Por: Diana van Gompel de Romero
Cada día es más evidente la inutilidad e ineficacia de los famosos diálogos de paz en nuestro país. Cuando la ideología de un mejor bienestar para el pueblo colombiano era el grito de los grupos guerrilleros el sentarse a dialogar quizás prometía alguna solución pero cuando ese grito y esas ideologías fueron sustituidos por los inmensos ingresos provenientes del narcotrafico ningún diálogo podría sustituir los millones de dólares en juego. No deja de despertar curiosidad qué tantos “grupos” económicos, locales y extranjeros, participan de esta danza de los millones.
Por qué no escuchamos más noticias sobre incautación de droga en los EE. UU. y solo cuando es local se escuchan los aplausos? Por qué los gobiernos colombianos no ejercen una mayor presión al gobierno de los EEUU para financiar sustitución de cultivos y acciones positivas, dignas y efectivas que permitan a las comunidades campesinas labrar sus tierras en mejores condiciones que las que imponen los narcos?
No todo se arregla con las armas pero no deja de sorprender que el país que más sufre de drogadictos prefiera producir, jugar, vender y traficar armas que proteger a sus ciudadanos del horror que viven los adictos y sus familias.
El gobierno actual del Presidente Petro debe ser menos soñador y más contundente frente al horror que se vive en los campos. Hay que detener el narcotráfico, en sus campos, en sus laboratorios, en las carreteras, en los muelles pero, especialmente en sus cuentas bancarias donde la danza de los millones rueda sin identificación ni castigo.
El Gobierno debe “escarbar” a todos los niveles para encontrar los reales poderes detrás de toda la infamia.
El Gobierno está obligado a hacer buen uso de las fuerzas militares en la detección de los culpables y en la protección de las comunidades y población civil. No se trata de disparar a diestra y siniestra para sumar falsos positivos, se trata de labor investigativa conjugada con acciones y resultados relevantes. Rodear a nuestras fuerzas militares incluye también una labor educacional que incluya derechos humanos y respeto a la población civil!
AR!!!!
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