Genocidio en Gaza: el Holocausto del Siglo XXI
- Acta Diurna
- 3 jun
- 4 Min. de lectura
Por: Enrique Daza*

Más de 54.000 palestinos han muerto en Gaza tras la ofensiva militar de Israel iniciada en octubre de 2023. La destrucción masiva, el bloqueo humanitario y el desplazamiento forzado denuncian un genocidio en curso, mientras Estados Unidos y Occidente respaldan una ocupación que amenaza la estabilidad en Medio Oriente y la paz global.
Gaza: bajo escombros, bloqueo y genocidio
La provocación de Hamás con los atentados del 7 de octubre de 2023 llevó al gobierno de Israel, que atravesaba una grave crisis interna, a desencadenar una violenta guerra que se ha convertido en un genocidio a gran escala.
La Franja de Gaza es un territorio que equivale al tamaño de la zona urbana de Bogotá y está separada de Cisjordania. Ambas regiones representan cerca de 7.000 km² en los cuales sobreviven aproximadamente siete millones de palestinos, en lo que queda del territorio tras la sistemática expansión de Israel.
En los últimos tres años, Israel ha destruido toda la infraestructura de la zona y ha desplazado a cerca de 1.900.000 personas que, sin tener adónde ir, se refugian en campamentos sin alimentos ni agua. Abastecer a los palestinos que permanecen allí exige la entrada de cerca de 1.000 camiones diarios, pero los israelíes apenas, si acaso, permiten el ingreso de 170.
Más de 1.400 trabajadores de la salud han sido asesinados. El 47 % de los medicamentos esenciales y el 65 % de los insumos médicos están agotados.
Para abril de 2025, casi 175.000 estructuras habían sido destruidas, generando más de 53 millones de toneladas de escombros, cuya limpieza tardaría 22 años. Hospitales, edificios residenciales, escuelas y tiendas de campaña para desplazados han sido impactados.
Menos del 5 % de las tierras cultivables de Gaza están disponibles. Para mayo de 2025, una de cada cinco personas (500.000) enfrentaba la inanición. Los precios de los alimentos esenciales se han disparado. El secretario general de la ONU declaró que solo ha entrado una “cucharadita de ayuda” cuando se requiere una “inundación”, y que artículos esenciales como combustible, refugio, gas para cocinar y suministros para purificar agua están prohibidos.
Todas las organizaciones humanitarias afirman que cerca de 14.000 niños están a punto de perecer. Incluso gobiernos occidentales que tradicionalmente han apoyado las acciones de Israel han condenado, de una u otra forma, lo que a todas luces es un genocidio. La Corte Penal Internacional ya ha señalado su rechazo al uso del hambre como método de guerra.
Los propósitos de Israel y la respuesta occidental
Las autoridades de Occidente han señalado que las acciones israelíes sobrepasan el objetivo inicial de derrotar a Hamás, y es evidente que buscan expandir su territorio, expulsar a los palestinos y avanzar en la construcción del Gran Israel, que incluye partes de Estados vecinos.
Dentro de las ambiciones geopolíticas de Israel está el apoderarse de los yacimientos de petróleo y gas en las costas de Gaza, así como avanzar en el viejo proyecto del canal Ben Gurion, que conectaría el mar Rojo con el Mediterráneo sin pasar por el canal de Suez, controlado por Egipto.
Trump, al igual que Biden, ha apoyado al gobierno de Israel. Con su reciente viaje a Arabia Saudita, enfrenta el reto de reconstruir los Acuerdos de Abraham con los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos, destinados a normalizar las relaciones entre estos países e Israel; acuerdos que fueron interrumpidos por la invasión a Gaza.
Durante el gobierno de Biden, Arabia Saudita enfrió sus relaciones con Washington, pues el presidente acusó al príncipe heredero Mohamed bin Salman de estar detrás del asesinato de Jamal Khashoggi en Estambul y retiró a Riad el apoyo en su guerra contra Yemen. Con sus bombardeos a Yemen, Estados Unidos, al tiempo que apoya a Israel, intenta reconstruir su relación con la monarquía saudí.
Para la nueva política petrolera de Trump, el petróleo y el gas de los países árabes juegan un papel crucial. La reconstrucción del ajedrez de su influencia política en la región implica el reto de acercar a sus clientes árabes con un Israel que, con su crueldad, a veces se sale del libreto y se obstina en enfrentar a Irán, la otra potencia de la región.
El genocidio en Palestina y el silencio mundial
No debe quedar duda de que, además de la tragedia humanitaria, la ocupación de la Franja de Gaza por parte de Israel amenaza seriamente la paz mundial.
Los gobiernos de Estados Unidos, tanto con Biden como ahora con Trump, han suministrado apoyo militar y económico incondicional a Israel, pero la política aventurera y expansionista de Netanyahu amenaza con incendiar toda la región.
Estamos frente a un “Holocausto del siglo XXI”, la repetición de un patrón que la humanidad juró no permitir nunca más. Al igual que en la Europa nazi, la población civil palestina es castigada colectivamente. La hambruna, los campos de desplazados, la aniquilación de hospitales, escuelas y viviendas, la negación sistemática de ayuda humanitaria y la matanza de miles de niños no son daños colaterales, son parte de una estrategia de exterminio.
*el autor es Psicólogo, especialista en geopolítica, analista económico
Comments