El pasado 8 de septiembre de 2020 Colombia cumplió seis años luego de la sanción de la ley Consuelo Devis Saavedra, una iniciativa que reguló el cuidado paliativo, es decir, aquel que se les brinda a los pacientes con enfermedades terminales, crónicas, degenerativas e irreversibles.
La iniciativa fue sancionada luego de un fallo de la Corte Constitucional que abrió la puerta a la eutanasia legal, siempre mediada por un consentimiento del paciente y la evaluación de una junta médica.
Si bien en las últimas tres legislaturas el representante por el Valle del Cauca, Juan Fernando Reyes, del Partido Liberal, ha presentado una nueva iniciativa que pretende regular el derecho a morir dignamente, esta se ha caído varias veces en su trámite en el Congreso. Y es que la discusión no es fácil.
Más allá de las cifras y de las acciones legales, el hecho de morir plantea interrogantes profundos para el paciente y la familia que lo acompaña. Morir no es solo el tránsito del ser al no ser; implica que el último acto de la vida se transforme en una legitimación de la existencia.
María Alejandra Castillo vivió el drama de tener un familiar con una enfermedad terminal. Ella habla de su dolor y explica que no es fácil querer que el paciente se vaya, pero tampoco pedirle que se quede.
“Al final de la vida de mi mamá ella quería morir, y, lo que es peor, todos nosotros queríamos que así fuera. Era inevitable. Un médico que hacía las visitas domiciliarias a diario había pronosticado la muerte de mi mamá en cuestión de días; tal vez una semana. Creo que por primera vez en dos años y medio todos rezamos, no por tener un poco más de tiempo con ella, sino porque se fuera ya; ese mismo día. Murió un sábado. Tanto ella como nosotros finalmente descansamos. Es horrible, pero es verdad”, cuenta mientras le da una honda calada al cigarrillo.
María Alejandra sabe más que nadie sobre esos sentimientos encontrados que deja la muerte a su paso, sobre la contradicción entre dejar morir al paciente y seguirle prolongando la vida. Preguntarle lo que significa estar con una paciente terminal no es fácil, como tampoco es fácil la respuesta. Las palabras han sido pensadas durante más de dos años, en los que día a día se ha dedicado a rearmar el rompecabezas que se quebró con la muerte de su madre.
Argumentos en contra
Esta semana congresistas de varios partidos políticos que conforman la “Bancada Provida” radicaron una demanda en contra de la Resolución 971 de 2021, expedida por el Ministerio de Salud, el cual reglamenta la eutanasia en Colombia.
Los congresistas han sentado su voz de rechazo a la pretensión del Ministerio de Salud de reglamentar un derecho sin una ley que lo autorice.
“Nosotros nos oponemos a la eutanasia y a que se siga suplantando la responsabilidad del Congreso, en cabeza de la Corte Constitucional o del Gobierno Nacional”, dijo la senadora María del Rosario Guerra, del partido Centro Democrático.
Los parlamentarios argumentan que el Congreso de la República es el único ente legitimado para discutir y tomar decisiones en este tipo de temas y no el Ministerio de Salud.
El Consejo de Estado deberá definir si la demanda es procedente o no.
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