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¿Qué busca el ELN con los ataques armados?



Los ataques, atentados y hostigamientos de los grupos armados en contra de la ciudadanía y de la fuerza pública en diferentes zonas del país no cesan. Este jueves, los colombianos volvieron a despertar con noticias sobre las graves afectaciones que dejaron una persona muerta y 25 heridos.


El departamento de Cesar, de acuerdo con las autoridades, fue uno de los más afectados, pues allí se presentaron tres ataques. El primero fue contra la base militar de Chiriguaná, donde hombres sin identificar lanzaron tres bombas de mortero, matando al soldado Faider Martínez Gómez y dejando un soldado herido.



El segundo ataque se presentó contra la base militar ubicada en el corregimiento de El Juncal, en Aguachica, Cesar, la cual fue atacada con explosivos y ráfagas de fusil. La información preliminar recogida indica que 21 soldados resultaron heridos. Y el tercer ataque se registró contra la comisaría de Policía del corregimiento de El Burro, donde los delincuentes lanzaron un ataque de granadas. Lea: “Ataque del Eln es miserable”: Duque sobre atentado a bases militares


En Norte de Santander, las autoridades reportaron un ataque con cilindros bomba lanzados desde una volqueta contra el batallón de infantería número 15, general Francisco de Paula Santander, acantonado en Ocaña. Dos militares lesionados fueron trasladados hacia el hospital regional Emiro Quintero Cañizares, donde los médicos de turno indicaron que tienen esquirlas en diferentes partes del cuerpo.


En el departamento de Valle del Cauca se reportaron ataques en Bugalagrande y Tuluá. En el primer municipio se registró un asalto contra una patrulla motorizada, que dejó un uniformado herido, mientras que en Tuluá, las autoridades reportaron el lanzamiento de una granada contra un CAI, pero no dejó personas heridas.


Todas las bases están a menos de 100 kilómetros de la frontera con Venezuela, donde según el gobierno de Iván Duque se refugian grupos armados colombianos con el beneplácito de las autoridades venezolanas.


El Frente de Guerra Noroccidental del ELN tomó responsabilidad de estos ataques y en un corto comunicado aseguraron: “Seguiremos combatiendo la militarización del Catatumbo y las bases militares enemigas que albergan tropas gringas para reprimir la población fronteriza”.


Sin embargo, la presencia del ELN no es una cosa nueva en la zona. Este grupo subversivo ha hecho presencia histórica en la zona de Norte de Santander y en la subregión del Catatumbo, de la cual hace parte el municipio de Ocaña. Esto ha permitido consolidar el Frente de Guerra Nororiental, hoy al mando de alias ‘Pablito’, quien es miembro del Comando Central (Coce), del grupo criminal y es conocido por ser uno de los más violentos de la estructura.


Los repetidos ataques que se han presentado en las distintas regiones, no se atribuyen a cosa diferente que el control de territorio por parte de los grupos armados.


Este grupo armado organizado lleva más de 30 años en la región y, según informes de inteligencia y análisis de expertos, ha logrado fortalecer su presencia en esta zona luego del desarme de las Farc en 2016, lo que le permitió consolidar un despliegue criminal que en décadas anteriores no había conseguido.


“Teniendo como retaguardia la región del Catatumbo, el frente de guerra ha usado la red vial de la región, la serranía del Perijá y el tránsito ilegal por Venezuela, para desplegar corredores estratégicos hacia el sur del departamento”, explicaron fuentes oficiales.



¿Qué buscan estos grupos con estos ataques?


Los repetidos ataques que se han presentado en las distintas regiones, no se atribuyen a cosa diferente que el control de territorio por parte de los grupos armados.


Al sostener constantes confrontaciones con la Fuerza Pública, según una investigadora que se encuentra en la zona y prefiere mantener su nombre en el anonimato, el Eln quiere mostrar su capacidad militar y seguir controlando las zonas estratégicas para el narcotráfico.


Según el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, los grupos armados tienen un plan criminal denominado ‘la campaña de despedida de Duque.


“Estas organizaciones se disputan a sangre y fuego las rutas del narcotráfico y el contrabando en la frontera. El Eln tiene de cara la época electoral y lo que hacen es demostrar su capacidad militar y el poder en territorio que tienen (...) Por otro lado, al Gobierno pareciera que se le sale la situación de las manos. Continuamente anuncian aumento de pie de fuerza en estas zonas, pero eso no se está traduciendo en seguridad para los ciudadanos”, dijo la investigadora a Colprensa.


Cabe recordar que esta semana, tras finalizar un consejo de seguridad que se llevó a cabo en Cali, el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, reveló que los grupos armados tienen un plan criminal que han denominado como ‘la campaña de despedida de Duque’, que no es más que planes de acciones terroristas en diferentes lugares de Colombia.


De acuerdo con Inteligencia, esta campaña también incluye intensificar los secuestros y los ataques con explosivos en diferentes regiones de Colombia.


“Hay instrucciones puntuales para atentar contra la Fuerza Pública. Estamos en alerta máxima de recolección de información de inteligencia, precisamente, para prevenir estas actividades delincuenciales”, dijo el general Jorge Luis Vargas, director general de la Policía Nacional.


Pero, además, como afirma el centro de pensamiento InSight Crime, el Eln es una organización criminal que se disputa tanto en Colombia como en Venezuela “todas las principales economías criminales”, en especial la minería ilegal de oro y el tráfico de drogas.


El investigador Kyle Jhonson, cofundador de la Organización Core Respuestas para el conflicto, en conversación con Colprensa, no descarta que estos ataques se presenten como una respuesta a la militarización del territorio y agrega que “hay también una dimensión internacional de ese conflicto con la interacción de actores geopolíticos como Venezuela”.



Jhonson indica, además, que este grupo al margen de la ley “busca atacar lugares en donde ellos creen que hay militares estadounidenses. En realidad no es una situación novedosa, sino que viene desde hace mucho tiempo”.


El investigador asevera que estos ataques también podrían configurarse como un acto político y publicitario, “para demostrar lo fuertes que son en este momento (...) tratan de enviar un mensaje fuerte para que el país los reconozca, e incluso, para que esto se vaya a instancias internacionales”. COLPRENSA

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