Por: Manuel Tiberio B.
"La marihuana camina por Colombia desde la década de los 70. Llegó primero que la cocaína", eso fue lo que nos dijo Lina Britto al hablar de su libro ´El Boom de la marihuana´, en el conversatorio que sostuvo con los asistentes en el auditorio Jorge Isaacs, de la Biblioteca Departamental del Valle del Cauca, como parte de la programación del Oiga, Mire, Lea, 2024.
Nos habló de los conflictos que la maracachafa ha desatado en varias regiones de Colombia y también que todo surgió en la Sierra Nevada de Santa Marta con la llamada bonanza marimbera en el país, y la Guajira como punto de salida del producto hacia el exterior.
Contó de los problemas ambientales que el cultivo produce y de los conflictos que ha generado en el Departamento del Cauca y que "resulta muy interesante por su complejidad".
Logré hacerle algunas preguntas para conocer un poco más sobre el asunto.
¿Cuál fue el tema más complejo para escribir el libro?
El tema más complejo para escribir el libro fue la investigación —me dijo— porque había que rastrear los datos de manera muy fragmentada en distintos archivos, y no solo archivos de documentos sino por medio de entrevistas con personas que vivieron esta época y que ellos mismos son un repositorio de esas memorias y de esos saberes. Hubo que hacer un esfuerzo grande por un lado, de creatividad, pero también de imaginación, de dónde buscar la información sobre los diversos temas y cuáles eran los temas, porque, obviamente no existe un archivo que diga: “bonanza de la marihuana en la Sierra Nevada” sino que hubo que buscar en distintos lugares y diferentes clases de materiales, no solo en Colombia sino también en los Estados Unidos. Porque esta también es una historia binacional, es una historia de Estados Unidos.
Hay muchos mitos sobre la llegada de la marihuana a Colombia. ¿Cuál es el que usted conoce?
Mitos, hay muchos. Lo que más me interesa es tratar de entender cuales fueron esas realidades en el pasado. Lo que sabemos es que, por lo menos en la región de la Sierra Nevada de Santa Marta, llega en el contexto de la edad dorada de la zona bananera. De la United Fruit Company de los años 20s. En esa época es cuando vemos que la marihuana se convierte en un cultivo importante en la cuenca hidrográfica de la zona bananera, en la vertiente occidental de la Sierra, y los mercados locales de consumo que existían, que eran muy pequeños, reducidos los centros urbanos, a los puertos de Santa Marta, Barranquilla, y a trabajadores rurales tanto del banano como del arroz y de la ganadería. Son mercados domésticos en donde la cultura del consumo se asienta, pero el mercado de exportación para los Estados Unidos, tiene otros orígenes porque es una marihuana más tecnificada, es una marihuana que entra un poco más tarde que esta temprana que conocemos de los años 20s. Es una historia que tiene muchas patas, muchas raíces distintas. Encima de todo eso está la mitología donde es difícil saber que es verdad y que no lo es.
Es que, he escuchado —le digo—una versión que me parece simpática y que señala que fue un presidente colombiano quien trajo la semilla.
¡Claro! Es verdad. Mariano Ospina Pérez, que es el presidente de este mito, efectivamente expidió una ley con la que ordenó el ingreso de semillas de cáñamo, pero era cáñamo un tipo de marihuana que no es psicoactivo, sino que es para la producción de fibras para usos industriales. El mito que existe es que estas semillas se extendieron y se convirtieron en el origen de estos cultivos, pero es difícil saber si fue así, porque lo que sí sabemos es que las semillas que él ingreso eran semillas de cáñamo para uso industrial. Los mitos hay veces que se quedan solo en eso: mitos.
¿Porqué leer El boom de la marihuana?
Porque es un libro que cuenta historias. No solo es un asunto de análisis, sino de contar historia y de recordarnos las experiencias humanas de las personas que participaron en esta bonanza, sus tragedias, sus aventuras, sus aspiraciones, y es un libro que tiene de todo un poco, incluido vallenato también.
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