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Los derechos de las mujeres en el centro del proceso de desarrollo



La igualdad de género es un derecho humano y una prioridad en las políticas de desarrollo. En ese marco, el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora anualmente cada 8 de marzo, es una oportunidad para destacar la importancia de la perspectiva de género en las políticas públicas para promover la igualdad de las mujeres en todas las esferas de la vida, el rol de las mujeres en la sociedad y el fin a la violencia por razones de género.


Pese a los esfuerzos realizados para incorporar la perspectiva de género en las políticas y decisiones, aún siguen existiendo patrones socioculturales de discriminación marcados, entre otras cuestiones, por desigualdades, falta de oportunidades, falta de autonomía económica y violencia simbólica, verbal, psicológica, económica y física hacia las mujeres.



La pandemia del COVID-19 profundizó estas desigualdades, a la vez que llevó a una sobrecarga de las tareas de cuidado que recaen sobre las mujeres y evidenció el aumento de la violencia doméstica, donde los feminicidios son la manifestación más grave de la violencia de género. Al mismo tiempo, la pandemia puso de manifiesto el papel fundamental de las mujeres en la lucha contra el COVID-19 y su lugar en la primera línea de respuesta.


El compromiso por la igualdad de género se encuentra consagrado en una serie de instrumentos del derecho internacional, que comprometen a los países a garantizar la aplicación efectiva de estrategias y prácticas que contribuyan al pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres. Entre otros instrumentos adoptados en el ámbito universal e interamericano, se pueden mencionar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de Belén do Pará.


En este marco, se vuelve necesario poner en práctica las Directrices de la Política de la Igualdad de Género, que se reconocen como imprescindibles para el diseño, elaboración, implementación, monitoreo y evaluación de políticas, normativas, estrategias, programas, planes de acción, así como la gestión de recursos y elaboración de presupuestos. Las directrices abordan una serie de ejes para transversalizar la perspectiva de género:



  • Autonomía económica e igualdad en la esfera laboral y del cuidado

  • Participación paritaria en los procesos de toma de decisiones y en las esferas de poder

  • Derecho a la Salud integral

  • Derechos sexuales y derechos reproductivos

  • Derecho a la educación

  • Educación para los derechos humanos y la no discriminación

  • Enfrentar todas las formas de violencia basada en la perspectiva de género

  • Interseccionalidad, discriminaciones múltiples y agravadas

  • Territorio, hábitat y ambiente

  • Políticas comerciales y productivas inclusivas:

  • Derechos de las mujeres migrantes

  • Acceso a la justicia

  • Sistemas de información


En este Día Internacional de la Mujer, es necesario reforzar la necesidad de implementar las acciones necesarias para transversalizar la perspectiva de género en todas las instancias de la vida para alcanzar una real igualdad y garantizar los derechos de todas las mujeres.

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