La economía colombiana se caracteriza por altos niveles de consumo y bajo ahorro. Hay un ciclo vicioso en el que los hogares no ahorran, la inversión es baja y el crecimiento del aparato productivo se estanca ante esta realidad.
Durante la pandemia, se observó un incremento en el ahorro de los hogares (el nivel más alto en los últimos años) producto de los confinamientos generalizados. En 2021, con la reapertura y pasado lo peor de la emergencia sanitaria, el consumo impulsó la economía, los hogares gastaron ese exceso de ahorro y consumieron más de lo normal.
Así, el ahorro bruto de la economía se redujo a sus niveles mínimos (Ver gráfica 1).
Durante 2023 observamos una disminución del consumo como resultado de la inflación y la política monetaria restrictiva del Banco de la República. El ahorro se recuperó un poco frente a los años postpandemia, pero no se observó un cambio estructural en el ahorro de la economía, pues regresó a sus niveles prepandemia. Incluso, queda claro que las altas tasas de interés no llevaron a un aumento significativo en el ahorro de los hogares.
Cuando el consumo es alto, el ahorro es pequeño y, por lo tanto, la inversión doméstica también es baja. La inversión total, extranjera y doméstica, genera formación bruta de capital y expande la capacidad productiva del país. Colombia debe buscar un aumento en su nivel de ahorro, que permita la reducción en los costos de financiamiento y el desarrollo del mercado de capitales.
En 2023, el crecimiento del PIB fue de 0,6%, la inversión, por su parte, cayó 8,9% a lo largo del año. Una explicación de este mal desempeño puede estar en nuestra sensibilidad a las tasas de interés, que cuando aumentan no solo desincentivan las decisiones de consumo de los hogares, también afectan las decisiones de inversión de las empresas.
En la gráfica 2, se presentan las tasas de interés reales contra la variación anual de la inversión para Colombia y otros países de la región. La línea roja representa la pendiente de las observaciones para Colombia, desde el inicio de subida de tasas en el cuarto trimestre de 2021.
Se evidencia un mayor castigo a la inversión ante el aumento en tasas en Colombia que en otros países, pues Colombia tiene las caídas más grandes en inversión, sin tener las tasas reales más restrictivas.
Es decir, la sensibilidad de la inversión a las tasas de interés es alta en Colombia, pero, la comparación con otros países de la región lleva a pensar que existen otros factores internos que han castigado la inversión.
En ese sentido, ante un escenario de política monetaria restrictiva, el país debe tener una política fiscal coherente y enfocada en impulsar el gasto de los hogares en bienes duraderos y la inversión local en maquinaria y equipo. Lo que hoy perdamos en inversión va a comprometer lo que podamos crecer mañana. ANIF
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