Por: Argelio Pérez F.
Después de que culminó la temporada de carnaval 2024, que fue todo un éxito tanto en lo económico como en lo cultural, según sus organizadores. todo un derroche de alegrÃa, un oasis que nos hizo calmar la sed y el hambre de justicia social. Desde hace varios años estas festividades se han estratificado. Con propuestas y desfiles para todos los sectores y poder adquisitivo de los curanderos y visitantes.
Esta el de la VÃa Cuarenta para los invitados especiales, la gente de bien, los artistas, las personalidades, los influencers, y todos los vitrineros habidos y por haber, quienes en varias ocasiones han desplazado a los verdaderos protagonistas del carnaval que son los hacedores, quienes llevan décadas haciendo sus disfraces, cumbiambas, comparsas para nutrir las carnestolendas.
Esta el carnaval de la 44, el del bordillo donde asisten las personas que no tienen para pagar los costosos palcos de la VÃa Cuarenta- En la 44 pagan una silla y se puede gozar el fastuoso desfile. También tenemos el del sur occidente, que baja por al carrera 14, el de la 17 o del Rey Momo que llega hasta el bulevar de Simón BolÃvar y el de la Cra 8 .
Son tradicionales los disfraces de Cantinflas, Drácula, MarÃa Moñitos, el indio, el gorila, el mohicano, los monocucos, los marimondas, el Congo Grande, Los coyongos, Las Farotas de Talaigua Nueva, Selva Africana, los monos, los negros y un largo ETC.
Pero este año nos llamó la atención el disfraz de cardenal, encarnado por el Dr. Wilmaro Garay Guerrero, quien repartió bendiciones y oraciones por la paz de Colombia y el mundo, a dista y siniestra a lo largo de los recorridos de la 44 y de la 8 en los cuales pudo participar.
Esta iniciativa de promover la paz, la tolerancia, y el respeto en medio del goce más desenfrenado a través de un disfraz de que encarna a un alto jerarca de la Iglesia Católica. Es un gran reto que contó con la simpatÃa de la gran mayorÃa de las personas que asistieron a estos desfiles. Este disfraz me hizo recordar al inolvidable Mingo MartÃnez quien se disfrazaba de sacerdote para pregonar sus picantes letanÃas.