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Foto del escritorVíctor Herrera M.

¿Kamala presidente?

Por: Víctor Herrera Michel



Con la aclamación durante la convención nacional del partido demócrata, celebrada hace unos pocos días, de Kamala Harris, actual vicepresidente de los EEUU, como candidata oficial para aspirar a la presidencia en las elecciones del próximo 5 de noviembre en ese país, cambiaron radicalmente las reglas del juego político y social hasta el punto que la contienda electoral pasó de ser previsible a convertirse, en pocas semanas, en una de las más dinámicas e inciertas de la historia.


De hecho, antes de ser nominada oficialmente por su partido, Kamala había recaudado una cifra récord al llegar a los USD 540 millones en solo un mes, obteniendo mucho más que lo recogido por la campaña de su contrincante Donald Trump durante varios meses.



La inesperada y sorpresiva aparición de la vicepresidente como posible candidata – ante la renuncia del presidente Joe Biden a tal oportunidad – y luego oficializada por los demócratas, ha cambiado el panorama en el sentido de haber dejado prácticamente sin piso la estrategia del candidato republicano. En efecto, la táctica de denigrar de Biden por su edad (81 años) y su supuesta falta de facultades para volver a ejercer el poder en el país más poderoso del mundo, ahora queda sin piso ante una rival mucho menor que él (casi 20 años de diferencia) y con un dinamismo y una capacidad de trabajo demostrada durante su trayectoria pública, además de una sonrisa muy expresiva que contrasta con el ceño fruncido y la actitud negativa del expresidente.


También es muy significativo que en tan poco tiempo las encuestas hayan cambiado de tendencia. Mientras que Trump aventajaba en el promedio a Biden en unos 3 puntos porcentuales luego del famoso debate televisivo en CNN, ahora es Harris quien aventaja al candidato republicano prácticamente por la misma diferencia (46.1% contra 43, 4%). Ello a pesar del aterrador atentado contra Trump que, paradójicamente, pudiera haberle favorecido en las mediciones.


Y es que son varios los grupos de ciudadanos y tendencia políticas e ideológicas que se pueden ver representados ahora y que Kamala puede aglutinar en aras de su victoria.


En primer lugar, las mujeres que encuentran esta nueva oportunidad que antes falló ante el mismo Trump cuando fueron representadas por Hillary Clinton hace algunos años. Quizás los casos recientes de Claudia Sheinbaum, primera mujer presidente en México y la lucha desigual de María Corina Machado en Venezuela, alimentan esta aspiración que por primera vez llevaría una mujer a ese poderoso sitial en el orden mundial.


También están las minorías, empezando por las comunidades Afros que querrían repetir con alguien que apoya uno de sus líderes más carismáticos: el expresidente Barak Obama y, de paso, su esposa Michelle. Los inmigrantes especialmente los asiáticos y los latinos representados por los ancestros de la candidata demócrata: su padre de Jamaica y su madre de la India.



Adicionalmente, creemos que hay un argumento que puede pesar. Existe en el imaginario de los norteamericanos – y que nos han vendido a través de miles de películas – que el bueno siempre derrota al malo y que la autoridad se impone persistentemente al malhechor para el acostumbrado final feliz. Kamala representa de alguna manera la autoridad, por su etapa de fiscal general en California, contra el probado delincuente Trump, condenado por 34 delitos y pendiente de las graves acusaciones de evasión de impuestos y acosador sexual.


Trump parece no haber reaccionado aún ante el cambio repentino de contrincante. Por lo menos no a tiempo. Eso es muy grave en una contienda a la que solo le restan 70 días.


@vherreram

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