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Adiós Don Diez, adiós Don Diego



Se fue el diez, se fue el Dios. Sí, es cierto, Dios no juega fútbol pero le dio dones milagrosos al diez. Dones que nos donó Maradona para hacernos ver su arte como si se tratara de un milagro. Partió al encuentro de quien lo dotó. Nos dejó Diego. El diez "nos dijo adios". La ausencia de Don Armando deja un gran vacío en el mundo futbolístico.


Gracias Diego. Nos hiciste soñar con lo más sublime del fútbol. ¿Acaso tus pies eran pinceles? Porque yo solo veia hermosos dibujos en el cesped de juego cuando tú conducías la pecosa. Armando tus jugadas inteligentes, tus gambetas incontenibles te convertías en el inigualable artista plástico. Mágicas pinturas al oleo en el rectángulo verde, cual lona de Da Vinci.



Pinturas en movimiento, paisajes recreativos, sueños diurnos, en vela. Eso despertaba Maradona.


Si te dijeramos maestro quedaríamos endeudados enormemente contigo. No encuentro remedio para este dolor espiritual, ni gratitud con la cual pagar todo lo que nos donaste. Y que impotencia sentimos porque que tú no oyes nuestras despedidas. Solo te podríamos retribuir en algo si escucharas a millones de personas que admiraron tus inmensos dones expresar: ¡Adios Don Diez! ¡Adios Don Dios! ¡Adios Don Diego Armando Maradona!

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