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¿Por qué tanto miedo a la consulta popular?

Por: Germán Peña Córdoba



Se nota, se siente y es evidente el miedo a la consulta popular de parte de la hirsuta derecha Colombiana. El pavor que se evidencia, ante la eventual participación del constituyente primario, en definir su propio destino, es difícil de ocultar. Su autodeterminación no podrá ser burlada ni vituperada. Se ingeniarán argucias para impedirlo, pero el cambio cultural hoy adquirido por una nueva generación consiente de sus derechos y que propugna por mejorar sus condiciones de vida, no permitirán las artimañas ideadas por los interesados en que nada cambie y representados por el Filibusterismo legislativo.



Si yo perteneciera a lo que hoy llaman "oposición" (pertenecer a ella es un escenario hipotético y literalmente imposible para mí), no atacaría de la forma tan infantil con que hoy se ataca al presidente Gustavo Petro; le proporcionan la munición a un político guerrero y curtido en la arena política, que sabe responder desde la oratoria, la historia y los argumentos. Sus desconcertados detractores, son tan ingenuos y elementales que lo llevan al escenario que claramente él desea ¡Allí se les crece! En la pelea, Petro encuentra la oportunidad perfecta para confrontarlos y dejarlos en la evidente falacia, que todos los días vociferan sus heraldos a través de sus medios de comunicación.


Petro no huye al pugilato, por lo contrario: lo busca y la llamada "Oposición" son sus Sparrings. Es confrontacional, le encanta que lo ataquen, es su habitad natural y él aprovecha para responder con otro ataque más certero y fulminante. Mientras tanto, sus atacantes, representados por toda la prensa unida, los políticos tradicionales unidos y la Oligarquía empresarial unida, se ven inmersos en un problema que casi siempre pierden y él sale airoso a esperar el siguiente galimatías para afrontarlo con mayor fuerza argumentativa.


Quizás a sus naturales contradictores se les olvida, los 20 años que Gustavo Petro estuvo de congresista y estando allí, hizo algo inédito en la política Colombiana: desnudo el macroproblema del Paramilitarismo en Colombia que llevó a decenas de políticos corruptos a la cárcel. Igualmente, denunció el Carrusel de la Contratación en Bogotá, un escándalo inconmensurable que llevó a la cárcel a los hermanos Iván Moreno Rojas y Samuel Moreno Rojas, alcaldes de Bucaramanga y Bogotá, respectivamente. Los Moreno Rojas, nietos del General Gustavo Rojas Pinilla, expresidente de Colombia (1953-1957) e hijos de María Eugenia Rojas de Moreno Díaz "La Capitana".


Regresemos a lo medular


Pienso, que todo lo que hoy nos toca observar se reduce al físico miedo que se le tiene a la Consulta Popular. La clase política tradicional se resiste a permitir emplear este mecanismo de participación contemplado en la Constitución Nacional, porque la consulta penetró en el alma popular de millones de Colombianos dispuestos a decir Sí a las 12 preguntas que esta contiene. Del miedo a la consulta, nace un sinnúmero de conjeturas que, más que lesionar la imagen del presidente Petro, es el terror que la consulta genera y que posiblemente adelante las elecciones del 2026.



El triste ocaso del señor Álvaro Leyva Durán ayuda para que la Ultraderecha, muerta del miedo por este mecanismo de participación ciudadana, apuntale la sucia narrativa de una supuesta drogadicción atribuida al presidente de la república. Para mi concepto, las cosas van mucho más allá, van, por otro lado: es la necesidad que tienen de normalizar la falsa narrativa. Se necesita que camine una matriz de opinión, para que el día que algo suceda en contra de su vida, se argumente que la causa fue una sobredosis ¡Ni bobos que fuéramos!


De nada servirá la vileza producto de la decrepitud de Don Álvaro Leyva, otrora admirado por muchos de nosotros, por sus ingentes esfuerzos en la búsqueda de La Paz. Hoy esta respetable imagen de Álvaro Leyva se me derrumbó y no leeré la segunda epístola que anuncia.

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