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¡Más estatuas!



Muchos han comentado la acción de un grupo de jóvenes que hace unos días derribaron la estatua de Cristóbal Colón ubicada en el bulevar de la carrera 50, barrio El Prado, en Barranquilla.


Curiosamente, hace apenas un año ocurrió lo mismo con varias efigies del genovés derribadas simultáneamente en Minnesota, Richmond y Boston, en EE.UU, durante las protestas por el asesinato del afrodescendiente George Floyd.



Muchas otras estatuas han sido derribadas en Colombia –sobre todo durante el reciente paro nacional– y en otras partes del mundo en lo que parece ser una especie de tendencia global de deconstrucción de la historia que nos enseñaron y que, como casi siempre, la han escrito los vencedores.


Lo cierto es que, sin proponérselo, este suceso desencadenó en Barranquilla un momento pedagógico interesante.


En efecto, por primera vez muchos habitantes se enteraron que existía una estatua de Cristóbal Colón en la ciudad; que había sido donada en 1892 (con motivo de los 400 años del descubrimiento de América) por la colonia italiana; que dicha colonia aportó muchísimo a nuestro desarrollo desde finales del siglo XIX; que la efigie fue colocada en lo que se llamó entonces Paseo Colón (luego Paseo Bolívar) y en 1937 en la Plaza de San Nicolas; y que últimamente queda diagonal a la Iglesia del Carmen. De paso, conocieron, de manera incipiente, la parte buena y mala de la historia.


Que buena oportunidad esta para que, antes que derribar las pocas estatuas que existen, desarrollar el ejercicio pedagógico tan necesario de contar la historia de la ciudad mediante la construcción de esculturas y monumentos en sitios claves que sirvan para conocimiento, sentido de pertenencia y ciudadanía de propios y como atractivo turístico de visitantes.


Se nos ocurre entonces que pudiéramos aprovechar el gran espacio del futuro Eco-parque de Mallorquín o del Bosque Urbano de 30 hectáreas que se proyecta en Miramar, para colocar allí, en lugares estratégicos a manera de parque temático, un recordatorio de cada uno de los hitos históricos de Barranquilla.


Por ejemplo, un monumento, acompañado de una placa explicativa, de un avión a escala para significar que aquí nació la aviación y el correo aéreo en Colombia y la segunda aerolínea en el mundo; otro de un micrófono para señalar que somos la cuna de la radiodifusión en nuestro país; uno más de un proyector de películas para traducir que somos los pioneros del cine nacional; otro de un balón para recordar que somos la cuna del balompié en Colombia; así un barco a vapor, un faro de tránsito, una bola de béisbol, un teléfono, en fin



Y podríamos aprovechar también los casi 200 parques remodelados y nuevos de la ciudad para colocar esculturas de personajes significativos. Por ejemplo, en el barrio Rebolo: Nelson Pinedo. Muy cerca, en el Estadio Moderno: “Me muerde” García; En el parque de la electrificadora, frente al centro italiano: Floro Manco, el pionero del Cine; y así la de tantos protagonistas: Elías Pellet Buitrago, Karl Meisel, Arturito de Castro, Julio Enrique Blanco, Francisco Javier Cisneros, Alejandro Obregón, Juan B. Fernández, Roberto Esper, Carlos Valiente, Heriberto Vengoechea, Julio Montes, Mario Santodomingo, Álvaro Cepeda, Amira de la Rosa, Ernesto Cortissoz, Meira Delmar, José Consuegra Higgins, Manuel Carrerá, Elías Muvdi, Orlando Fals Borda, Marcos Pérez Caicedo, Sonia Osorio, Alberto Assa, Pedro Biava, Julio Gerleín Comelín, Samuel Hollopeter, Helmuth Bellingrodt, etc., etc., etc.


Al tiempo que se promovería entre los habitantes la escogencia de cada personaje y su sitio, se incentivaría la producción artística y cultural y se lograría la vinculación significativa de la empresa privada y la academia.


@vherreram

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