El precio del oro ha alcanzado niveles históricos con la expectativa de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) a partir de junio. El martes, el oro logró un nuevo récord de 2.140,6 dólares la onza, superando la marca anterior establecida el 4 de diciembre pasado en 2.135,40 dólares y este jueves ya superó los 2.160 dólares.
El análisis histórico realizado por Julius Baer desde 1976 indica que, en promedio, los precios del oro aumentan un 15,5% durante los 12 meses siguientes a un recorte de tipos seguido de una recesión. Este escenario impulsa la demanda de inversores que ven en el oro un refugio seguro. Sin embargo, si no se materializa una recesión, los precios del oro tienden a disminuir en un 7% de media. En cualquier caso, este movimiento probablemente afectaría al rendimiento de los bonos estadounidenses y al dólar, potencialmente llevando a los inversores a refugiarse en el oro.
El año pasado, la Unión Europea y la eurozona evitaron por poco caer en recesión, principalmente debido a la contracción económica en Alemania causada por las sanciones impuestas a Rusia. La producción industrial en Alemania se redujo por primera vez desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, algunos analistas financieros advierten que un posible recorte de tipos por parte del BCE podría no tener un impacto económico positivo tangible hasta el año 2025. Jack Allen-Reynolds, economista de Capital Economics, predice que la economía de la eurozona se estancará en el primer semestre de 2024 debido a la persistencia de las políticas monetarias restrictivas y fiscales más austeras.
El rendimiento del oro también ha sido impulsado por datos económicos decepcionantes en Estados Unidos recientemente. El índice ISM manufacturero cayó a 47,8 puntos en febrero, por debajo de las expectativas de 49,5 y del mes anterior (49,1), marcando una disminución continua después de 28 meses de crecimiento. Además, según una encuesta de la Universidad de Michigan, la confianza del consumidor en febrero cayó a 76,9 desde los 79,6 estimados. Esta disminución refleja la persistente incertidumbre sobre la economía estadounidense, según Dana Peterson, Economista en Jefe de The Conference Board. Esta tendencia negativa en la confianza del consumidor se observa también en los países del G7, con descensos significativos en países como Gran Bretaña, Canadá y Alemania, mientras que en el continente asiático se registra un aumento generalizado en la confianza del consumidor. DATAIFX
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