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Foto del escritorVíctor Herrera M.

La ingratitud de Argos



Era el año 1944, hace 80 años, unas personas enviadas por Cementos Argos – que había sido fundada 10 años antes en Medellín – irrumpieron sin permiso, en una enorme finca llamada “Villa Santos”, de la Barranquilla de entonces, tomando muestras y analizando el terreno que poseía extraordinarias cantidades de piedra Caliza, un elemento fundamental para la elaboración del Cemento y la Cal. En esa labor fueron sorprendidos por el capataz del formidable predio, quien le avisó a su dueño. Este último les permitió seguir examinando. A los pocos días, Argos, al comprobar la gran riqueza del yacimiento calcáreo en estos terrenos, planteó su compra.



El dueño de la finca – el mismo de las 1.300 hectáreas que se extendían desde el río magdalena, pasando por la Vía 40, Villa Santos, Riomar, Altos de San Vicente, Miramar, Puerto Colombia hasta llegar a Tubará – era uno de esos prohombres de Barranquilla a principios del siglo pasado: Don Ángel María Palma Miranda, que pertenecía a una élite de personajes que se preocupaban por el progreso de nuestra ciudad cómo William Ladd que trajo el primer teléfono, Arturo de Castro quien rodó el primer automóvil, Elías Pellet Buitrago que fundó la radio comercial, Floro Manco que trajo el cine, Ernesto Cortissoz que inauguró la segunda aerolínea comercial del mundo, Mario Santodomingo que fundó el Correo Aéreo, Karl Parrish que construyó la primera urbanización, Samuel Hollopeter con las primeras Empresas Públicas Municipales, en fin.


Ángel María Palma – el mismo del emblemático “Edificio Palma” del Paseo de Bolívar que, en un verdadero crimen arquitectónico, fue derribado en 1.954, socio fundador de la Compañía Colombiana de Tabaco, propietario de la Urbanizadora El Porvenir y de la Fábrica de Mosaicos Pompeya, entre otros – con la generosidad y la hospitalidad característica de aquellos tiempos, decidió hacer mejor una sociedad y entregarle a Argos para su explotación las 1.300 hectáreas que poseía. Así nació el 14 de agosto de ese año Cementos Caribe. Entre otras cosas, porque había escaseado el cemento que llegaba a la ciudad proveniente de Alemania y Dinamarca por la ocurrencia de la Segunda Guerra Mundial. Ángel Palma murió cuatro años después. La fábrica entonces producía 350 toneladas diarias de cemento.


Más adelante Cementos Caribe, bajo el liderazgo del muy apreciado Juan Manuel Ruiseco y con un grupo de destacados profesionales barranquilleros, no solo conquistó el mercado de la costa, sino que inició las exportaciones a Venezuela, Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos. Desde aquí también, con el apoyo de los personajes que le recibieron, fundaron en la región sus empresas asociadas: Colclinker, Tolcemento, Carbones del Caribe y Agrecom.



Hace 10 años la piedra Caliza se agotó y cerraron Cementos Caribe, destruyendo todos los empleos que generaba en la ciudad, siendo absorbida por el ahora poderoso Grupo Argos.


Y desde hace unos días destacados expertos, periodistas y columnistas vienen haciendo una grave denuncia sobre el daño irreversible e irreparable de Argos al haber destruido gran parte de las 650 hectáreas de Bosque Seco Tropical de la cuenca hidrográfica de la Ciénaga de Mallorquín, para lo cual, de acuerdo a publicaciones de la Universidad del Norte citadas por Gustavo Bell Lemus en un escrito reciente, influyeron en la elaboración de los POT de Puerto Colombia y Barranquilla obteniendo el cambio del uso del suelo para lograr una mayor densidad habitacional, conveniente a sus intereses, pero generando un profundo caos urbanístico en la ciudad.


¡¡Cuanta ingratitud…!!

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