Los industriales colombianos volvieron a verse muy afectados por las protestas celebradas en todo el país y por el bloqueo de las carreteras. Los datos de junio marcaron descensos pronunciados de los nuevos pedidos y de la producción, que cayeron a uno de los ritmos más acelerados desde que comenzó la recopilación de datos en abril de 2011. Como resultado de ello, las compras de insumos y el número de trabajadores también disminuyeron. Por su parte, la escasez de materias primas, el incremento de los costos de fletes y los problemas en la cadena de suministro propiciaron el segundo aumento más rápido de los costos de los insumos en la historia de la encuesta, lo que, a su vez, impulsó la tasa de inflación de los precios de producción hasta un máximo histórico.
Así las cosas, el Índice de Gestión de Compras (PMI) del sector industrial colombiano de Davivienda, ajustado por factores estacionales, alcanzó 48,3 puntos en junio y marcó el segundo deterioro consecutivo de las condiciones del sector. La cifra principal se elevó desde los 46,7 puntos en mayo, gracias a la moderación de las contracciones de cuatro de los cinco subcomponentes. Durante el segundo trimestre de 2021, la lectura promedio del PMI fue de 49,7 puntos, la cifra trimestral más baja desde el segundo trimestre de 2020.
Los industriales experimentaron el segundo descenso consecutivo de los flujos entrantes de nuevos negocios, y el ritmo de reducción volvió a ser pronunciado y uno de los más acelerados en la historia de la encuesta. Los participantes en la encuesta atribuyeron la caída a las manifestaciones masivas, los bloqueos y la pandemia.
Las protestas, combinadas con una menor demanda, provocaron un nuevo descenso de la producción industrial en junio. De esta forma, la caída de la producción fue pronunciada y una de las más aceleradas que se hayan registrado.
Según los comentarios de los encuestados, la cancelación de pedidos, el cierre de los negocios, las dificultades financieras y las iniciativas orientadas a reducir el tamaño de las empresas propiciaron una nueva ronda de recortes de puestos de trabajo. En consecuencia, el empleo cayó a un ritmo pronunciado, en gran medida similar al registrado en mayo.
Las empresas redujeron también sus compras de insumos en junio, coincidiendo con las protestas civiles, los bloqueos y las dificultades para abastecerse de materias primas. En este periodo de encuesta, el ritmo de contracción de las compras fue pronunciado y más acelerado que cualquiera de los registrados antes de la crisis de COVID-19.
Asimismo, los datos de junio señalaron una notable ampliación de los plazos promedio de entrega, ya que los bloqueos en las carreteras, las protestas, las dificultades de los envíos internacionales y la escasez mundial de materias primas volvieron a generar retrasos. El grado de deterioro del desempeño de los proveedores fue en gran medida similar al registrado en mayo.
Como consecuencia de lo anterior, los industriales observaron un nuevo descenso de los inventarios de compras. Del mismo modo, las existencias de productos finales se redujeron de manera considerable.
Por su parte, los costos de los insumos siguieron aumentando, dato que los participantes en la encuesta asociaron a la escasa disponibilidad de materias primas y al incremento de los costos de flete. En este contexto, la tasa de inflación general fue la segunda más rápida en la historia de la encuesta.
En cuanto a la confianza empresarial en junio, el sector volvió a mostrarse optimista en relación con el panorama de la producción a un año. Sin embargo, el grado de optimismo se vio limitado por las preocupaciones que suscitan las protestas y la persistente pandemia. DATAIFX
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