadores de sus campañas. Al respecto y, de manera oportuna, decía mi abuela Petrona Oliveros: "es como pedirle peras al Olmo". ¡Nadie da de lo que no tiene!


Ante lo anterior cabe una pregunta: ¿qué consecuencias podría tener este comportamiento antirreformista?


Es inevitable, que la lesiva conducta anti-reformista, no tenga unas claras consecuencias electorales en las próximas elecciones a Congreso. En una próxima elección, estos congresistas hoy matriculados en las toldas del antirreformismo tendrán muchas dificultades en la búsqueda de su reelección.



El electorado no es bobo y se encuentra cansado de llevar al Congreso gente que una vez elegidos, se dedican a defender intereses particulares, buscar beneficios propios, vegetar con un sueldo estrambótico, acceder a gasolina gratis, camionetas blindadas, una nube de escoltas y pasajes aéreos en primera clase. El electorado tendrá que decir: ¡basta ya!. Es la gran oportunidad de las fuerzas progresistas, lograr la unidad y elegir una gran mayoría en la conformación de un próximo legislativo, que garantice la aprobación de las iniciativas q nos conduzcan al verdadero cambio.


¡Optar por el antirreformismo es como pegarse un Tiro en el pie!


ADENDA: Nada más impopular en este momento que sostener relaciones con Israel. Hay que hacer sentir la voz del desacuerdo, con el Genocidio del pueblo Palestino.

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