Por: Fernando Jiménez
Las manifestaciones que dan solidez al paro nacional siguen creciendo en participación y beligerancia, sin que dejen su distintivo original: ser pacíficas. Ahora, ¿por qué persisten estas marchas? La respuesta es una sola, la negligencia del gobierno del presidente Iván Duque a sentarse a negociar.
El más reciente comunicado de los organizadores, es claro. “El gobierno nacional presentó un nuevo documento sobre garantías que deshace el preacuerdo logrado el pasado 24 de mayo, insiste en militarizar las protestas y no acepta cumplir lo establecido en la normatividad, la jurisprudencia y los estándares internacionales”. Sobre esa base, resulta imposible que cesen las manifestaciones por las calles de Cali y de Colombia.
Esos cinco puntos sintetizan la fundamentación para que se sigan desarrollando actividades que reflejan la inconformidad de diferentes expresiones populares. De hecho, el próximo 9 de junio nos aprestamos a una nueva jornada de protesta masiva y organizada.
El pueblo está enardecido
Conforme pasan los días y el presidente Duque busca miles de argucias para deslegitimar el paro y sumar civiles de las clases privilegiadas a los atentados contra los manifestantes y quienes se encuentran en los diferentes puntos de resistencia de Cali, el Valle del Cauca y del país, crece el nivel de indignación. En pocas palabras, el pueblo está enardecido.
Como bien lo dijo Francisco Maltés Tello, presidente nacional de la CUT y vocero del comité de paro: “Esto no tiene vuelta atrás. Vamos para adelante.” Palabras contundentes que reafirman la voluntad de la ciudadanía de seguir azotando las calles hasta tanto el gobierno nacional entre en razón. Uno de los cartelones en la marcha por la calle quinta de Cali, lo deja claro: “Si algo tiene el pueblo colombiano, es aguante para seguir resistiendo”. Esas palabras lo dicen todo.
El establecimiento quiere seguir oprimiendo al pueblo
Francisco Maltés Tello, presidente de la CUT nacional, dijo que han sido justamente las movilizaciones de los colombianos, las que han impedido que el gobierno de Duque arremeta contra las clases populares con una andanada tributaria.
El dirigente obrero, quien resaltó la negligencia, resistencia y tenacidad de los caleños y vallecaucanos, resaltó que la movilización masiva continúa. El 8 de junio en conmemoración de la dolorosa masacre de estudiantes en 1954, al tiempo que el 9 de junio tendrá lugar la toma de Bogotá, que convoca expresiones populares de todos los rincones del país.
En ese orden de ideas, debemos prepararnos para resistir porque la inconformidad, que alimenta las marchas, sigue viva.
Comments