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Descubren los restos de nueve neandertales en una gruta de Italia



Los restos de varios Homo neanderthalensis han sido descubiertos en el interior de la Gruta Guattari (Italia), un lugar excepcional que contiene también huesos de varios animales extintos.


“un descubrimiento extraordinario del cual todo el mundo hablará”. Así ha definido Dario Franceschini, ministro italiano de Cultura, el hallazgo de los huesos de nueve neandertales en la Gruta Guattari, en el municipio de San Felice Circeo, a unos cien kilómetros al sureste de Roma. Se trata de un lugar excepcionalmente valioso donde se han encontrado con anterioridad los restos de otros dos individuos y de varios animales extintos, por lo que ayuda a reconstruir una imagen de los ecosistemas de hace miles de años.



La gruta fue descubierta en 1939 y estudiada por el paleontólogo Alberto Carlo Blanc, pero los avances tecnológicos han permitido examinar más en profundidad las zonas ya conocidas así como algunas áreas nuevas, en una nueva exploración realizada por la Superintendencia arqueológica de las provincias de Latina y Frosinone, en colaboración con la Universidad de Roma Tor Vergata.


El misterio de los cráneos


En una de estas zonas nuevas, llamada “el lago” porque en invierno se inunda de agua, es donde se han hallado los huesos de neandertal, la mayoría de los cuales pertenecen al cráneo. Los esqueletos cubren un arco temporal muy ámplio que va desde hace 100.000 años para los más antiguos hasta hace 50.000 años para los más recientes. El motivo de este amplio arco de tiempo es que, según los investigadores, la gruta había sido una guarida para los depredadores.


El mayor motivo de debate en este hallazgo son precisamente los cráneos. Cuando se descubrió la gruta en 1939 se encontró un cráneo con un gran agujero en el hueso occipital, situado en el centro de lo que parecía ser un círculo de piedras, lo que hizo pensar a los investigadores en alguna especie de ritual de cerebrofagia, una práctica consistente en comerse el cerebro de los difuntos, que se había observado en algunas tribus caníbales de la Melanesia. En el hallazgo presente se han encontrado cráneos con las mismas características, pero actualmente los investigadores dan más crédito a la hipótesis de que fueron las hienas quienes arrastraron los cadáveres a la gruta y rompieron los huesos.



Una ventana al pasado


Además de los huesos humanos hay también de hiena, rinoceronte, elefante, oso de las cavernas, un bóvido prehistórico llamado uro, ciervo rojo y megalocero, el cérvido más grande que se conoce. Casi todas son especies extintas en Europa -algunas en todo el mundo-, por lo que la Gruta Guattari es una valiosa ventana al pasado. El hecho de que haya huesos de tantas especies, incluyendo algunas que raramente se encontrarían en una cueva, es el principal respaldo a la hipótesis de que esta era una guarida de depredadores que arrastraban a sus presas muertas hasta allí.



Un motivo adicional de interés de este lugar es que hace unos 60.000 años se produjo un derrumbe que bloqueó la entrada, por lo que desde entonces no sufrió ninguna alteración externa. Según Mario Rolfo, profesor de arqueología prehistórica de la Universidad de Roma Tor Vergata, “el estudio geológico y sedimentológico de este yacimiento nos hará comprender los cambios climáticos que se produjeron entre hace 120 mil y 60 mil años, a través del estudio de especies animales y polen”. NATGEO

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