Por primera vez en décadas, la oposición venezolana pareciera tener una oportunidad real para vencer al chavismo en una elección presidencial. El día después del próximo 28 de julio, sin embargo, es donde surge una incógnita clave: ¿qué pasará entre el reconocimiento del oficialismo y el cobro de esa victoria?
Con una ventaja de 25 puntos sobre la candidatura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, el candidato opositor Edmundo González se estaría asegurando con amplitud el triunfo para el máximo cargo en el país, de acuerdo con la última encuesta de la consultora Delphos junto al Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Esta confianza es acompañada por las muestras de apoyo que recibe Edmundo González, el designado por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) —coalición que reúne a la mayoría de los partidos opositores—, en sus recorridos de campaña por el país, junto a la líder opositora María Corina Machado, quien resultó electa como candidata única en una primaria realizada en octubre del año pasado, pero cuya inhabilitación política en junio del 2023 no le permitió consumar formalmente su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Aún así, desde las filas del oficialismo, los líderes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido de gobierno, no se muestran preparados para dar el paso a una transición.
Theodore Kahn, director asociado de Control Risks para Colombia y la Región Andina, ve con baja probabilidad que la administración actual reconozca la derrota, en medio de las pocas señales manifestadas hasta ahora en torno a su intención de dejar el poder.
Maduro, quien se aferra a la recuperación económica en Venezuela durante los últimos dos años -con un pronóstico de crecimiento del 8% en 2024-, y al rechazo de las sanciones para reforzar su discurso en la campaña, asegura un supuesto repunte en las encuestas, que no se percibe de tal manera en las calles, en medio de la ausencia de recursos económicos que en el pasado movilizaban a sus bases.
Por su parte, Edmundo González, diplomático y analista internacional, fue nombrado por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) como candidato unitario en sustitución de Machado el 19 de abril, habiendo sido postulado provisionalmente en marzo. El candidato opositor fue embajador en Argentina (1998-2002) y Argelia (1991-1993), y ha ocupado diversos cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, entre ellos, el de secretario de la embajada de Venezuela en Estados Unidos en 1978.
La campaña de González se ha centrado en una serie de promesas clave, incluyendo la liberación de los presos políticos —más de 250 según la ONG de Venezuela Foro Penal—, darle impulso a la economía y mejorar los ingresos en Venezuela, donde el salario mínimo es inferior a US$4 mensuales.
Respaldado por la marginada Machado, promete además generar alianzas estratégicas para enfrentar las elecciones regionales, locales y legislativas de 2025. También se ha comprometido a fomentar la inversión y mejorar el sistema educativo y las pensiones para los adultos mayores, buscando recuperar la confianza tanto a nivel nacional como internacional.
Aunque gran parte de la cobertura de esta contienda electoral se ha centrado en los dos candidatos con más chances de triunfar el domingo, también probarán su suerte en las urnas Luis Eduardo Martínez, Enrique Márquez, Juan Carlos Alvarado, José Brito, Javier Bertucci, Claudio Fermín, Daniel Ceballos, Antonio Ecarri Angola, Benjamín Rausseo, y Luis Ratti.
Las oportunidades de la oposición en Venezuela este domingo
“Hay muy buenas oportunidades de que la oposición obtenga más votos que Maduro, si tomamos en cuenta todos los resultados de las encuestas, aún si no hay una participación tan amplia como la oposición quisiera. Claramente, tendrá un mayor porcentaje de votos (...) y no creo que nada pueda revertir esa tendencia en los próximos días en cuánto a la intención de voto”, comentó Kahn, en conversación con Bloomberg Línea.
Y sumó: “Claro que la apuesta del gobierno seguirá siendo reducir la participación de los votantes opositores, y maximizar la votación de la base chavista, para intentar contrarrestar la ventaja clara”.
La elección presidencial de 2024, que fue anunciada cuatro meses antes por el ente rector, carece de una observación robusta luego de que Venezuela revocara la invitación a los observadores de la Unión Europea, en una decisión que fue justificada por el presidente del CNE, Elvis Amoroso, como un rechazo a las medidas sancionatorias individuales contra funcionarios venezolanos por el bloque europeo.
A juicio de Oswaldo Ramírez Colina, director de ORC Consultores, la oposición venezolana no había tenido una oportunidad tan grande de poder capitalizar su triunfo como la que se les presenta ahora. Sin embargo, la falta de transparencia que rodea el proceso electoral, tiende a disminuir la posibilidad de materializar esa victoria.
El oficialismo buscará revertir los números, y esto puede manifestarse en distintas formas, según explica Ramírez Colina sobre ese escenario paralelo que podría generarse durante el proceso el próximo domingo, cuando los testigos ciudadanos serán los principales protagonistas en la defensa del voto.
Los nuevos centros electorales habilitados por el CNE, que representan una reingeniería electoral y en los que prácticamente el 100% de los votantes son votantes exclusivamente oficialistas, encabezan la lista de esas irregularidades mencionadas por el consultor político.
También la conocida operación Morrocoy, en la que se ralentiza el proceso, cuyo tiempo de votación promedio es de 38 segundos, o los casos de apagones en distintas zonas así como las posibles máquinas dañadas sin capacidad de ser reparadas o sustituidas con rapidez.
Revertir una ventaja tan amplia no deja de ser complicado, por lo que el director de ORC Consultores sí plantea el trazo hacia una negociación que permita el reconocimiento de la derrota por parte del chavismo. Ello abarcaría dos grandes procesos, de acuerdo con sus consideraciones, que contempla por una parte al sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez y actores de la comunidad internacional, y por otra al mundo militar.
“Yo creo que ahí está el factor fundamental y es que el mundo militar logre ver que existe una situación en la que no logran ocultar lo que efectivamente es el deseo de cambio que hoy está en el país. Ese es un tema fundamental”, apunta Ramírez.
La conflictividad presente
Frente a un triunfo inminente, Khan, de Control Risks, no descarta un escenario de conflicto durante los siguientes meses hasta la fecha establecida para el juramento de un nuevo gobierno en enero de 2025.
Considera que si bien puede darse la transición, también este camino podría estar marcado por un riesgo que incluye a actores armados irregulares afines al gobierno, que buscarán hacer retroceder los avances. “No creo que haya un escenario de guerra civil, pero sí situaciones en algunas zonas como la frontera con Colombia, donde sabemos que la presencia de estos grupos es más fuerte, y podrían generar conflictividad”.
Para Ramírez Colina, este ambiente de conflicto no ha dejado de estar presente, incluso desde antes de la elección. “Si se vulnera la voluntad del pueblo, se suspende el proceso de conteo y no se emiten resultados sino hasta siete días después, la ausencia de reconocimiento de triunfo de la oposición en caso de haberlo, todo eso añade elementos a la conflictividad”, señala.
Asimismo, bajo la suposición de una victoria de Edmundo González y su reconocimiento, se plantean también otros caminos igual de complejos, según el analista: “Podría venir conflictividad por el oficialismo, generando un proceso de tierra arrasada, para que la oposición gobierne sobre cenizas, o se vaya hacia un Estado Comunal, o una vez llegado enero, que no se entregue el poder”.
Insiste que evitarlo depende de amplia madurez política así como desprendimiento, entendiendo que se trata más bien de una negociación que trasciende oposición-gobierno, y en la que participa la comunidad internacional.
Nueva ola migratoria
Según datos recientes publicados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 7,7 millones de venezolanos han salido del país frente a una crisis económica y humanitaria durante los últimos años. Se cree que un tercer mandato del actual mandatario podría incrementar la cifra en menos de seis meses.
Ambos analistas consultados señalan que una nueva ola migratoria venezolana, con cifras que alcanzan el millón de venezolanos abandonando el país el próximo año, es una certeza en caso de resultar ganador Maduro.
“Si se mantiene en el poder, sería un factor clave para confirmar esta decisión, esta intención”, puntualiza Kahn, quien ve a Colombia como la nación que experimentará el mayor impacto, y donde actualmente residen más de 2,8 millones de venezolanos.
Las encuestas de ORC Consultores apuntan a un dato: entre el 12% y 18% abandonaría el país en el plazo de seis meses, mientras que el 15% y 16% lo haría en un período de 18 meses luego de un triunfo del Maduro para un tercer mandato.
“Hay energía para una migración muy alta, que pondría en riesgo de nuevo a Colombia y a Brasil inmediatamente, pero muchas de estas personas, probablemente comenzarían de nuevo a transitar la ruta del Darién, esto es un problema significativo porque sí es una preocupación de la comunidad internacional. Sí es una preocupación de los Estados Unidos, y sí es una realidad que muchos venezolanos emigran por razones políticas”, dice Ramírez. BLOOMBERG
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