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Foto del escritorActa Diurna

Tensión en la Alianza Verde amenaza con quitarle apoyo a Petro



La Alianza Verde, el partido con el que Claudia López llegó a la Alcaldía de Bogotá y que con la senadora Angélica Lozano espera comandar el Congreso a partir del próximo 20 de julio, está inmerso en una especie de guerra fría que tiene su unidad en vilo.


Si bien públicamente sus principales voceros no usan el término “división”, e incluso justifican las diferencias como una situación normal en un partido que se caracteriza por tener liderazgos diversos, internamente –y en privado– sí se admite la tensión. Y no son pocos quienes la califican como “dura”.



Además, tanto en las huestes verdes como en los pasillos del Congreso, se ventiló el hecho de que la reformatón del presidente Gustavo Petro, cargada de polémicas y micos como los que ya tumbaron la reforma política y tienen en vilo la de la salud –al igual que la laboral y la pensional–, dejó molestias entre varios miembros de la bancada.


La razón es que –por un lado– sienten el desgaste de tener que defender proyectos impopulares al ser parte de la colación oficialista, lo que les puede pasar factura en un año electoral como este 2023; y, por el otro, entre algunos legisladores se lanzaron duras pullas por supuestas responsabilidades con varios de los asuntos espinosos que hay en algunas reformas, especialmente en la política.


De hecho, el senador Jota Pe Hernández, quien en su primera campaña se quedó con 185.399 votos para asumir la curul que hoy ostenta, aseguró que este ruido en torno a Petro y sus polémicos primeros siete meses de administración deben llevar a los verdes hacia una orilla diferente.


“Cuando la Alianza Verde hizo su reunión para definir la posición en el Congreso, voté para que fuéramos independientes, pero no hubo suficiente respaldo. Ahora hay mucho malestar en partido. Aunque estamos en la coalición de Gobierno, he mantenido una posición de independencia, porque el Congreso debe ser un órgano completamente independiente del Ejecutivo, no debemos ser una notaría de Gustavo Petro”, aseguró Hernández.


Esa petición ha sido respaldada por otras voces. Por ejemplo, en una reunión reciente en la Casa de Nariño –con Petro como anfitrión–, el senador Fabián Díaz le dijo al propio mandatario que no estaba de acuerdo con la postura oficialista de los verdes y que, por lo mismo, está buscando adeptos para que salten a la independencia. En esa línea también está el representante Cristian Avendaño. Como dato curioso resalta que estos tres legisladores son santandereanos.


“El partido Verde es bastante particular, porque a diferencia del partido de La U que tiene a Dilian Francisca (Toro), o del Centro Democrático que tiene al expresidente Álvaro Uribe, o del Liberal que tiene al expresidente César Gaviria, entre otros, aquí no hay jefe político y cada congresista es un mundo diferente que no le rinde cuentas a nadie, salvo a la ciudadanía y a los principios generales del partido”, matizó la representante Katherine Miranda, quien aspira a ser la presidenta de la Cámara en 2024.



Pero esa fractura entre independencia o gobiernismo, que recuerda la guerra interna que se vivió en la campaña presidencial cuando la línea petrista de los verdes quería irse con el Pacto mientras que el oficialismo del partido apostó por la fracasada Coalición de la Esperanza, también se vive en otros niveles internos.


Un ejemplo es que, de manera silenciosa, los senadores Inti Asprilla y Ariel Ávila se están moviendo para combatir por la presidencial del Congreso que ya viene buscando la senadora Angélica Lozano.


Y ellos dos, a diferencia de la legisladora bogotana, son más inclinados al petrismo puro y esperan que eso les dé un guiño que les permita sacarla a ella de la carrera. Incluso, otras fuentes advirtieron que supuestamente Asprilla y Ávila no ven con buenos ojos el protagonismo que está tomando Jota Pe porque, si llega a levantar la mano, podría volvérseles un contrincante fuerte para ese cargo. Él, sin embargo, no se ha pronunciado.


Ahora bien, como Ávila fue ponente de la frustrada reforma política y ante la opinión quedó como si fuese autor de los micos, lo cual no es del todo cierto, en la Alianza Verde dijeron que su aspiración –pese al apoyo que tendría de Roy Barreras– se esfumó.


Y en todo este escenario hay otros dos nombres que juegan duro. Por un lado, está la representante Catherine Juvinao, quien ha sido dura crítica de varias propuestas de Petro y, aunque aún no con vehemencia, se ha mostrado partidaria de irse la independencia.



El otro es el exgobernador Carlos Amaya, un político fuerte en Boyacá que puso a sonar su nombre para Bogotá, con el fin de mostrarle músculo electoral al grupo de Claudia López, pero hasta ahora no ha pasado a la acción directa. Lo que se dice es que, si este exgobernador y excandidato presidencial logra unir en torno suyo a otros verdes, podría arrebatarles las mayorías a la alcaldesa y a su grupo.


Lo cierto es que esta especie de guerra fría, que para algunos es solo una tensión política y democrática, puede derivar en una ruptura interna que divida aún más a la Alianza Verde. Y eso sin contar que los roces cada vez más constantes entre López y Petro marcan una pauta de lo que será la puja electoral de octubre, cuando la alcaldesa busque dejar un sucesor y el Presidente quiera poner ahí a una ficha directa suya. Todo apunta a subir de tono. COLPRENSA

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