La ministra de Ambiente Susana Muhamad, acaba de presentar el informe final ambiental del estado en que se encuentra la Ciénaga de Mallorquín, el cual fue elaborado por una comisión técnica interdisciplinaria de alto nivel.
En el mismo, indicó Muhamad, que las autoridades locales y ambientales deben alinear los límites del plan de ordenamiento territorial con los límites de protección de este ecosistema de categoría Ramsar, proteger humedales estratégicos amenazados por la expansión urbana y promover un turismo que beneficie los ecosistemas, entre otros.
La ministra sostuvo que “hay una voluntad de todos los actores que esperamos termine en un gran pacto entre comunidades, Área Metropolitana, Alcaldía de Barranquilla, autoridades, Gobernaciones para que Mallorquín y todos los ecosistemas del río Magdalena sean protegidos y que estas acciones de corto plazo nos lleven a un proceso de ordenamiento territorial alrededor del agua que proteja a los territorios del cambio climático”.
Señaló además que “acordamos una revisión del régimen ambiental del sitio Ramsar y una revisión con la Alcaldía de Barranquilla del plan maestro de Mallorquín versus la regulación ambiental. Necesitamos verificar que lo que vayamos a hacer de turismo de naturaleza tenga primero, como centro, la recuperación y sostenibilidad de un ecosistema y que el turismo lo beneficie”.
En cuanto a la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), esta deberá actualizar las determinantes ambientales de esta área estratégica y avanzar en el Plan de Manejo y Ordenamiento de la cuenca para tomar decisiones de no habilitar planes y proyectos si no hay tratamiento de aguas en la zona.
La ministra presentó dicho informe a la mesa de alto nivel conformada por el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, delegados de entidades territoriales y ambientales, y defensores ambientales de la región quienes hicieron un llamado a la articulación interinstitucional para la transformación de los conflictos sociales y ambientales en la Ciénaga.
Los hallazgos identificados por la comisión determinaron que no existía correspondencia entre los límites que están registrados en el Ministerio de Ambiente para este sitio Ramsar con los límites que están en el plan de ordenamiento territorial de la Ciénaga Grande de Santa Marta y la zona estuarina del río Magdalena, potenciando un modelo de ocupación de alta densidad que afecta el ecosistema. COLPRENSA
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