Inflación y desempleo a la baja, pero persiste la inseguridad alimentaria
- Acta Diurna

- hace 7 días
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La Región Caribe colombiana atraviesa un panorama socioeconómico dual. Si bien el tercer trimestre de 2025 mostró señales de recuperación en la actividad económica y el mercado laboral, los persistentes desafíos en seguridad alimentaria, informalidad laboral y brechas sociales limitan el bienestar regional, según el más reciente informe de Fundesarrollo.
La actividad económica regional, medida por el IMAE, experimentó un crecimiento anual del 3,7% en el segundo trimestre de 2025. Este resultado representó una aceleración respecto al mismo periodo de 2024, impulsado principalmente por el aumento del consumo privado, una menor inflación y una mayor actividad en el sector agrícola y el transporte de carga.
En cuanto a la inflación, el promedio anual en las ciudades del Caribe fue del 4,75% en octubre de 2025. Las mayores variaciones se registraron en Cartagena y Barranquilla (ambas con 5,4%), mientras que Santa Marta tuvo el nivel más bajo (4,1%). El alza estuvo impulsada por los sectores de educación, restaurantes y hoteles, y salud.
Entre enero y septiembre de 2025, el Atlántico fue el único departamento de la región que registró una variación positiva en la producción industrial (0,5%), impulsado por el sector de textiles y confecciones. Bolívar y Córdoba experimentaron caídas tanto en producción como en ventas.
La Tasa de Ocupación (TO) promedio para las capitales de la región se situó en 55,6% en el tercer trimestre de 2025, un aumento respecto al 54,8% del año anterior.
La Tasa de Desempleo (TD) continuó su tendencia descendente. La mayoría de las capitales, con excepción de Riohacha y Sincelejo, se ubicaron en rangos de un dígito. Santa Marta (8,6%), Montería (9,4%) y Barranquilla A.M. (9,6%) registraron los niveles de desocupación más bajos.
Informalidad Crítica: A pesar de la mejora en la ocupación, la Tasa de Informalidad (TI) alcanzó el 60,5% en las capitales regionales, lo que significa que 6 de cada 10 ocupados trabajan en condiciones informales. Sincelejo (69,1%), Montería (66,0%) y Valledupar (65,4%) registraron los niveles más altos.
Brechas de Género: Las mujeres en el Caribe siguen en clara desventaja. Las brechas de género en la Tasa de Ocupación se ampliaron a 23,1 p.p. en promedio regional. Las diferencias más amplias se observaron en Santa Marta, Montería y Sincelejo.
Persiste la inseguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria se mantiene como un desafío crítico. En 2024, la mayoría de los departamentos de la región registraron prevalencias moderadas o graves por encima del promedio nacional.
Disparidades Rurales: Las brechas territoriales son profundas, con una vulnerabilidad que se intensifica en las zonas rurales. La Guajira concentró la mayor diferencia entre cabecera y zonas rurales (28 p.p.), seguida por el Atlántico (27 p.p.).
Las brechas sociales también son evidentes en la educación. La asistencia escolar de jóvenes de 17 a 21 años revela diferencias notables entre áreas urbanas y rurales. Los jóvenes de la ruralidad enfrentan mayores barreras , con Cesar, Bolívar y Atlántico registrando las brechas más amplias, superando los 20%
En conclusión, aunque la Región Caribe muestra resiliencia y crecimiento económico, la calidad del empleo y la persistencia de graves problemas sociales como la inseguridad alimentaria y la informalidad siguen marcando una agenda de retos urgentes para 2026.







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