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¡Pensar en grande!



Curiosamente, hoy las 3 entradas principales de la “Puerta de Oro de Colombia” son estrechas, incomodas y muy poco funcionales. Veamos.


Ya hemos hablado del aeropuerto. Llama la atención que la flamante Ministra de Transportes barranquillera dijo hace unos días que: “… sí el concesionario no presenta un plan de mejora y lo ejecuta entonces habrá que caducar el contrato…”, cuando hace más de año y medio afirmó que las obras, por más de $600 mil millones, estaban en un 90% y que estarían listas para marzo del 2020 con ocasión de la fallida Asamblea del BID aquí. Todo antes de la cuarentena y del cierre de los aeropuertos. Y eso que las dos principales empresas socias del concesionario son reconocidas constructoras (y también de reconocidas casas políticas).



Lo grave es que la discusión se está quedando en lo estético. No en lo principal que es lo funcional y, mucho menos, en lo fundamental que es lo estratégico. Pues, debemos recordar que, de 32 rutas internacionales aprobadas por Aerocivil en el último año, Barranquilla solo obtuvo una: Curazao (que ya ha fracasado varias veces aquí) mientras Bogotá logró 10, Medellín 10 y Cali 3. Perdemos competitividad y conexión con el mundo. ¡¡Y ahora hasta les salimos a deber $720 mil millones!!


¿Pensando en grande, podría ser posible?


En Cartagena, nuestros vecinos nos lo están demostrando. No solo están remodelando, ampliando y modernizando el actual aeropuerto Rafael Núñez, sino que están construyendo un verdadero mega aeropuerto regional en Bayunca (al cual nosotros no quisimos sumarnos) que atenderá 10 veces más el volumen de los pasajeros que hoy reciben.


Hablemos ahora del Puerto. El cuento del gallo capón.


Hay un asunto muy grave. El Cambio Climático, que incrementa cada vez más las lluvias, y la incesante erosión están ocasionando un inusitado aumento de la sedimentación que transporta el Rio Magdalena. Lo estamos viendo ahora incluso en el color y el sabor del agua, hasta el punto que Triple A, como nunca antes, se ha visto forzada a colocar un equipo que extrae 10 veces más material vegetal y sedimentos que cada una de las 6 otras retroexcavadoras instaladas simultáneamente cerca de la bocatoma del acueducto que suministra el líquido a Barranquilla y Soledad. De tal suerte, que para cuando quieran aprobar y, sobre todo, ejecutar la APP para recobrar la navegabilidad del rio serán poco duraderos en el tiempo sus efectos prácticos y tendremos, otra vez, la misma tragedia. Por ello necesitamos con urgencia construir el puerto de aguas profundas sobre el mar. No podemos seguir padeciendo para obtener 9 metros de calado artificial cuando tenemos la posibilidad de conseguir 20 metros de calado natural en el Super Puerto. Y al fin aprovechar los 16 TLC vigentes.


¿Pensando en grande, podría ser posible?


Los antioqueños no solo construyen 2 grandes terminales sobre el Mar Caribe: Puerto Antioquia y Puerto Pisisí, sino que edifican la megaciudad portuaria “Sol de Oriente” en alianza con China, en el Urabá, muy cerca a Panamá qué, con la tercera exclusa, ha ampliado su protagoismo en la distribución mundial.


Finalmente, El Puente Pumarejo, nuestra Mega-obra.



Tan mala fue su planeación que los constructores no tuvieron en cuenta la demolición del viejo puente ni la ampliación de las calzadas que conducen a él, lo que lo hace muy poco funcional tanto para la navegación fluvial como para el transporte terrestre. ¡Y ahora les salimos a deber $134,000 millones!


Insistimos: Nos estamos quedando en lo estético. No en lo funcional y, mucho menos, en lo estratégico.


¡Pensemos en Grande!


@vherreram

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