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Pandemias e invasiones biológicas, dos caras de la misma moneda



Cada vez más, los seres humanos, de manera deliberada o accidental, sacan a animales, plantas y microorganismos de sus hábitats y los transportan a otros lugares del mundo. Este fenómeno, conocido como invasión biológica, causa muchos impactos medioambientales y socioeconómicos. En el caso de las invasiones de especies exóticas, el coste global estimado es de al menos 162 millones de dólares anuales.


Las enfermedades infecciosas causadas por patógenos y parásitos comparten características similares con las invasiones biológicas. Sin embargo, mientras que las primeras son estudiadas por científicos expertos en biomedicina, las segunda tradicionalmente han sido estudiadas por especialistas en ecología.



"Para solucionar los problemas causados por estos organismos se necesita una colaboración más estrecha, la cual podría beneficiar a ambas disciplinas”, explica la profesora Montserrat Vilà, investigadora de la Estación Biológica de Doñana y autora principal de un estudio sobre las relaciones entre enfermedades infecciosas causantes de epidemias y las invasiones biológicas que publica la revista BioScience.


Comercio global y transporte


En un mundo globalizado, la aparición y propagación de muchos patógenos infecciosos humanos son eventos de invasión biológica por excelencia. Algunas especies invasoras contribuyen por sí mismas a la aparición y transmisión de patógenos. Por ejemplo, los mosquitos invasores son vectores importantes de enfermedades como el dengue y la provocada por el virus del Zika, mientras que muchas mascotas no autóctonas pueden transmitir salmonelosis, herpes, la rabia o dermatitis.


El equipo de investigación analizó los conceptos fundamentales que guían la investigación de las invasiones biológicas y de las epidemias y ha encontrado muchos paralelismos. La presión de los propágulos, los rasgos de las especies, las interacciones bióticas, la experiencia ecoevolutiva y las alteraciones de los ecosistemas fomentan tanto las invasiones biológicas como la aparición de enfermedades infecciosas emergentes.


“Por ejemplo, la urbanización acelerada en hábitats naturales hace que las especies que viven allí estén en estrecho contacto con las personas. Esto brinda a los patógenos nuevas oportunidades para cambiar a su hospedador por un ser humano. También permite que las especies invasoras colonicen los hábitats naturales próximos a las áreas urbanas”, explica Belinda Gallardo, científica del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y coautora del trabajo.


De manera similar, el comercio global ha establecido una densa red de transporte que permite a los patógenos y especies invasoras viajar alrededor del mundo en cortos periodos de tiempo.



Colaboración indisciplinar en bioseguridad


El equipo científico recomienda un acercamiento integral que tenga en cuenta la salud de seres humanos, animales, plantas y del medioambiente en general para prevenir futuras pandemias y la propagación de especies invasoras en todo el mundo. Esta perspectiva, llamada one biosecurity, se construye en base a que los ecosistemas naturales son irreemplazables.


Concluye que muchas herramientas de predicción y gestión que se usan para abordar epidemias podrían aplicarse a invasiones biológicas y viceversa. Por tanto, el equipo aboga por un mayor intercambio de ideas entre las dos disciplinas para mejorar la predicción, prevención, tratamiento y mitigación de las especies invasoras y los brotes de enfermedades infecciosas, incluidas las pandemias. SINC

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