Por: Jorge Vergara Carbó
El martes 30, del pasado mes de abril, la empresa Triple A, celebró su asamblea anual en forma virtual, eligiendo su nueva junta directiva, en la que no recibieron participación alguna los miembos minoritarios.
La Alcaldía Distrital tiene tres regnlones y dos la firma William Vélez. Por otro lado, se ratificó al gerente nombrado hace quince días, Ramón Hemer.
Por otro lado, se aprobaron los balances presentados y ahora se decidirá qué hacer con las utilidades acumuladas hasta el 2022 -que ascienden a 364.913 millones y las del año 2023 que son de 177.445 millones.
El 17 de febrero, del año pasado, se llevó a cabo la legalización y traspaso de las acciones que estaban en cautiverio por la SAE, a favor de la empresa K-YENA SAS, quién hoy posee el 82.16%, de la propiedad de la Triple A, representada en 60.376.424 millones de acciones.
El Distrito es dueño del 65%, de la empresa K-yena, y continúa con el 14.5%, de las acciones, al igual que los privados continúan con el 3.34%.
Este movimiento de acciones, a favor de la empresa K-yena, trajo como resultado cambio en la razón social de la Triple A, ya que paso de ser una empresa privada, a una empresa de economía mixta.
En escritos anteriores sobre la Triple A, hemos destacado la importancia de esta empresa para los atlanticenses, es una “Joya”, por eso debemos todos cuidarla.
No puede haber desarrollo urbano sino se cuenta con una empresa que preste los servicios públicos de agua, alcantarillado y aseo en forma eficiente.
Cuando se creó la Triple A, en julio del año 1.991, y empezó la empresa a operar en el año 1.992, fue posible que Barranquilla empezará a tener un desarrollo urbano en toda su extensión, complementada con las otras empresas de servicios públicos domiciliarios.
La asamblea de mañana (30 de abril), tiene una connotación especial y es la de elegir junta directiva.
Esperamos que se nombren a personas capaces, conocedoras del mundo empresarial y financiero y por supuesto del negocio. Igualmente, en la asamblea debe tratarse el tema de la escogencia del gerente de la compañía, por concurso.
Los dos últimos concursos en los cuales se escogieron a Guillermo Peña Bernal y a Jairo De Castro, dieron magníficos resultados. Lo que hoy muestra la Triple A, en sus estados financieros y en la relación obrero patronal es producto del trabajo continuado de ambos gerentes.
Por eso nunca entendimos el cambio de gerente en primera instancia por Jaime Pumarejo y en segunda instancia por Alex Char.
Lo que no podemos entender, es que en reunión de junta directiva celebrada hace pocos días, se decidiera por esa junta nombrar en propiedad como gerente a Ramón Hemer Redondo, funcionario de carrera de la Tripe A, a sabiendas que en la asamblea de mañana van a elegir nueva junta directiva.
Lo correcto hubiera sido, esperar que la nueva juna directiva se posesionara y fuera ella la que decidiera en ese nombramiento.
Esta actitud, es peligrosa, se dio un cambio de política corporativa que había dado resultados, de escoger al candidato por concurso. Ahora, parece ser que volveremos a lo mismo, que el alcalde como tiene el 67.6%, de las acciones, sea él que decida quitar y nombrar al gerente de la Triple A, a su antojo.
Esa conducta fue la que llevo a las antiguas EPM a la quiebra. Ahora más que nunca debemos estar vigilante de lo que suceda en la Triple A. Creemos que el Concejo Distrital debe por lo menos cada tres meses, pedirle al gerente de la Triple A, que rinda un informe de su gestión, y que además en su página Web publique sus estados financieros, para que todos aquellos que deseen estudiarlos lo puedan hacer.
Lo otro, que no se puede permitir, es que se vuelvan a cometer los actos de corrupción, que se dieron en la administración de Ramón Navarro Pereira y los españoles, que actuaron con complicidad de funcionarios de la empresa y la junta directiva, hechos que no se investigaron a fondo.
Solo fueron judicializados el gerente Ramón Navarro Pereira, quién fue condenado a 190 meses, y, Julia Serrano que está pendiente de su pena. Las denuncias de esos actos y de los concernientes a la extinción de dominio de las acciones de Inassa, no han finiquitado, esos procesos, siguen pendiente de fallo, por lo que no se pueden descuidar.
La Triple A, hoy es una empresa de economía mixta, de carácter regional, presta el servicio, en 15 municipios o más, del Departamento del Atlántico, pero bajo la figura jurídica de una “concesión”. Esta modalidad trae consigo limitaciones y problemas, ya que tiene que negociarse cada vez que se vence la concesión, con las incertidumbres que ello conlleva.
Por ello, sería bueno, que en la asamblea de la Triple A, del 30 de abril, los accionistas discutan la posibilidad de encontrar un camino, para que todos los municipios con los cuales se tiene firmada una concesión, puedan ellos convertirse en socios de la empresa, y dar por terminada la figura de la concesión. Igualmente se debe también considerar a la gobernación del Atlántico, como accionista de la empresa.
Informaciòn relevante del informe de gestiòn y estados financieros
La estructura del mercado de la Triple A, es la siguiente: usuarios residenciales 602.073, de los cuales el 79%, son de estrato 1 a 3, es decir 475.638 usuarios. Usuario comercial 32.500, usuario industrial 571, usuario oficial 1.688. usuario multipropósito 418, y usuarios especiales 259, para un total de 637.509 usuarios.
El agua captada en las cuatro (4) plantas de tratamiento que tiene, en Barranquilla, Puerto Colombia, Sabanagrande y Ponedera es de 270 millones de metros cúbicos, captándose el 88.5%, del agua en Barranquilla.
La planta que se construye en Soledad, no se ha terminado, le hace falta la bocatoma. La empresa cuenta con 3.500 kilómetros de redes, en todo el Departamento.
La planta de personal es de 1.774 trabajadores, el 99.9% con contrato a término indefinido, tiene 84 estudiantes del SENA y 134 trabajadores terciarizados, para un total de 1.992 trabajadores.
La facturación de la empresa por sectores fue: Acueducto $506.334 millones, Alcantarillado $235.868 millones, y aseo $217.357 millones, para unos ingresos totales de $1,03 billones., superior en un 18.7%, a los del 2.022.
De lo facturado se recaudó en: Acueducto $407.582 millones, alcantarillado $191.929 millones, aseo $181.508 millones, y Fondo de Solidaridad $64.280 millones, para un total de $845.299 millones, lo que significa un recaudo del 81.6%, que es bueno considerando la estructura de su mercado y si lo comparamos con los recaudos del sector eléctrico.
La utilidad del año 2.023, fue de $177.445 millones, un 48% por encima de la del año 2.022, con una utilidad de operación de $277.678 millones, y un pago de impuesto a la renta de $100.233 millones.
En el manejo de los subsidios que se otorgan descontado de las contribuciones que hacen los estratos 5 y 6, como comercial, e industrial y oficial tiene un déficit de $76.618 millones, producto de su estructura de mercado, y a la falta de los aportes que deben hacer las entidades territoriales para completar el pago de estos subsidios.
El déficit principal es por el agua que se entrega, por $35.359 millones
La empresa, tiene dos problemas críticos que no son fáciles de resolver, el primero es el alto volumen de pérdida del agua tratada que en Colombia su promedio es del 48%, porcentaje demasiado alto.
En la Triple A, este porcentaje a pesar de los esfuerzos que se han hecho estos últimos cuatro años, el porcentaje está por encima del 50%. Ante este hecho, la junta directiva con la gerencia y por supuesto con los trabajadores liderados por el sindicato, deben prestarle toda la atención del caso.
Hoy tienen un déficit en equipos de medida de 30.000, hay fraudes sofisticados que para detectarlos se necesitan equipos especiales, y contar con personal de planta especializado en el tema o contratarlos con terceros.
Debe diseñarse un programa bien estructurado con metas a cumplir y con control directo de la gerencia y junta directiva. Cada porcentaje que se logre disminuir los beneficios para la empresa y para los usuarios son grandes.
Esta situación es la que lleva a que hoy paguemos una tarifa alta, no dudo que si las perdidas fueran del orden del 20% (que es un porcentaje alto), la tarifa podría bajar un 20%, y a pesar de ello, las utilidades de la empresa se incrementarían.
El otro problema, es la cartera que es muy alta $862.620 millones. Una cartera alta incide en las utilidades de la empresa, porque anualmente hay que penalizar los estados financieros.
De ese volumen de cartera, hay $503.216 millones, el 58.3%, del total de la cartera, que es prácticamente irrecuperable porque su edad es superior a 720 días. Ese es otro frente de trabajo, que no se puede descuidar, porque la alta cartera afecta la liquidez y utilidades de la empresa.
La Triple A, es una empresa que tiene un bajo endeudamiento producto de las medidas tomadas por el sector financiero de no prestarle por los problemas jurídicos que atravesaba la empresa.
Corregidos esos impases, hoy se tiene acceso al crédito, pero eso no puede significar que la empresa se endeude, sin justificación alguna, y menos para pagar los dividendos que se declararon repartir en diciembre del año pasado $157.213 millones, que parece fue uno de los motivos para la salida del gerente Jairo De Castro
Es bueno que los lectores sepan, que la Triple A, bajo la administración de la SAE no repartió utilidades, y es por eso, que, en el balance del año 2.022, aparecen como utilidades acumuladas el monto de $364.913 millones. De las cuales según el flujo de efectivo del balance del 2.023 se giraron en diciembre $157.213 millones.
En el orden del día, de la asamblea se tiene previsto el tema de repartición de utilidades, estas no deberían repartirse sino capitalizarse en cabeza de cada uno de los accionistas, para que la empresa pueda contar con recursos para invertir.
Lo otro, insisto no se pueden repartir dividendos a costa de endeudar a la empresa, no es una buena práctica financiera.
Finalmente, preocupa que la empresa haya manifestado en la reciente reunión con la PGN y la FGN, que cuenta con la capacidad para prestar los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo, de los desarrollos urbanos que se están dando en el AMB.
Eso no puede ser cierto, en materia de acueducto tenemos problemas serios, por lo que se hace necesario construir el acueducto del Norte, cuya inversión supera los $400.000 millones, recursos que supuestamente los aporto el gobierno nacional cuando Duque, y que no sabemos si este gobierno los ha desembolsado, porque nadie dice nada, ni la Tiple A, ni la gobernación, ni la alcaldía de Barranquilla.
Igual tenemos problemas con el alcantarillado, ya las plantas están copadas. La Triple A, al igual que la CRA y Barranquilla verde, saben que los proyectos urbanos que se están desarrollando en el norte de la ciudad, como el del Batallón Paraíso las aguas servidas no las tratan, porque no tienen planta de tratamiento y las vierten en el río Magdalena, o en el Arroyo León o en la ciénaga de Mallorquín.
Los funcionarios de la Triple A, tiene que saber que al igual que las curadurías, oficinas de planeación, y alcaldías que Argos y las firmas constructoras no están urbanizando un barrio, están creando una nueva ciudad, que incluso en el caso de Alameda del Río, Ciudad Mallorquín y Portal del Norte, son ciudades con más habitantes que el mismo municipio de Puerto Colombia, o cualquiera de los otros municipios del Atlántico a excepción de Soledad y Malambo. Por lo tanto, son ellos los que deberían construir su propia planta de tratamiento de agua, como la planta de tratamiento de aguas residuales, y no la Triple A.
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