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Este 25 de marzo habrá un eclipse lunar parcial



El eclipse lunar penumbral parcial que se presentará este lunes 25 de marzo es un evento astronómico singular, donde la Luna transita por la penumbra de la Tierra. Este fenómeno se produce debido a que nuestro planeta, al situarse entre el Sol y la Luna, impide parcialmente que la luz solar llegue a la superficie lunar. A diferencia de los eclipses totales o parciales, en este tipo de eclipse la Luna no se sumerge en la umbra, la zona más oscura de la sombra terrestre. Este tipo de eclipses suelen ser visibles en casi medio mundo, incluyendo en todo el continente de América, en las horas del atardecer en Australia y Oceanía, y en las horas previas al amanecer en el oeste de Europa y África, aunque muy brevemente.


Los eclipses lunares penumbrales se caracterizan por ser eventos menos evidentes y dramáticos en comparación con los eclipses totales o parciales. Durante su punto máximo, es posible notar un tenue oscurecimiento o un cambio sutil en el tono de la Luna, pero estos efectos son considerablemente más discretos.



A diferencia de los eclipses solares, que son breves, los lunares pueden durar varias horas. Sin embargo, la sutileza de un eclipse penumbral puede hacer que muchos observadores lo pasen por alto o incluso que cueste percibir exactamente cuándo ha empezado a quienes han decidido observarlo. En contraste, durante un eclipse lunar total, la Luna penetra completamente en la umbra terrestre, experimentando un oscurecimiento notable y, a menudo, adquiriendo un color rojizo debido a los efectos de la refracción de la luz solar en nuestra atmósfera.


Los entusiastas que deseen observar este fenómeno deben tener en cuenta que iniciará hacia las 11:53 p.m. del domingo 24 de marzo, continuará hasta alcanzar su máximo a las 2:12 a.m. en la madrugada del lunes 25, y finalizará hacia las 4:32 a.m.


El eclipse no representa ningún peligro para la salud visual de la población, por lo que podrá observarse de manera directa sin que la población sufra de peligro alguno. Los fanáticos de la fotografía y de la astronomía podrán captar imágenes del evento con su cámara fotográfica, su celular o con telescopio.


Otra prueba de que la tierra es redonda


El eclipse lunar penumbral del 25 de marzo no solo nos proporciona un espectáculo celeste, sino que también sirve como una prueba empírica fundamental contra la teoría de la Tierra plana. En un momento en que la era de Internet ha dado lugar tanto a la difusión del conocimiento como a la proliferación de teorías sin fundamento, fenómenos como los eclipses lunares ofrecen una refutación clara y visual de estas ideas erróneas.


El fenómeno en sí se produce cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando su penumbra sobre la Luna. Esta configuración solo es posible porque la Tierra, un cuerpo esférico, bloquea parcialmente la luz del Sol. Durante el eclipse, lo que vemos desde la Tierra es una sombra redondeada sobre la Luna, una sombra que solo puede ser proyectada por un objeto esférico. Si la Tierra fuera un disco plano, como sostienen los terraplanistas, la sombra proyectada no sería consistentemente redonda en todos los eclipses, sino que variaría en forma dependiendo de la orientación del disco con respecto al Sol. Además, la conspiración terraplanista no ofrece una explicación coherente o consistente para este fenómeno.



Otro aspecto importante del eclipse es el color rojizo que a menudo adquiere la Luna. Esto es causado por la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre, un fenómeno que solo es posible si la luz del Sol se curva al pasar por una atmósfera extensa alrededor de un planeta esférico. Este tono rojizo, similar al que podemos disfrutar en superficie durante los amaneceres y atardeceres, se debe a la dispersión de Rayleigh, donde las longitudes de onda más cortas (como el azul) se dispersan más que las más largas (como el rojo), lo que resulta en ese tono rojizo distintivo. Lamentablemente en el eclipse del 25 de marzo no podremos disfrutar de este brillo rojo, pues solo se percibe cuando la Luna entra en la zona de umbra de la Tierra, donde el planeta bloquea completamente la luz proveniente del Sol.

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