Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN abordaron este miércoles los desafíos a la seguridad euroatlántica que plantea el auge de China, una muestra de los esfuerzos de la Alianza por adaptarse al nuevo panorama mundial y mantener su relevancia.
“El desafío planteado a nuestra seguridad por el ascenso de China es también una de las principales razones por las que la Otan debe adoptar un enfoque más global”, declaró el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa posterior a la jornada final de la reunión virtual de ministros de Exteriores de la Alianza.
La Otan se ha concentrado tradicionalmente en la región euroatlántica y en hacer frente a Rusia, pero el auge de China obliga a la Alianza a mirar a Asia y el Pacífico.
De hecho, en la discusión de hoy sobre Pekín participaron Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, países de ese espacio geográfico que China domina en los últimos años.
“La comunidad de democracias afines debe trabajar unida. Porque tenemos un interés común en defender nuestros valores compartidos, reforzar la resiliencia de nuestras sociedades, economías e instituciones, y defender el orden basado en normas”, aseguró Stoltenberg.
En cualquier caso, el político noruego admitió que “en el último año” se ha visto “un cambio significativo en nuestro entendimiento de China y una creciente convergencia de puntos de vista, tanto dentro de la OTAN como con nuestros socios”.
Más resiliencia
El secretario general afirmó que los ministros acordaron “un informe exhaustivo” sobre China que analiza el desarrollo militar del país, “su creciente actividad” en los países vecinos de la Alianza y “las implicaciones para la resiliencia de la OTAN”, también en lo relativo a las tecnologías emergentes y las infraestructuras críticas, según explicó.
Agregó que en la reunión virtual se debatió la importancia de incrementar la resiliencia para proteger las telecomunicaciones y las infraestructuras críticas.
“La importancia de la resiliencia ha incrementado a la luz de que ahora estemos abordando las consecuencias del auge de China, que China esté invirtiendo mucho en nuestras infraestructuras críticas, y debemos evaluar las consecuencias para la seguridad de eso y garantizar que tenemos infraestructuras seguras”, planteó.
Aun así, Stoltenberg declaró que China no es un “adversario” de la OTAN y apuntó que el crecimiento de Pekín proporciona “nuevas oportunidades” en ámbitos como el comercio, el control de armas y el cambio climático.
“Pero también hay desafíos. China tiene el segundo mayor presupuesto en Defensa del mundo y está invirtiendo mucho en nuevas capacidades. Y China no comparte nuestros valores. Menoscaba los derechos humanos. Intimida a otros países y de manera creciente se está implicando en una competición sistémica con nosotros”, precisó.
Constató que la OTAN está dispuesta a colaborar con China, “como ya lo está haciendo”.
“Pero como una potencia en ascenso, China debe respetar el orden internacional basado en normas”, resaltó.
Como parte del proceso de reflexión sobre el futuro de la Alianza que el secretario general ha puesto en marcha, el martes se publicó un informe elaborado por un grupo de expertos.
En el documento se propone “dedicar mucho más tiempo, recursos políticos y acción a los desafíos de seguridad planteados por China”.
La polémica entre Australia y China
Ante la necesidad de asumir un enfoque más global, los ministros también trataron hoy cómo reforzar la colaboración con socios no pertenecientes a la Alianza.
Stoltenberg se refirió en ese sentido a compartir información, promover enfoques comunes en áreas como el ciberespacio y fortalecer las normas globales en ámbitos como el control de armas.
Insistió en la importancia de tratar el auge chino con socios como Australia, que en la actualidad vive un conflicto diplomático después de que un portavoz de Asuntos Exteriores de Pekín publicara en Twitter una imagen manipulada de un soldado australiano empuñando un cuchillo ensangrentado contra el cuello de un niño descalzo y con el rostro velado que se aferra a un borrego blanco.
Horas después de su publicación, el primer ministro australiano, Scott Morrison, exigió a China que se disculpase por la publicación de una “repugnante” “imagen falsa” por la que Pekín debería “sentirse totalmente avergonzado”, al tiempo que pidió a Twitter que retire este mensaje.
La publicación en Twitter llegó después de que Australia admitiera el 19 de noviembre que su ejército presuntamente asesinó a 39 civiles y prisioneros afganos entre 2005 y 2016 durante su despliegue en Afganistán y prometiera sancionar a los responsables.
“La cuestión de la propaganda y desinformación china se planteó durante la reunión. Al mismo tiempo, todos somos conscientes de estas alegaciones muy graves, pero tengo confianza absoluta en que las autoridades australianas se asegurarán de que los responsables rendirán cuentas”, dijo.
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